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Juárez

Pagan juarenses ‘platos rotos’ por ejecuciones

Se ven obligados a limpiar exterior de casas y negocios tras hechos violentos

Staff
El Diario de Juárez

jueves, 03 noviembre 2022 | 11:38

Staff / El Diario de Juárez | Un locatario echa cal sobre un charco de sangre en una plaza ubicada en Teresa Mendiola e Irma Ferriz de Reyes Estrada

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Ciudad Juárez.— Cinco kilos de cal y una cubeta de agua tras otra parecían no ser suficientes para limpiar los rastros de sangre que quedaron tras la ejecución de un hombre afuera de varios locales comerciales en la colonia Parajes de Oriente.

El propietario de dos locales y el arrendador de un negocio de quesos y mariscos son quienes la mañana de ayer enfrentaban una de las consecuencias que dejó este evento: el llegar a sus negocios y encontrar esta escena donde una noche antes quedó tendido el cuerpo de la víctima y tratar de limpiarla antes de que llegaran los clientes.

“Nosotros ya habíamos cerrado, ya estábamos en nuestras casas, no vimos nada, aquí cerramos a las 7:00 a más tardar”, comentó Ignacio, propietario de los locales, mientras seguía echando cal y la dispersaba con la escoba.

El hecho violento ocurrió poco antes de las 9:00 de la noche del martes en el cruce de las calles Teresa Mendiola e Irma Ferriz de Reyes Estrada. 

“Aquí en Juárez normalmente pasa esto y qué puede uno hacer, no puede uno hacer nada, simplemente encomendarse a Dios”, añadió Ignacio. 

Tanto él como Manuel, el locatario, mencionaron que la víctima era uno de los dueños de un local donde venden elotes, el cual se encuentra enfrente y a quien sólo conocían de vista. 

“Es miedo, miedo a cualquier cosa que pueda pasar, pero ¿qué puede hacer uno? Ni modo que esconderse, uno tiene que salir a buscar el pan de cada día, tiene uno que salir a luchar para sostener a la familia”, añadió Ignacio.

Mientras los hombres limpiaban la escena, elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) se observaban dentro del negocio de elotes El Diego realizando el interrogatorio a su familia. 

Manuel aseguró que pese a lo lamentable de la escena, durante las primeras dos horas transcurridas desde que abrió el negocio las ventas parecían no verse afectadas: los clientes que se observaban llegar rodeaban el charco de agua roja, realizaban la compra y se retiraban rápidamente. 

“Son cosas que suceden, uno no las puede evitar. Gracias a Dios no afectó hoy, las cosas son normales”, comentó el comerciante.

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