PUBLICIDAD

Nacional

Indígenas alzan la voz contra el colonialismo

Mientras autoridades exaltan la gloria de Tenochtitlan con una maqueta monumental del Templo Mayor en el Zócalo

Yanireth Israde
Agencia Reforma

jueves, 12 agosto 2021 | 21:15

PUBLICIDAD

Cinco siglos después de la caída de Tenochtitlan la colonización de los pueblos originarios prosigue en México en forma de imposición cultural y despojo de sus territorios, entre otras expresiones de violencia, apuntan autores en lenguas indígenas.

"El colonialismo hoy tiene rostro de Estado, empresas y delincuencia organizada, ya que son estos los nuevos actores que generan la violencia en las comunidades, el desplazamiento forzado de los lugares de vida, el despojo de sus territorios y recursos naturales, que hoy siguen siendo vistos con la mirada de deseo que tuvo Hernán Cortés sobre el oro, aunque hoy ese oro se traduce en agua, en plantas, en maderas o piedras preciosas, en cultivos encarecidos como el aguacate; en animales, en conocimientos, además de los mismos minerales", señala la poeta binnizá Irma Pineda, miembro del Foro Permanente Sobre Cuestiones Indígenas de la ONU.

O bien, existe un colonialismo de pensamiento. 

"El momento que vive la humanidad actualmente se caracteriza por un colonialismo intelectual, es decir, la imposición de formas de pensamiento, valores y relaciones que establecen los países que detentan el

poder económico y tecnológico. Además, la concesión de los territorios a empresas transnacionales para la explotación de los recursos naturales en las regiones indígenas", añade, por su parte, el autor nahua Natalio Hernández, quien tradujo a su lengua la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El territorio, según destaca el autor galardonado en 1997 con el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, constituye la base material y espiritual que ha permitido a los pueblos la preservación y reproducción de su cultura ancestral.

También nahua, el escritor Mardonio Carballo advierte que el colonialismo adopta hoy la forma de la discriminación.

"Vive a través del racismo. Es lo que nos dejó la Colonia en la conformación de un Estado como éste: la suplantación o la sobreposición de una cultura sobre otras, muchas; la creación de un Estado que no toma en cuenta la conformación plural, diversa, multinacional y multilingüística de un País como este".

Es más fácil hablar, en abstracto, del colonialismo, término más bien académico, que asumirse, en primera persona, como un discriminador, advierte el también director General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal.

El Estado se ha convertido en el principal colonizador, opina por su parte el poeta hñähñu Jaime Chávez Marcos.

"Independientemente del tipo de gobierno -izquierda, centro o derecha- la estructura del Estado mexicano se basa en fortalecer una cultura nacional única y en el mestizaje como principal motor para fortalecer la unidad nacional y desaparecer las diferencias, borrando poco a poco la presencia indígena, sus culturas y sus lenguas", dice el ex presidente de la asociación de Escritores en Lenguas Indígenas y dirigente de la asociación Nación Otomí.

Hablar de colonialismo, agrega, implica referir también cómo se expresa en los ámbitos cultural y educativo.

"Seguimos utilizando conceptos que el colonialismo acuñó. Haría falta cambiar conceptos como el arte popular o la artesanía para hablar de pueblos indígenas y clases populares; creo que actualmente tanto en los pueblos como en las ciudades hay artistas con un nivel similar, independientemente de que hablen o no una lengua. Son artistas plenos, como los que no hablan una lengua mexicana", enfatiza.

Y lo mismo con otras profesiones, puntualiza el también artista, formado en la Facultad de Artes Visuales de la UNAM y en la ENAH como etnólogo.

Despojo legal, no legítimo

"El principal desafío para los pueblos es mantener sus espacios, medios y sistemas de vida, lo cual no es nada fácil frente al acoso de autoridades, de empresarios, e insisto en la delincuencia organizada, que en algunos estados ha pasado a ser el brazo armado de las empresas para obligar a los pueblos indígenas a vender sus tierras o a cederlas para montar megaempresas, como las eólicas, gasoductos, mineras, cerveceras o embotelladoras de agua, por mencionar algunas", advierte Pineda.

Tras lo anterior, extraen "legalmente" recursos naturales, "porque desafortunadamente sí cuentan con permisos y concesiones por parte del Estado, aunque eso no quiere decir que estos procesos de extracción sean legítimos, pues tales permisos y concesiones se otorgaron violando el derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas".

El otro gran desafío, considera la también ensayista y traductora, es ser escuchados por el Estado y que los marcos jurídicos nacionales e internacionales que ya existen para la protección de los derechos de los pueblos indígenas sean respetados.

"Aunque los mismos pueblos ya están mostrando que están trabajando en ello. Por ponerte un ejemplo reciente: el levantamiento de Pantelhó, Chiapas, donde la misma comunidad se organizó para expulsar a personas identificadas con la delincuencia organizada, esto frente a la inacción del Estado", señala Pineda.

"De parte del estado mexicano no va a venir la solución o el cambio", lamenta Chávez Marcos, "sino más bien de la participación misma, de la fuerza del movimiento indígena nacional en los próximos años. Éste ha ido fortaleciéndose poco a poco, sin embargo aún no tiene la fuerza necesaria para aniquilar esta doctrina indigenista".

La participación de los indígenas en la transformación del actual sistema educativo para que responda a la diversidad lingüística y cultural de la nación, la preservación de su identidad, el patrimonio cultural y la memoria histórica, así como desarrollar proyectos de desarrollo sustentable "en armonía con la preservación de la madre tierra", son otros desafíos que detalla Hernández y en los que coinciden sus compañeros.

Paternalismo pernicioso

Persiste en las políticas públicas un indigenismo añejo que ni la incorporación de funcionarios provenientes de pueblos originarios al Gobierno logra desactivar, expone Chávez Marcos.

Tradicionalmente, el indigenismo ha sido definido como "la política aplicada hacia la población indígena por los no indios", explica la UNAM en su portal www.nacionmulticultural.unam.mx.

"Hemos luchado por espacios, pero al mismo tiempo debemos tener claridad de que en cierto modo el Estado también nos abre espacios por un tema de legitimidad, porque necesita responder a su argumento de 'respeto a la diversidad, respeto y aprecio por los pueblos indígenas'. Entonces crea instituciones que atiendan a esta población, no para apoyar el fortalecimiento y desarrollo de estos, sino para dar un trato paternalista que permita el control sobre los mismos", advierte Pineda.

"Esto no es nuevo, esto podemos documentarlo desde el Porfiriato, cuando el indigenismo se generó como política de Estado para controlar a los indígenas. Desafortunadamente esa idea que aún permea en las estructuras de poder y administración pública no ha cambiado mucho, porque a fin de cuentas nos sigue gobernando la misma élite: sólo cambian de color y partido", dice Pineda sobre la visibilidad de las actividades indígenas.

Esta visibilidad es valiosa, pero no basta, plantea Carballo: "El que sea visible una parte de los pueblos indígenas, como la intelectual o el rubro artístico, me parece que da cuenta de que tenemos que trabajar aún más, porque al mismo tiempo (que se reconocen las aportaciones artísticas o intelectuales de los pueblos indígenas), en Pantelhó están asesinando a compañeros, o son víctimas del crimen organizado y las empresas siguen yendo tras sus territorios y sus riquezas".

Carballo, también periodista y editor, inscribe esta situación en un indigenismo que equipara con un paternalismo pernicioso.

"Como cuando dicen: 'Vamos a dar voz a los pueblos indígenas. No. Sería: 'Vamos a buscar que los indígenas tengan espacios donde su voz tenga eco', porque tenemos voz.

"Creo que el paternalismo es pernicioso, no ayuda, porque no reconoce la mayoría de edad, por eso necesitas un padre. A los pueblos indígenas se nos regatea esa mayoría de edad justo para seguir dependiendo de alguien más".

Más visibles en el extranjero

Incluso las actividades indígenas de mayor reconocimiento, como las culturales, tienen mayor reconocimiento en el extranjero que en México, contrasta Hernández.

"Efectivamente, a partir de este siglo hay una emergencia a nivel mundial del pensamiento ancestral de los pueblos indígenas a través de sus propios intelectuales. Este movimiento se puede constatar a través de los escritores en lenguas cuya obra ha trascendido a nivel internacional y por lo que México es hoy un referente a nivel mundial en esta materia.

"Esto mismo acontece en el ámbito de la pintura: los cuadros huicholes recorren el mundo desde hace más de 30 años; la música de los mixes de Oaxaca es conocida a nivel internacional, cuya expresión artística presenta obras de raíz ancestral, junto con la interpretación de las obras clásicas de Mozart, Beethoven, entre otros.

"Estas nuevas creaciones artísticas de los pueblos indígenas son más conocidas y apreciadas en el extranjero que en nuestro propio País. A manera de ejemplo, quiero referirme a la editorial del Fondo de Cultura Económica: no existe en esta casa editorial una serie de literatura multilingüe, todas las obras se editan en español únicamente, lo cual constituye una paradoja, toda vez que México se reconoce como una nación pluricultural y multilingüe desde 1992", señala Hernández.

En los medios de comunicación e información, salvo en los públicos, la presencia contemporánea de los pueblos indígenas está ausente, lamenta.

"En fin, los pueblos originarios de México siguen luchando para mantener su identidad: el derecho a seguir siendo nahuas, mayas, zapotecos, tarahumaras, purépechas. En otras palabras, queremos ser los mexicanos del siglo 21 y ciudadanos del mundo, manteniendo nuestro tonal, esto es, un corazón y un rostro propio: nuestra identidad".

Asimilación o conviviencia cultural

Mientras Pineda y Chávez Marcos apelan a la organización indígena para evitar la asimilación y Carballo propone un pacto social sobre la base de que discriminación que uno inflige al otro es una discriminación que retorna, Hernández considera que la asimilación no puede evitarse.

"Llevamos 500 años de convivencia social y de intercambio cultural entre la cultura europea y la cultura mesoamericana desde la Colonia hasta nuestros días. Ha sido una relación asimétrica entre el pensamiento europeo y el pensamiento nuestro. El gran desafío que tenemos los indígenas y, en general, todos los mexicanos, consiste en construir una relación intercultural simétrica, es decir, una relación de respeto, dignidad y de justicia social con todos los pueblos indígenas que conforman actualmente a la nación mexicana", dice Hernández.

"Esto implica, entre otros aspectos, la transformación del sistema educativo que tenemos actualmente que excluye en la curricula el pensamiento propio y las lógicas del conocimiento de la cultura mesoamericana. Cito algunos ejemplos: nuestra base matemática es vigesimal, la occidental es decimal.

"La historia oficial que se imparte en las escuelas inicia con la conquista y soslaya los 3 mil años de cultura mesoamericana; en medicina se soslaya el conocimiento de la medicina ancestral y se privilegia la medicina occidental; en el ámbito escolar se ignoran las formas de relación comunitaria que caracteriza a los pueblos indígenas y se privilegia el individualismo y el éxito personal".

Pineda comenta sobre ese punto: "El artículo tercero de la Constitución Mexicana dice que la educación en México debe ser 'intercultural y plurilingüe', si embargo no vemos las acciones del Estado para formar a un profesorado que responda a esta ley, no vemos a la SEP asignando presupuestos para abrir las carreras de lenguas y culturas indígenas o la elaboración de materiales que hagan realidad este postulado de la ley, lo que vemos de nueva cuenta es un doble discurso".

Glorificar o visibilizar

La glorificación del indígena del pasado en detrimento de los pueblos originarios vivos responde también a un indigenismo que prefiere la antigüedad porque no admite que se rijan en el presente, considera Chávez Marcos.

Pero los pueblos indígenas de hoy son los tataranietos de quienes edificaron esos monumentos tan celebrados, destaca Carballo: "Habría que preguntarnos: ¿Cómo es que los herederos de esos grandes espacios religiosos, de esas ciudades importantes del pasado vivan tan abandonados y en la pobreza estructural más terrible? Porque la riqueza cultural sigue siendo intrínseca a estos pueblos".

Esto ocurre porque "con la piedra no hay derechos que asumir ni vergüenza que admitir", resume.

Hernández considera que el discurso oficial no glorifica el pasado indígena, sino visibiliza a los pueblos indígenas en el conjunto de la sociedad mexicana.

"Pocos mexicanos tienen consciencia sobre los aportes fundamentales de los pueblos indígenas a nuestra identidad nacional: uno de ellos es la historia de nuestra nación, cuyo símbolo se manifiesta en el escudo nacional que simboliza la fundación de la capital de nuestra País en el año de 1325.

"Otro aporte importante es la denominación de los pueblos y ciudades que nos remiten a nuestros orígenes ancestrales: Chihuahua, Tampico, Sonora, Querétaro, Acapulco, Cancún, Campeche, Oaxaca, Michoacán, Tlalpan, Cuajimalpa, México-Tenochtitlan, en fin, la rica toponimia que denota la geografía y ecología de nuestra nación.

"Uno más de los grandes aportes de nuestra cultura ancestral es el calendario azteca, conocido como piedra del Sol, que condensa la cuenta del tiempo y que inspiró al poeta Octavio Paz a escribir su poema de largo aliento Piedra de Sol. Lo mismo puede decirse de los muralistas: (David Alfaro) Siqueiros, (Diego) Rivera y (José Clemente) Orozco, cuyas obras se inspiraron en la grandeza de esa cultura ancestral".

En suma, apunta Hernández, los pueblos indígenas han aportado la cultura material e inmaterial que muestra el rostro cultural antiguo y contemporáneo de México ante el concierto de las naciones de mundo.

"No es justo, por eso, que hoy en día siga siendo el sector social más discriminado, excluido y marginado de la sociedad mexicana, a pesar de su participación en las grandes transformaciones sociales de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana".

Sobre la participación de tlaxcaltecas y pobladores de otras culturas en la caída de Tenochtitlan de 1521 y cómo los indígenas reinterpretan la Conquista a partir de las alianzas de estos con Cortés, Hernández opina: "Perdieron ambos bandos de los pueblos indígenas, tanto los aliados de los conquistadores como los aliados de nuestros ancestros los aztecas; al final fueron colonizados y explotados unos y otros, situación que se manifiesta en nuestra sociedad contemporánea.

"Actualmente, seguimos luchado por nuestros derechos: derecho al territorio, derecho a la educación que incluya en la curricula los conocimientos propios, los valores y la visión del mundo de nuestros pueblos; el derecho a la lengua para que se estudie desde el preescolar hasta la educación superior como acontece con el español y las lenguas extranjeras.

"En fin, los pueblos originarios de México siguen luchando para mantener su identidad: el derecho a seguir siendo nahuas, mayas, zapotecos, tarahumaras, purépechas. En otras palabras, queremos ser los mexicanos del siglo 21 y ciudadanos del mundo, manteniendo nuestro tonal, esto es, un corazón y un rostro propio: nuestra identidad".

Pineda aboga por aprender las lecciones del pasado.

"Considero que la revisión de la historia nos ha permitido tener claridad de que buena parte de la invasión y despojo se debieron no sólo a la fuerza de los españoles, sino a las divisiones internas de los pueblos originarios, quienes en sus disputas o desencuentros internos favorecieron el espacio para el etnocidio, lo que tenemos que aprender los indígenas actuales de ello es que si no aprendemos a convivir con nuestras diferencias, si no aprendemos a organizarnos y unirnos para la defensa de nuestra vida, nuestro pensamiento, conocimiento y de todo lo que nos rodea, estamos condenados a la desaparición".

EXCLUSIÓN EN CIFRAS

De acuerdo con datos del Inegi, la tasa de hablantes de lenguas originarias de 5 años de edad o más se redujo de 16 por ciento en 1930 a 6.6 por ciento en 2015.

Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares 2018, 7 de cada 10 personas hablantes se encuentran en situación de pobreza, casi duplicando la cifra respectiva para los no hablantes (74.9 por ciento frente a 39.4 por ciento), y en el caso de pobreza extrema el dato es seis veces mayor (35.6 por ciento frente a 5.6 por ciento).

Otra medición, la Encuesta Nacional de Indígenas, realizada por la UNAM, indica que 8 de cada 10 personas contratarían a una persona indígena para el trabajo en el hogar o para el sector de la construcción, pero la proporción se reduce a 2 de cada 3 si se trata de dentistas, abogados o abogadas.

El abogado y escritor mixteco Francisco López Bárcenas, coordinador del libro Indigenismo, violencia y despojo, recoge en esta obra datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, que identificó 39 ataques a personas defensoras de los derechos de la tierra, el territorio y el medio ambiente, mismos que se presentaron en 17 de las 32 entidades federativas del 1 de enero al 31 de diciembre de 2019.

De los asesinados, 8 se oponían a la construcción de proyectos de energía eléctrica; 7 protegían al medio ambiente en general y 6 denunciaban la tala ilegal de los bosques. Además de los asesinatos, los defensores de los derechos humanos sufrieron otro tipo de agresiones, como intento de homicidio, amenazas a ellos y a sus familiares, agresiones físicas y campañas de difamación, entre otras. 

PUBLICIDAD

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

close
search