Refrescante colección

Ciudad Juárez— La curiosidad por guardar un recuerdo de la empresa refresquera donde había trabajado su padre, motivó a Miguel a recuperar unas botellas de soda que estaban en la basura que con el tiempo se acumulaba en el extenso terreno donde se ubicaba el taller de electrónica que tenía su progenitor; esa afición por coleccionar los envases lo llevó a reunir otros más y ahora ya cuenta con cerca de un millar de estos depósitos.

Botellas con capacidad para 192 mililitros, de 200 mililitros, 355, de medio litro, un litro y cientos más de distintos tamaños y diseños, forman parte de la colección que Miguel Flores Martínez ha reunido durante toda su vida y que quizá un día, dice, pueda donar a un museo para que todas las personas conozcan más sobre estos productos, varios de ellos de empresas juarenses.

Durante varios años ha reunido envases de Coca-Cola, Pepsi-Cola, Sky, Jarritos, 7Up, 3V Cola, Chamaca, Grapette, Fanta, Titan, Kong, Manzana California, La Popular, Doble Cola y Orange Crush, entre otros; incluso, tiene una botella de Orange Crush fabricada el 12 de marzo de 1941.

Además de botellas, ha tenido la oportunidad de conseguirlas con todo y el líquido, algunas de Sky, de Coca-Cola, Pepsi-Cola y Jarritos de diferentes tamaños.

“Empecé a juntar estas botellas cuando era niño, en ese entonces mi papá tenía un taller donde arreglaba motores eléctricos, situado por la calle 29 –ahora Norberto Hernández– y la Adolfo López Mateos; pero además tenía un terreno muy grande donde había basura y muchas cosas que aún servían, pero que ahí las tiraban y entre todo eso había botellas de soda”, comenta Miguel.

Recuerdos y nostalgia

“De todo lo que había en ese terreno” -dice- “lo que más me llamó la atención eran las botellas de soda, había muchas, algunas hasta en las cajas que usaban para distribuirlas; le pedí permiso a mi papá para agarrarlas y las guarde en otro lugar; entre ellas había de Sky, Jarritos y Doble Cola”.

Comenta que su padre había trabajado en la empresa de refrescos que elaboraba la Sky, por lo que decidió guardarlas como recuerdo de donde su progenitor estuvo por varios años, pero al mismo tiempo le surgió la idea de juntar más botellas de otras marcas y empezar una colección de ellas, aunque sólo fueran los envases, pero que son una muestra de los diferentes diseños y tamaños que han usado las empresas del ramo a través de los años.

Desde entonces Miguel, de 42 años de edad, decidió tener su colección de envases de soda; lo ha hecho toda su vida y espera seguir con esta afición por mucho tiempo, al menos hasta que su condición física se lo permita y tenga dónde guardarlas, pues a la fecha las tiene en una bodega que le prestaron en la zona Centro de la ciudad.

Botellas de distintas marcas de refrescos y en distintos tamaños empezaron a llegar a las manos de Miguel, algunas cuando junto a su padre acudía a hacer trabajos a diferentes casas, en donde las encontraba tiradas y las recogía; otras más las mismas personas se les regalaban al darse cuenta que él las coleccionaba.

Miguel dice estar orgulloso de su colección de botellas, pero también es consciente de que un día que no esté alguien las pueda destruir, pero antes de que eso ocurra, contempla obsequiarlas a algún museo que las cuide y puedan servir para que toda la gente las conozca y se dé cuenta de parte de la historia de los refrescos en esta frontera.