Pasó de ser lavacarros a sicario

Por su trabajo en un negocio de lavado de carros, Jesús Armando D. R. conoció ahí mismo a “El Oso”, quien le preguntó si quería ganar más dinero vendiendo mariguana, ya que él le dijo que trabajaba para “La Línea”.

Luego le preguntó si quería “jalar con ellos”, y el sábado 6 de mayo (que terminó con 16 asesinatos) le llamó y lo citó en el estacionamiento de la tienda Soriana Porvenir, donde Jesús Armando lo encontró en un Dodge Neón azul marino en el que había dos armas y era conducido por una mujer, cuya identidad se omite.

Con ella al volante, los tres llegaron a las 4 de la tarde al exterior de un domicilio entre las calles Portal del Mezquite y Puerto Isabel, en el fraccionamiento Portal del Roble, donde, de acuerdo con un auto de vinculación a proceso dictado ayer y que relata estos hechos, tanto “El Oso” como Jesús Armando bajaron del carro, dispararon al menos 18 veces y asesinaron a dos hombres.

“El Oso”, agrega la declaración de Jesús Armando citada ayer en audiencia judicial, le dijo que las víctimas eran “de los contras, que eran Doble A”.

En su petición de vinculación por homicidio calificado, el Ministerio Público (MP) citó un dictamen de balística que indica que casquillos percutidos asegurados en la escena del crimen dieron “cotejo positivo” con las dos armas encontradas en el vehículo en el que fue detenido Jesús Armando D. Uno de los artefactos, se agregó en la audiencia, fue fabricado en la República Checa, el otro en Estados Unidos.

“Las balas corresponden con suficiente concordancia en cuanto a sus marcas de clase” con las dos armas encontradas en el carro, resolvió el juez Hugo Óscar Alonso al dictar el auto de vinculación.

Las víctimas fueron Osvaldo I. H., de 52 años, así como otro hombre cuyo cadáver permanece sin identificar y con el número 885/2023 en el Servicio Médico Forense de esta ciudad.

Al ser encontrados por el MP sin vida sobre el suelo, ambos estaban también desarmados, circunstancia citada ayer en la audiencia judicial para sustentar la ventaja en el homicidio y, con ella, el agravante de calificado.

Detención 30 minutos después del crimen

La detención de Jesús Armando D. R. se realizó 30 minutos después del crimen, cuando elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) recibieron el reporte en el “número comunitario” y datos como la vestimenta de pantalón y playera negra de uno de los agresores y la huida en un Dodge Neón azul marino con placas de Anapromex.

La SSPM informó que “en cuestión de minutos ubicaron” el carro y las armas entre las calles Independencia y Francisco Márquez, en la colonia El Papalote, pocos kilómetros al norte.

Lo expuesto ayer en la audiencia agrega que el acusado aceptó declarar ante el MP y que, asistido por defensor de oficio, narró lo mencionado sobre su trabajo para el “El Oso”, cuyo nombre también se omite.

En lo que su versión difiere es en que él haya disparado, ya que, según lo citado como su declaración, “él fue sólo a dar seguridad” al crimen.

El defensor también pidió al juez considerar el testimonio de un hombre que, durante las pesquisas de la SSPM, dijo haber visto sobre la calle Henequén a un hombre bajar de un carro y aventar un arma.

Al pedir tres meses para el cierre de la investigación, la representante del MP mencionó pruebas pendientes de química tanto en prendas como en manos del imputado. El plazo, concedido por el juez, vence el 12 de agosto.