Nacional

Impactan migrantes a centro turístico en Chiapas

San Cristóbal de las Casas está saturado por extranjeros que buscan llegar a Estados Unidos

Reforma

domingo, 14 abril 2019 | 06:48

Reforma

San Cristóbal de las Casas— Esta ciudad de los Altos, el principal centro turístico de Chiapas, está saturada por los migrantes centroamericanos que cruzan el estado rumbo al norte del país.

En la ciudad se puede ver por las mañanas a decenas de migrantes en los cruceros donde piden dinero.

Se quedan en modestas posadas de 120 pesos la noche y su estancia dura entre 15 y 20 días, de acuerdo con funcionarios de protección civil, comerciantes y habitantes de la ciudad.

Traficantes de personas han optado por una ruta que cruza por esta ciudad para evadir los retenes y la vigilancia en las carreteras que bordean la costa de Chiapas, los cuales fueron reforzados a raíz del ingreso de la caravanas de migrantes a finales del año pasado.

En San Cristóbal de las Casas, los "polleros" hacen cambio de guías, de los vehículos en los que transportan a los migrantes, o algunas veces usan la ciudad para abandonarlos o simplemente para descansar.

Para cruzar por estas rutas en la sierra, los traficantes contratan a guías indígenas por entre 5 y 10 mil pesos al día para que llevan a los migrantes por caminos de terracería o veredas poco conocidas en las zonas de Chamula, Zinacantán, Bochil y otras comunidades.

En un día, se puede ver hasta 40 camionetas que transitan por las veredas montañosas, coinciden las fuentes consultadas.

Hace cuatro años, la Iglesia católica habilitó una casita para el resguardo de quien fuera amenazado al ingresar a territorio mexicano, aunque había pocos porque casi nadie se aventuraba a llegar hasta aquí tras recorrer complejas veredas que -aunque son libres de vigilancia- sólo son conocidas por los tzotziles.

Los "polleros" decidieron retar los usos y costumbres de las comunidades pobres al ofrecerles trabajo a sus habitantes como guías de camino.

Así trazaron una nueva ruta que inicia desde la zona fronteriza, entrando por Frontera Comalapa, y llega a San Cristóbal de las Casas, para después zigzaguear por veredas indígenas de Chamula, Zinacantán, Bochil y conectar hasta Tabasco.

Los migrantes paran en San Cristóbal porque aquí pasan desapercibidos entre los turistas que pasean por los andadores, museos, plazas, restaurantes y cafeterías.

Por las mañanas, los centroamericanos se concentran en los cruceros de la ciudad para pedir dinero a fin de recolectar al menos los 120 pesos diarios que cobra alguna modesta posada.

"Ni trabajo, ni comida, ni estancia, sino dinero como limosna para estar unos 20 días y luego irse", explicó el empresario restaurantero y dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local, Julio Martínez.

Los traficantes de personas también eligieron esta ciudad para hacer el cambio de guía o algunas veces para abandonar a los migrantes.

"Los centroamericanos vienen asustados porque no es fácil venir hacinados, es evidente que tras las caravanas la ciudad se volvió de estancia", explicó un elemento de Protección Civil municipal que prefirió omitir su nombre ante el hermetismo de la autoridad local.

Vías alternas

Las nuevas rutas no se metieron a la fuerza, ni tampoco son nuevas, afirmó el ex Alcalde tzotzil de Zinacantán, Manuel Martínez.

De acuerdo con su testimonio y al de un policía federal, el fenómeno se notó hace años cuando algunos "polleros" dejaron de ver al río Suchiate como ruta redituable para ingresar a México.

Apostaron entonces a conocer nuevos caminos y se perdieron, por lo que comenzaron a pagar a jóvenes indígenas desde 5 a 10 mil pesos para servir como guía durante el día y la noche.

Tras el éxodo centroamericano de octubre pasado, en un día se pueden ver hasta 40 camionetas que transitan por las veredas montañosas, coincidieron las fuentes por separado.

"Por usos y costumbres no permitimos que entren a los municipios porque no queremos ayudar al tráfico de personas; sin embargo, sí sabemos que algunos jóvenes están trabajando para los 'polleros'", advirtió Martínez.

"Si los encontramos, los multamos desde 20 mil pesos y les podemos hacer pagar hasta 500 mil pesos para que no lo vuelvan a hacer".

Ante las diversas detenciones y accidentes en esas nuevas rutas, el Fiscal General de Chiapas, Jorge Luis Llavén Aguilar, reportó en fecha reciente que en esa zona han rescatado a 571 migrantes desde diciembre del año pasado y hasta enero.

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