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Juárez

Radicaron en Juárez tres presidencias

Benito Juárez, Francisco I. Madero y Venustiano Carranza dirigieron el rumbo del país desde esta ciudad

Luis Carlos Cano
El Diario de Juárez

miércoles, 08 julio 2020 | 06:00

Cortesía Cortesía | Cuando Madero se retiró de la ciudad, la casa de adobe cayó en el olvido y fue hasta la década de 1960 cuando el historiador Armando B. Chávez hace una recreación de la misma

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Ciudad Juárez— La Toma de Ciudad Juárez fue un hecho de gran importancia para el triunfo de la Revolución Mexicana, pero poco se sabía de esto hasta que se empezaron a escribir libros sobre el tema en el 2003, y a pesar de que tuvimos a tres presidentes de México en la ciudad, poco se piensa en esta frontera como un lugar histórico, dijo el historiador Daniel Leonardo García Salinas.

“Pocas ciudades pueden decir que tuvieron un presidente en la ciudad como nosotros, primero a Benito Juárez y posteriormente a alguien como Francisco I. Madero; luego, en 1915, Venustiano Carranza ocupa la Aduana Fronteriza como una tercera presidencia; tuvimos tres presidentes de México en la ciudad y esto es parte de la historia”, dijo el también encargado del Museo Casa de Adobe, al participar ayer martes en las charlas sobre historia regional “Rastros de la Historia”, organizadas por el Instituto Para la Cultura del Municipio de Juárez (Ipacult) y el Museo Casa de Adobe.

Al abordar como tema de la charla la Heroica Toma de Ciudad Juárez, el historiador destaca la figura de Francisco I. Madero como líder político de la Revolución Mexicana en la lucha contra el ‘porfiriato’, como artífice de la caída del régimen tras la Toma de Ciudad Juárez y la firma de los Tratados de Paz con que se logró la renuncia y el destierro de Porfirio Díaz.

Casa de Adobe: estancia para fuerzas revolucionarias

Al hablar de la Toma de Ciudad Juárez y sus antecedentes, como la estancia de las fuerzas revolucionarias en la Casa de Adobe, García Salinas enfatiza en que esta construcción, que ahora es el Museo Casa de Adobe, es un elemento fundamental para nuestra identidad como juarenses, algo que nos define, además de los burritos.

En su charla, el historiador dice que es importante centrarse en la figura de Porfirio Díaz y recordar que en la transición del gobierno de Benito Juárez al de Díaz destacan los planes de La Noria y Tuxtepec, donde precisamente el general confronta al gobierno juarista y lo interesante es que la pugna por la que llega al poder es la oposición a la reelección del presidente Juárez, que posteriormente fue una de las características principales del gobierno de Porfirio Díaz.

“Habría que aterrizar esto en la región, situar lo que pasa en la localidad con lo que ocurre en el resto del país, y mencionar tres aspectos básicos de la relación de Ciudad Juárez con Porfirio Díaz, uno de ellos es el edificio de la Aduana Fronteriza, lo que ahora es el Museo de la Revolución en la Frontera, inaugurado el 10 de septiembre de 1889. Este tiene la particularidad de que fue construido de ladrillo, cuando entonces el adobe era el material de construcción de las casas de juarenses”, explica.

La inauguración se da con la representación de un enviado de Díaz, otro evento importante es la reunión de William Taft y Porfirio Díaz en este edificio, y otro lugar fundamental es el monumento a Benito Juárez, en donde el entonces presidente pone la primera piedra del monumento, inaugurado en 1910.

“Curiosamente”, dice García, “va a ser utilizado posterior a la Toma de Ciudad Juárez, ya que es donde Madero celebra la renuncia del presidente Díaz, algo paradójico: lo inaugura el presidente Díaz y celebramos la caída de su régimen en ese espacio”.

Otro evento de importancia es la llegada del ferrocarril a la ciudad, que entonces tenía unas 8 mil personas. La ciudad crece gracias al ferrocarril, medio que es impulsado por Porfirio Díaz; a raíz de la llegada del tren hay servicio como el agua, la electricidad y el teléfono, incluso la apertura de teatros y escuelas.

Como historiador, dijo, se evalúa que justamente sí hay progreso económico, pero hay contrapeso en la cuestión social.

El narrador comentó que en la Revolución se reconoce como precursores intelectuales a los hermanos Enrique y Ricardo Flores Magón, luego el surgimiento de grupos antireeleccionistas y después aparece Francisco I. Madero con el libro de la sucesión presidencial, que sale a la luz en 1908 y luego su campaña política con el Sufragio Efectivo, no Reelección, algo que cobró popularidad, pero no fue bien visto por el régimen porfirista.

Después de que lo encarcelan aparece el Plan de San Luis, que es cuando Madero convoca a levantarse en armas contra el régimen de Porfirio Díaz, comenta.

Madero huye y se refugia en San Antonio, Texas, en donde redacta el citado plan, luego regresa a México, ingresa por el área de Ysleta, de donde se traslada a Casas Grandes y el 6 de marzo intenta la toma de la ciudad, pero falla y se dice que fue herido.

Se traslada a la Hacienda de Bustillos donde ya están con él Pascual Orozco, Francisco Villa y Giuseppe Garibaldi, con quienes se traslada a Ciudad Juárez, explica.

Al llegar a Ciudad Juárez hay una especie de negociación con los federales a cargo del general Juan Navarro, porque hay un elemento muy importante que es la prensa norteamericana y se asientan en esta zona fronteriza; cerca del río Bravo se hace el campamento revolucionario en donde Madero toma como oficina la casa de adobe.

Pero Madero no tuvo nunca mucha certeza de la Toma de Ciudad Juárez, titubeó porque estaban a unos pasos de Estados Unidos y qué pasaría si una bala cruzaba la frontera, provocaría un conflicto internacional y es algo que ni Madero, ni Díaz querían que ocurriera, dice el historiador.

Es por eso que Madero dio instrucciones de levantar el campamento, pero Pascual Orozco y Francisco Villa hablan con sus tropas y el 8 de mayo se levantan en armas dividiéndose en distintos frentes y continúa el 9 de mayo, cuando cortan la electricidad, lo que repercute en el corte de agua, situación que afecta a los miembros del Ejército federal, que además de no estar acostumbrados al clima local, estaban mal pagados, aparte de una serie de situaciones complejas que los debilitan moralmente.

Y esto finalmente lleva al general Navarro a rendirse el 10 de mayo ante el ejército revolucionario. La rendición se da el 10 de mayo de 1911, pero es hasta el 21 en que se firman los tratados de Ciudad Juárez.

El 25, Porfirio Díaz firma su renuncia, el 31 sale del país y a partir de esto, Madero se retira de la ciudad, pero la casa de adobe cae en el olvido y es hasta la década de 1960 cuando el historiador Armando B. Chávez hace una recreación de la casa.

Posteriormente, de 2003 al 2005 empiezan a aparecer libros sobre estos hechos, como los libros del historiador Pedro Siller ‘Materia de Sombra’ y ‘Cuadro de Cuadros’, que a partir de ahí el Museo de la Ex Aduana cambia su temática por Museo de la Revolución en la Frontera con el fin de posicionar la Toma de Ciudad Juárez; el otro gran evento es la reconstrucción del Museo Casa de Adobe, agrega. 

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