Juárez

Cubano abandona aspiración de irse a EU

Triunfa con ‘sueño juarense’

Agustín cuenta con un segundo puesto de comida, genera cuatro empleos y tiene planes para abrir una academia de baile en el Centro de la ciudad

Hérika Martínez Prado/
El Diario

miércoles, 18 diciembre 2019 | 06:00

Carlos Sánchez Carlos Sánchez

A casi tres meses de emprender su negocio de tamales y frituritas de maíz o “elotes cubanos”, como las han bautizado los juarenses, Agustín ya cuenta con una segunda sucursal, genera cuatro empleos y tiene planes para abrir una academia de baile en el Centro de la ciudad.

“Yo me quedo ya; en Juárez me han tratado bien, súperbien, me siento bien en Juárez”, aseguró el isleño que celebrará hoy el Día Internacional del Migrante mientras busca su regularización migratoria en México para quedarse en esta frontera, luego de abandonar el llamado “sueño americano”.

Agustín Duvergel, de 48 años de edad, originario de La Habana, Cuba, es uno de los más de 18 mil  extranjeros hispanoparlantes que han sido retornados de Estados Unidos bajo el programa Permanecer en México, dentro de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) para que esperen en Ciudad Juárez su proceso de asilo político.

“Al pueblo le ha gustado mucho, el elotico, como dicen ellos; los eloticos son frituritas de maíz, les han gustado mucho al pueblo y les queremos decir que nos mantenemos aquí frente a Coppel, seguimos con el negocito, vamos a seguir con frío o con lluvia, como quiera vamos a seguir todos los días aquí. Tenemos otra sucursal en el Mercado Cuauhtémoc”, dijo quien abrió otro punto de venta en la calle La Paz.

Solicita apoyo de Migración para regularizarse en México 

“Elotes, elotes de Cuba, vengan a probar las frituritas de maíz”, se escucha todos los días de 9:00 de la mañana a 7:00 de la tarde en “El Escandalo”, el puesto que él mismo Agustín diseñó y mandó a hacer en el mercado Los Herrajeros y decoró con banderas de Cuba, para vender las frituras de elote en forma de nuggets y que sirve sobre una hoja de elote, con queso y salsa al estilo cubano, en el cruce de las calles Ugarte y Noche Triste, frente a la tienda Coppel. 

“Seguimos acá, le decimos al pueblo que no se queden en la casa, que vengan a comer las frituritas, que la primera sigue siendo gratis, siempre para que el pueblo sepa que la calidad es aquí con nosotros”, dijo el cubano quien el primer día regaló mil frituritas para que los juarenses las probaran.

Agustín cruzó la frontera por Reynosa, Tamaulipas, estuvo detenido 30 días en Estados Unidos, donde solicitó asilo político, y luego fue retornado a Ciudad Juárez, donde ya tiene cinco meses y donde asegura se quedará a vivir.

Su primera cita ante la Corte de El Paso la tuvo en septiembre, pero decidió ya no regresar a la segunda en diciembre, dijo el licenciado en Cultura Física, quien vendía en Cuba frituras de maíz y daba clases de baile, por lo que desde hace casi dos meses busca un local en el centro de la ciudad para comenzar a enseñar salsa y bachata. 

“Ya llevamos un mes y medio, dos meses, esperando el local”, dijo quien busca el apoyo de las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) para poder regularizarse en México y no ser deportado a su país.

Con él trabajan Larris y Yunet, Larris es un administrador de empresas que también busca quedarse en Juárez, por lo que ya no asistirá a su cuarta cita ante la Corte de El Paso, el próximo 9 de enero. 

“Se las voy a regalar (la cita)… están deportando a la mayoría de los cubanos, y la deportación para Cuba es muy triste, me quedo en Juárez”, dijo el caribeño quien dejó en la isla a su esposa, a sus dos hijos de 27, 22 y a dos gemelas de ocho años. 

Dijo que ellos fueron retornados de Estados Unidos dentro de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) para que esperen en Juárez su proceso de asilo político, sin embargo ya ninguno quiere acudir a sus citas ante Corte migratoria.

Yunet cruzó hace casi siete meses la frontera con su esposa embarazada, a quién sí se le permitió continuar su proceso migratorio en Miami, donde nació su bebe hace cinco meses, mientras que él fue retornado. 

“Aquí todo mundo nos trata bien”, dijo quién tiene la esperanza de reunirse con su esposa y su hijo, pero mientras tanto trabaja en Juárez. (Hérika Martínez Prado / El Diario)

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