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Juárez

¡Presente!; dan el último adiós a paramédico asesinado

Compañeros despiden a quien por 22 años fue voluntario

Mayra González
El Diario de Juárez

jueves, 03 junio 2021 | 12:45

Fernando Méndez
El Diario de Juárez
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Las sirenas de las ambulancias de Rescate Municipal se encendieron y los paramédicos respondieron al pase de lista, al escuchar el nombre de Luis Pablo Jiménez Moreno, todos gritaron “Presente”.

El paramédico de 22 años que era voluntario en esa corporación y que fue asesinado a balazos el pasado fin de semana - en lo que la Fiscalía investiga como una confusión -  estaba a un mes de que se le diera ahí el trabajo de planta, un sueño que tenía mucho tiempo persiguiendo, narró su pareja Kenia Díaz Alcocer.

Con esta meta, venían otros sueños por cumplir;  ya había llegado el traje que usaría en su boda, a Kenia en un mes le llegaría su vestido y estaban comprando los muebles para la casa en la que vivirían, mencionó la joven de 23 años mientras con una mano sostenía a su bebé de ocho meses y con la otra mostró los anillos de boda que ahora carga en una cadena en el cuello.

Todo esto se esfumó en un instante la noche del sábado cuando Pablo se disponía a trabajar animando una boda con el equipo de zancos y sonido para el que prestaba sus servicios.

Kenia, quien estaba con él, recordó que llegaron tres sujetos con aspecto de drogadictos a bordo de un Uber, un vehículo rojo de modelo reciente, descendieron del carro y mientras un compañero le explicaba a Pablo como usar un equipo nuevo, uno de ellos se acercó y le gritó por otro nombre ya que el lugar estaba oscuro.

Le realizó disparos en el cuerpo y Pablo corrió, sin embargo fue alanzado y el agresor le disparó nuevamente en la cabeza.

“Yo me fui corriendo hacia mi esposo, traté de tapar sus heridas para que ya no sangrara, fue lo que él me enseñó, ya ve que él era paramédico, me enseñaba muchas cosas, estaba oscuro y salió la gente de la fiesta y me prendieron las luces, fue cuando me di cuenta que le habían disparado también en la cabeza, algo que me enseñó mi esposo es que un disparo en la cabeza ya no tiene remedio y sí, ahí en mis brazos se me murió”, narró.

Luis Pablo fue despedido ayer por su familia, amigos y compañeros de los tres lugares que fueron parte de su vida, las ambulancias, la danza y de su trabajo como animador de fiestas.

“Me siento fatal, tengo la niña por la que no puedo llorar, me dejó sola con una niña, sola no estoy, tengo a mi familia y a la familia de Pablo que me está apoyando mucho pero no es lo mismo, él era mi apoyo en todo, él era mi calculadora, mi cerebro, yo dependía mucho de él”, expresó.

Grupos de danza y de música también acudieron al domicilio donde fue velado para hacer una presentación en su honor.

Portando camisetas con su nombre, realizaron un recorrido en ambulancias hasta el Panteón Tepeyac para darle el último adiós.

“No es tanto a las autoridades a que les pido algo, yo lo que le pido es a las madres y a los padres que de verdad eduquen a sus hijos”, mencionó.

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