Juárez

Son capos en México, pero nadie los busca

Aun cuando han sido identificados como generadores de violencia, Fiscalía no los investiga

Sandra Rodríguez Nieto
El Diario de Juárez

viernes, 20 diciembre 2019 | 10:14

Tomada de Internet

Ciudad Juárez— Aun cuando diversos “líderes regionales” del Cártel de Sinaloa han sido identificados oficialmente como generadores de violencia en los años de mayor cantidad de homicidios en Chihuahua, la Fiscalía General del Estado (FGE) reporta no tener carpetas de investigación en su contra.

El caso más reciente es el de Noel Salgueiro Nevárez, extraditado el pasado 12 de diciembre a El Paso, Texas, con cargos de conspiración para la venta y distribución de drogas en Estados Unidos y contra quien la Fiscalía de Chihuahua no tiene indagatorias, como informó ayer el titular de la dependencia, César Augusto Peniche Espejel.

Esto, aun cuando desde 2011 la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) afirmó que Salgueiro fue “presunto responsable de secuestros, extorsiones, torturas y asesinatos de un gran número de personas en el estado de Chihuahua”.

También, informó la Sedena entonces, Salgueiro fundó y dirigía a la “Gente Nueva”, una organización aliada al Cártel de Sinaloa que se expandió en 2007 a Chihuahua para disputar el control territorial a los “Carrillo Fuentes y su grupo de sicarios denominado ‘La Línea’, manteniendo bajo su control a diversas pandillas” como los Mexicles y Artistas Asesinos.

El fiscal Peniche agregó ayer a El Diario que la FGE sigue también sin iniciar indagatorias contra otra veintena de presuntos “líderes regionales” del mismo Cártel de Sinaloa en esta entidad que desde 2012 fueron acusados por el Gobierno de Estados Unidos ante la Corte federal para el Distrito Oeste de Texas, con sede en El Paso.

En Chihuahua, mientras, estadísticas obtenidas por El Diario han indicado que hasta un 92 por ciento de los 18 mil 658 asesinatos cometidos en el estado entre 2008 y 2012, años de la presunta disputa de cárteles, continuaba sin avances en la FGE todavía hasta 2018.

La Fiscalía General de la República, por separado, inició en esos mismos cinco años –de 2008 a 2012– sólo 15 averiguaciones previas por el delito de homicidio en Chihuahua y, en ese período, que ha sido el más violento que haya sufrido alguna de las entidades de la república en los últimos 20 años, la Federación obtuvo sólo una sentencia condenatoria por ese delito.

La disputa del Cártel de Sinaloa contra el Cártel de Juárez ha sido identificada en diversos documentos oficiales como una de las causantes de la citada violencia que vivió Chihuahua, cuando tan sólo en Juárez fueron asesinadas más de 10 mil personas.

“El Cártel de Juárez aguantó una guerra territorial de varios años con el Cártel de Sinaloa, la cual, en su apogeo a mediados de 2010, dio lugar a asesinados relacionados con las drogas en Chihuahua”, indicó en 2018 la oficina para la Aplicación de Leyes contra las Drogas de Estados Unidos (DEA) en su reporte anual.

La estructura del Cártel de Sinaloa en Ciudad Juárez fue identificada públicamente en El Paso en abril de 2012, cuando diferentes agencias como la DEA y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) difundieron una acusación contra 24 personas señaladas como coordinadoras del transporte y cruce de grandes cantidades de cocaína y mariguana desde esta frontera hacia Estados Unidos.

Las rutas para este tráfico de drogas del Cártel de Sinaloa, indicó el FBI entonces, eran los puentes internacionales entre Ciudad Juárez y El Paso, así como los kilómetros de desierto en la zona del Valle.

En la lista de nombres de la acusación aparecen 10 personas que, además de pertenecer a la organización criminal, fungieron también como agentes de las Policías Estatal y Municipal en esta frontera.

Entre ellos, de acuerdo con el documento difundido desde abril de 2012 y publicado por El Diario, los exagentes locales Mario Núñez Meza, alias “El Mayito”; David Sánchez Hernández, alias “Christian”; Iván Sánchez Hernández, Arturo Lozano Méndez y uno más identificado sólo como José Luis, “Tocayo”.

También aparecen acusados los expolicías estatales Sergio Garduño Escobedo, Jesús Rodrigo Fierro Ramírez, Mario de la O López, Arturo Shows Urquidi y Fernando Arellano Romero, los cuatro primeros exintegrantes del grupo de Órdenes de Aprehensión de la entonces Procuraduría General del Estado de Chihuahua hasta 2004 y la mayoría ya procesados en Estados Unidos.

La acusación del vecino país también menciona que, además de las actividades de tráfico internacional de drogas, la organización Cártel de Sinaloa tenía en Chihuahua el objeto de “preservar y proteger el poder, el territorio y las ganancias de la empresa a través de la intimidación, violencia, amenazas, secuestro, tortura y asesinato, (así como) mantener a los traficantes rivales, informantes, testigos, policías, los medios de comunicación y al público en general, amedrentados por la organización a través de la violencia y amenazas de violencia".

Algunos de los crímenes registrados en Ciudad Juárez y que la acusación de EU atribuye a esta organización fue el asesinato de tres ciudadanos de Nuevo México que fueron secuestrados durante la ceremonia religiosa de una boda en la iglesia del Señor de la Misericordia, ubicada en Simona Barba y Valentín Fuentes, en mayo de 2010.

El crimen, de acuerdo con la acusación ante la Corte federal en El Paso, fue instruido, entre otros, por Noel Salgueiro y el jefe “regional” Antonio Torres Marrufo –detenido en México en 2012–, a quien en repetidas ocasiones las autoridades federales mexicanas identificaron como líder de las actividades de violencia del Cártel de Sinaloa.

Salgueiro –que no aparece en la acusación de 2012 ante la Corte federal del Distrito Oeste de Texas– fue señalado como parte del Cártel de Sinaloa en Chihuahua ese mismo año por parte del Departamento del Tesoro estadounidense.

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