Consideran fracaso en estrategia anticorrupción

Ciudad de México.- Hay dos realidades aparentemente contradictorias alrededor del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por un lado, 60 por ciento de los mexicanos aprueba la forma en que AMLO está haciendo su trabajo como presidente y ese mismo porcentaje cree que el mandatario es una persona honesta (aunque la percepción de corrupción en su persona ha empeorado 10 puntos desde 2019).

Por el otro, 56 por ciento de las personas considera que el Gabinete presidencial es corrupto y 54 por ciento cree que la lucha contra la corrupción no va por buen camino. Para la mayoría, el presidente es popular y confiable, pero todo alrededor de él es evaluado como un fracaso, ya sean las personas con las que trabaja, sus políticas, sus proyectos o sus acciones.

La Cuarta Encuesta Nacional sobre Corrupción e Impunidad, realizada por MCCI y Grupo Reforma, muestra que tres de cada cuatro mexicanos opinan que en el último año la corrupción ha aumentado o ha seguido igual, y la esperanza es poca, pues sólo tres de cada 10 creen que en el próximo año la corrupción disminuirá.

Al preguntar sobre los proyectos insignia, más de la mitad cree que hay irregularidades graves en el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles, con percepciones de corrupción de 54 por ciento, 53 por ciento y 53 por ciento, respectivamente.

La realidad tampoco ha cambiado después de tres años de discursos y mañaneras: igual que en 2019, hoy 62 por ciento de los mexicanos cree que es inútil denunciar un acto de corrupción y 89 por ciento consideran que el castigo llega sólo algunas veces.

El número promedio de "mordidas" que los ciudadanos reportan haber dado ha pasado de 2.8 veces al año en 2019 a 2.9 veces en 2022 y su costo promedio ha pasado de mil 876 pesos por "mordida" a 2 mil 131 pesos, lo que siempre termina afectando más a quienes menos tienen.

La evaluación reprobatoria de la política anticorrupción se explica por algo que es muy claro para los ciudadanos: 40 por ciento de las personas considera que la impunidad es la principal causa de la corrupción.

Sin acciones efectivas para disminuir la impunidad, el combate a la corrupción es solo palabras. Hoy, el 81 por ciento de las personas que denunciaron un acto de corrupción dice que su acción cívica no tuvo ningún resultado.

Por ello no sorprende que seis de cada 10 personas digan que denunciar un acto de corrupción es inútil. Y esta percepción tiene un asidero en la realidad: de acuerdo con los datos del Inegi, actualmente sólo uno por ciento de los delitos que se cometen camina todo el proceso legal y llega a algún tipo de resolución, mientras el restante 99 por ciento de los delitos queda impune. Podrá decirse que ahora el que la hace, la paga, pero eso no es una realidad.

La impunidad, percibida y reportada, tiene un vínculo con que las instituciones de justicia sean percibidas como muy corruptas a pesar de que ahí se debieron haber concentrado los esfuerzos por crear una Fiscalía que sí sirviera.

Los Ministerios Públicos son la cuarta institución con mayor percepción de corrupción, sólo peor que los partidos políticos, la Policía y las cárceles. Un 61 por ciento de mexicanos confía poco o nada en la Fiscalía General de la República (FGR) y sólo 19 por ciento de las personas aprueba el trabajo de Alejandro Gertz Manero.

Por lo que toca al Poder Judicial, 78 por ciento considera que los jueces son mucho o algo corruptos y 76 por ciento lo opina de la Suprema Corte.

Esta cuarta edición de nuestra encuesta muestra que, aunque la corrupción ha formado parte esencial del discurso político, la prevalencia de estos fenómenos en el día a día de las personas no ha cambiado.

El discurso de López Obrador ha servido para cultivar y salvar su propia imagen, pero no sirve para transformar la realidad ni convencer a los mexicanos de un problema que sigue tan vivo como siempre. La corrupción y la impunidad siguen aquí y los mexicanos lo ven. El pueblo no es tonto.