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Nacional

El narco mexicano y el tráfico de especies a China

Traficantes chinos obtienen diversas especies de reptiles en México, incluidas tortugas, para ser llevadas a aquel país

Vanda Felbab-Brown
Agencia Reforma

domingo, 27 marzo 2022 | 08:46

Agencias | La caza furtiva de jaguares también parece estar cada vez más conectada con los mercados chinos

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Ciudad de México.- Los grupos del crimen organizado mexicano están cada vez más involucrados en el tráfico de vida silvestre entre México y China, según un reporte de la Brookings Institution que involucró trabajo de campo y entrevistas con 73 funcionarios y ex funcionarios de Gobierno, ambientalistas, pescadores y otros actores en México, China y EU.   

Y a diferencia de otras conexiones entre China y México más conocidas, como el tráfico de precursores químicos para producir fentanilo y metanfetamina, el tráfico de vida silvestre de México a China recibe poca atención a pesar de ser un problema creciente.

Más importante aún es que este tráfico plantea amenazas cada vez mayores para la biodiversidad de México.

La conexión entre la pesca ilegal de totoaba en México y el mercado ilegal de la medicina tradicional china es relativamente bien conocida. Las grandes vejigas natatorias de este pez endémico mexicano alcanzan en China un valor de hasta 60 mil a 85 mil dólares por kilogramo, donde se consumen como un manjar en sopa.

Las redes de enmalle que utilizan los pescadores para capturar ilegalmente a la totoaba, en el Mar de Cortés, han llevado al borde de la extinción a la población de vaquita marina, dado que el mamífero se enreda y muere en ellas.

La reciente decisión del secretariado de la Convención de Naciones Unidas, sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) para permitir que México exporte carne de totoaba de criadero, tiene pocas posibilidades de reducir la caza furtiva de totoaba.

Entre otras razones, esto se debe a que la vejiga natatoria de la totoaba (conocida popularmente como buche de totoaba) es ya una forma de inversión y especulación en China y un mecanismo para transferir un valor entre las economías ilegales de ambos países.

Pero el buche de totoaba es solo uno de los varios productos de vida silvestre que se capturan ilegalmente en México y que tienen como destino el mercado chino. Como en otras partes del mundo, reportes periodísticos indican que traficantes chinos obtienen diversas especies de reptiles en México, incluidas tortugas, para ser llevadas a China.

La caza furtiva de jaguares -y que en su mayoría era realizada por parte de los ganaderos- también parece estar cada vez más conectada con los mercados chinos. Organizaciones ambientalistas, que operan en la frontera mexicana con Guatemala y Belice, me informaron recientemente que están encontrando ahora cadáveres de jaguares sin patas, dientes y otras partes del cuerpo.

Como ha sucedido en otros lugares de América Latina, y demostrado en estudios científicos, esto sugiere que la caza furtiva del jaguar mexicano tiene como destino la medicina tradicional china.

Si bien tiene el potencial de proporcionar importantes ingresos a las comunidades mexicanas e incentivar la preservación de ecosistemas y especies, el comercio legal de vida silvestre de México a China a veces sirve al mismo tiempo para blanquear animales cazados furtivamente.

El caso de las pieles de los cocodrilos -la familia de reptiles que comprende los cocodrilos y otros géneros afines- es uno de los ejemplos de blanqueo más prominentes de este tipo en el comercio entre México y China y que ha sido documentado en reportes periodísticos.

El papel de China en el tráfico de especies marinas de México es aún más amplio. Entre los productos marinos de mares mexicanos que son ilegalmente recolectados -y en algunos no regulados- para ser vendidos a compradores chinos, están aletas de tiburón, pepino de mar, langostas, abulón, camarones, almejas, ostras, medusas y el buche de totoaba.

Cada vez más, los grupos del crimen organizado mexicano están involucrados en el tráfico de vida silvestre entre México y China.

Durante un viaje de investigación hecho por varias regiones de México realizado entre octubre y noviembre de 2021, diversas fuentes me explicaron como los grupos del crimen organizado, especialmente el Cártel de Sinaloa, buscan monopolizar las actividades ligadas a la pesca -tanto legal como ilegal- a lo largo de toda la cadena de suministro.

Antes de que los grupos criminales mexicanos tomaran el control de diversas actividades pesqueras, los comerciantes chinos a menudo interactuaban directamente con los pescadores mexicanos.

Reportes de prensa muestran que los compradores chinos estaban involucrados en la cosecha ilegal de pepinos de mar en Yucatán y en la caza furtiva de abulón y totoaba en la costa del Pacífico mexicano a inicios de la década de 2010. Pero en su esfuerzo de monopolización, los grupos criminales mexicanos han ahora expulsado a los comerciantes chinos de las compras directas a los pescadores locales.

Los pescadores de totoaba, pepino de mar, abulón y medusas ahora son obligados a vender a grupos criminales mexicanos que luego venden a su vez el producto a los intermediarios chinos. Posteriormente, los intermediarios chinos envían dicho contrabando desde la frontera norte de México a China, a veces utilizando el territorio de Estados Unidos.

Es claro que el interés particular de los comerciantes chinos en una especie animal o vegetal atrae la atención de los grupos criminales mexicanos para volverse sus proveedores.

El comercio de vida silvestre entre México y China también se está convirtiendo en un mecanismo para transferir valor en economías ilícitas y eludir los controles contra el lavado de dinero en los bancos estadounidenses y mexicanos.

En entrevistas recientes que he hecho con funcionarios estadounidenses y mexicanos -así como con activistas y empresarios del sector pesquero mexicano- me han revelado que los cárteles mexicanos utilizan cada vez más diversos productos animales y madereros para pagar por los precursores de drogas provenientes de China.

Los enormes márgenes de ganancia obtenidos del tráfico de productos de vida silvestre -desde su captura hasta la venta al menudeo- los convierten en una herramienta ideal para el lavado de dinero y la transferencia de valor.

Tal como demostró en 2020 la Operación Apex del Departamento de Justicia de EU, dichas transferencias de valor entre dos economías ilícitas abarcan redes de tráfico que contrabandean múltiples productos.

En el caso de la Operación Apex, ciudadanos chinos en EU contrabandeaban buches de totoaba y aletas de tiburón desde México, así como drogas, diamantes y metales preciosos.

Académicos estiman que el valor generado por el tráfico de vida silvestre en México está en decenas de millones de dólares anuales. Este valor es probablemente similar al total aproximado de lo que los cárteles mexicanos pagan por precursores químicos desde China.

Es posible que el trueque de vida silvestre mexicana por precursores químicos de China no desplace otros métodos de pago, pero sí puede devastar la biodiversidad en México. Esto debido a que los cárteles mexicanos intentan capturar -tanto de forma legal como ilegal- más especies de animales y plantas para pagar por los precursores.

Ex diplomáticos mexicanos a quienes entrevisté me dijeron que los desafíos del contrabando de drogas y vida silvestre no es un tema de alto perfil en las relaciones entre China y México. Por lo general, el Gobierno chino rechaza la responsabilidad de que China esté en el contrabando de precursores químicos de drogas a México, así como en la caza furtiva y el tráfico de vida silvestre en México para los mercados chinos.

En su mayoría, China insiste en que estos problemas son responsabilidad del Gobierno mexicano y la cooperación bilateral ha sido mínima y esporádica.

Debido a intensas presiones internacionales, el Gobierno chino tomó en 2018 algunas medidas más amplias que los simples decomisos de buche de totoaba de México al realizar redadas más amplias en los mercados minoristas chinos.

Dichas operaciones lograron quitar los reflectores del comercio ilegal de especies, pero el tráfico continúa, pues buena parte de éste se trasladó a puerta cerrada y a plataformas en internet.

La colaboración internacional es absolutamente necesaria para atender el tráfico de productos de vida silvestre y pesqueros desde México.

La falta de recursos locales, la corrupción generalizada y el desinterés de la Administración de Andrés Manuel López Obrador para proteger la biodiversidad y confrontar al crimen organizado, así lo reclaman. Dicha colaboración internacional debe incluir a toda la comunidad internacional, incluida China.

* Vanda Felbab-Brown es directora de la Iniciativa sobre Actores Armados No Estatales de la Brookings Institution en Washington, DC donde también es investigadora senior sobre asuntos de seguridad incluyendo México.

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