Fracaso de México para frenar la violencia tensa la relación con EU

Ciudad de México— La semana pasada, cientos de hombres armados del cártel de Sinaloa superaron a las fuerzas militares en un combate que dejó por lo menos una docena de personas muertas, bloqueado el aeropuerto y las carreteras principales, además de aterrorizar a la ciudad de Culiacán durante horas hasta que el gobierno mexicano capituló y liberó al hijo del legendario capo de la droga Joaquín “El Chapo” Guzmán, informó The Wall Street Journal.

La impactante muestra de violencia refleja que los cárteles de la droga están más fuertes que nunca, casi 15 años después que el gobierno mexicano decidió desafiarlos de frente, usualmente con la ayuda de Estados Unidos.

El gobierno ha arrestado o abatido a muchos líderes de cárteles, debilitando muchos grupos criminales y fragmentando a otros.

Sin embargo, el costo ha sido alto.   Desde el 2006, más de 250 mil personas han muerto, de acuerdo a las cifras del gobierno mexicano, la mayoría en una amarga guerra interna entre los cárteles por el control de las rutas de las drogas y el territorio.

Por lo menos 40 mil más han desaparecido, muchos han sido enterrados en fosas clandestinas, algunos fueron disueltos en ácido.  Del 2007 al 2019, el índice de homicidios se ha triplicado a 29 por cada 100 mil habitantes.

Lo que es peor, los sucesos de la semana pasada podrían envalentonar más a los grupos criminales que responden a las amenazas de las fuerzas de seguridad con una violencia y terror generalizado, amedrentando a las fuerzas de seguridad de México y tensando la vital colaboración de inteligencia con Estados Unidos, de acuerdo a analistas, anteriores y actuales funcionarios estadounidenses y exfuncionarios de seguridad mexicana.

“Ésta es una absoluta destrucción del imperio de la ley y va a ponerse peor”, comentó Derek Maltz, exjefe de operaciones especiales de la Agencia Anti-Drogas.

“Ya les dejamos ver a los cárteles lo que necesitan hacer para no caer en la cárcel”.