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Juárez
lunes, 20 noviembre 2023 | 08:01
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Ciudad Juárez.- A 113 años de la Revolución Mexicana y tras la Toma de Ciudad Juárez en 1911, los cambios han sido notorios, pues aunque fue un conflicto armado de hace 11 décadas, dejó libertad, la formación de instituciones, leyes, trabajo, derecho al voto, normas, la capacidad de pensar en beneficio de la comunidad, entre otras cosas que tienen presencia a nivel nacional, mencionó Imelda Vega, maestra y socia fundadora de la asociación civil Paso del Norte por la Cultura de la Historia.
Recordó que la Revolución representa un cambio que se inicia para implementar todo aquello que debe de tener o cumplir un sistema. Lo que sucedió el 20 de noviembre de 1910 fue un cambio político, económico y social que aún está latente en todas las actividades que se hacen hoy en todo México.
“No se cumplió con todo en su momento, nos quedaron debiendo muchas cosas, pero eso se fue dando con el paso del tiempo. La Toma de Juárez el 10 de mayo, fue un hito que marcó la historia del país y, por supuesto, de la ciudad, porque se da la salida de Porfirio Díaz, lo que cambió todo”, dijo Vega.
Este hecho acabó con 35 años de gobierno, dando paso a nuevas elecciones en las que resultó ganador Francisco I. Madero, quien restauró la Constitución, prohibió la posibilidad de presentarse a una reelección y estableció el sufragio popular. Sin embargo, aquellos cambios no fueron suficientes.
Durante la batalla se buscaba dejar un sistema que no estaba dando resultados para atender las necesidades de una población aquejante y preocupada por su futuro, situaciones que no se iban a lograr con acciones pasivas.
Con lemas como “La tierra es de quien la trabaja”, “Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”, de Emiliano Zapata en conjunto con Pancho Villa, Pascual Orozco, Francisco I. Madero y Venustiano Carranza volvieron el camino de la batalla en un camino con igualdad, derechos y democracia.
“Los cambios fueron paulatinos, se fueron dando poco a poco, ahora nosotros estamos recogiendo los frutos de esa lucha. Nos dejaron una conciencia política al formar partidos, corrientes de demandas sociales justas y el hecho de vivir en un país democrático”, mencionó Vega.
De guerra a fiestas
La Revolución Mexicana fue una lucha en la que hubo sangre, muertos, desacuerdos y gente inocente pagando cosas que no le correspondían. En las instituciones educativas se imparten clases relacionadas con la historia de México, con los antecedentes que deben ser de una memoria colectiva.
De un tiempo para acá, la comunidad mexicana ha celebrado con fiestas, desfiles, cohetes y otras actividades que tienen un fin: la diversión.
Imelda Vega señaló que, pese a que fue un movimiento armado, las personas deben mantener despiertos los recuerdos históricos y si no se fomentan con estas actividades, posiblemente se pierda la intención.
“Es bueno que se den de forma lúdica y divertida porque ya no queremos que se repita lo malo. Es en beneficio de la comunidad y del conocimiento de nuestro pasado para poder entender nuestro presente y no regarla en el futuro”, añadió.
Memoria viva
En la actualidad, la especialista en historia da conferencias en las distintas regiones del estado con el objetivo de que las nuevas generaciones tengan presente su pasado y el por qué hoy su ciudad es como es.
“Los historiadores lo que hacemos es andar promoviendo, divulgando y haciendo conciencia de la importancia de una lucha y una guerra tan importante que no podemos perder la herencia que nos dejó”, mencionó Vega.
Añadió que la base de conocimiento y de que la memoria revolucionaria se mantenga viva, es deber de los maestros y maestras que enseñan materias que tengan relación con la historia de México.
“Si esto se logra no tendría por qué haber otra revolución, sólo de ideas, pero no una guerra”, dijo.
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