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Juárez

Dice aquí Obispo paseño

'Viola EU ley en materia migratoria'

Mark Seitz visita a venezolanos varados en la orilla del río Bravo

Alejandra Gómez
El Diario de Juárez

domingo, 30 octubre 2022 | 08:51

Fernando Méndez / El Diario

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Ciudad Juárez.- Apesar de que Estados Unidos es un país que promueve actuar conforme a lo establecido en la ley, cuando se trata de crisis migratorias ignora recibir a quienes solicitan asilo político y en su lugar promueve un decreto de salud pública para restringir el cruce fronterizo de los migrantes, señaló el obispo de El Paso, Mark Seitz, ayer en su visita a los venezolanos varados en la orilla del río Bravo.

“Eso no es justo, no es de acuerdo con la ley, y usando una práctica de salud para decir que un grupo de un país no puede entrar y el otro sí puede, ridículo. Pienso que venimos de un lugar que tiene leyes, un país que piensa que es justo, pensamos que es un lugar que sigue sus leyes, pero lastimosamente no”, dijo el obispo, quien fue aplaudido por los migrantes a su alrededor.

“Tenemos una ley internacional y nacional para recibir a los que piden asilo en los Estados Unidos, necesitamos seguir las leyes”, declaró Seitz y los migrantes respondieron: “exacto, ¿por qué unos sí y nosotros no?”, en alusión al uso del Título 42 para expulsar a los venezolanos que crucen la frontera entre México y Estados Unidos por la vía terrestre.

Desde el pasado 12 de octubre el gobierno de Joe Biden anunció la entrada en vigor del decreto y ese mismo día expulsó a más de 100 venezolanos por la frontera de Ciudad Juárez, además indicó que únicamente serán recibidos quienes lleguen al país por la vía área y demuestren que cuentan con alguien que los patrocine de manera económica.

“Estamos tratando de ayudar, pero ahorita la verdad es que probablemente antes de las elecciones no vamos a hacer mucho, pero siempre tenemos esperanza de que nuestro país puede vivir de acuerdo con sus principios; estamos tratando de servir como la conciencia de nuestro país”, dijo el obispo de El Paso, Texas, Mark Seitz.

Seitz estuvo acompañado por Dylan Corbett, director de Hope Border Institute, y juntos recorrieron las orillas del río Bravo para conocer las condiciones en que se encuentran viviendo los migrantes varados en esta ciudad fronteriza, y lamentaron que la cantidad de albergues no sea suficiente para evitar que las personas estén a la intemperie.

“Últimamente la respuesta a esta situación es mejorar la situación en sus países, necesitamos trabajar en las raíces de los problemas, pero eso no lo podemos cambiar en un instante, necesitamos del Gobierno e instituciones, como la Iglesia y otros, para trabajar en el fondo de estos problemas”, dijo el obispo durante su visita al bordo fronterizo.

Entre ellos se encontró Rafael, un migrante venezolano, que al enterarse de los recursos destinados para un programa de salud en el Centro Integrador para el Migrante “Leona Vicario” solicitó al obispo que no permitiera al Gobierno mexicano monopolizar los recursos y, en su lugar, apoyar directamente a quienes luchan por sus derechos humanos.

“Cualquier tipo de donaciones que ustedes vayan a dar, yo creo que sería mejor que fuera directamente a las personas y no fuera a cualquier institución del Estado porque ya estamos cansados de que esto se vuelva un monopolio y no se ha llegado directamente a las personas, como tiene que ser. Nosotros estamos concentrados acá y de acá no nos movemos, padre”, dijo Rafael.

El obispo Seitz caminó por el frente de las casas de campaña instaladas por los migrantes venezolanos justo en el límite fronterizo entre México y Estados Unidos y a su paso escuchó algunas de las experiencias vividas por las personas en situación de movilidad en su intento por alcanzar una vida digna.

“Entiendo por qué necesitan salir de su país, porque para muchos es muy inseguro, no sólo económicamente, tienen amenazas contra ellos y ¿a dónde pueden ir en el mundo? No pueden ir a otro planeta, necesitan encontrar un lugar de seguridad, de paz, donde puedan proveer para sus familias”, dijo.

Además, señaló que Estados Unidos tiene responsabilidad en la situación que enfrentan los migrantes, por lo que la Iglesia católica ayuda brindando un albergue a quienes logran cruzar hacia el otro lado, con la intención de que puedan continuar con su camino, pero no es suficiente para hacerle frente a la problemática y se requiere concientizar a los gobiernos.

“Son nuestros hermanos y hermanas, ¿qué está pasando en el mundo cuando no podemos tener un corazón para los que sufren?, eso no lo entiendo. Es parte del papel de la Iglesia el llamar a nuestro mundo para cuidar a nuestros hermanos y una persona no puede hacer mucho, por eso necesitamos trabajar juntos para mejorar la situación”, dijo.

“Estoy muy preocupado por su situación, no pueden avanzar, no pueden regresar, ¿qué va a pasar con ellos?”, cuestionó el obispo. Después, escuchó a algunos migrantes venezolanos contarle que no tienen futuro en su país porque temen que si vuelven reciban alguna represalia por parte del Gobierno.

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