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Juárez

Narra connacional los horrores de su secuestro

Mexicano liberado había abandonado su hogar para darle una mejor vida a su familia

Staff
El Diario de Juárez

martes, 06 diciembre 2022 | 12:39

Cortesía | Los 98 migrantes plagiados fueron rescatados por la AEI en Escalón, Chihuahua, el pasado 25 de noviembre

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Ciudad Juárez.— Con el sueño de darles una vida mejor, “Alejandro” dejó a su esposa y a sus dos hijos en casa para ir a trabajar a Estados Unidos, pero en Jiménez un grupo armado lo bajó del camión en el que viajaba y lo mantuvo secuestrado por más de un mes, mientras amenazaba a sus familiares con asesinarlo. 

“No es juego, sabe que aquí lo tenemos… 12 horas tiene; si no, le mandaremos un video mochándole la cabeza”, fue la amenaza que recibió uno de sus familiares en México, a quien le pedían 100 mil pesos de rescate, mientras que a otro en EU le exigieron 2 mil 600 dólares, y aunque este último sí los pagó, le argumentaban que no habían recibido el depósito. 

El mexicano, cuyo nombre fue cambiado por seguridad, formó parte de los 98 migrantes liberados el pasado 25 de noviembre por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua (FGE), en el poblado de Escalón.

“Yo pensé que me iban a sacar al desierto para matarme (…) a la gente no la tratan mal, no le quitan identificaciones ni nada, pero psicológicamente uno solo se está matando; lo vigilan tres hombres armados y todos los días le dan la misma comida, en la mañana todos los días eran frijoles con huevo y en la tarde papas con espagueti”, relató quien tras un mes pudo fundirse en un abrazo con su familia.

Se detuvo camión en plena carretera, señala

El hombre de 41 años narró que viajaba hacia la frontera en un camión de la línea Chihuahuenses, cuyo conductor se detuvo “en plena carretera” pasando la caseta Jiménez-Savalza. Luego, un grupo de hombres armados subió al camión y bajó a tres pasajeros. 

“Pidieron la credencial para que se identificara uno, y ya me dijeron: ¡bájate tú!, y bajaron a otros dos chavos. Ya nos bajaron y le dijeron al chofer: ¡ya vete! Nosotros nos quedamos ahí con ellos, y el chofer siguió. Nos subieron a una camioneta Suburban, nos cambiaron a otro carro, luego a otro carro… hasta Escalón”, relató. 

Dijo que primero fueron llevados a una bodega a un lado de la avenida principal de Escalón, y luego los cambiaron al lado de las vías del tren a una casa de seguridad, donde vio que había migrantes mexicanos y procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Ecuador, incluidos menores de edad. 

Aunque no sabe cuántas personas había en la casa de seguridad cuando los llevaron a ellos, eran muchos menos que los 98 rescatados, pero todos los días llegaban y salían personas debido a que los familiares pagaban sus rescates. 

En comunicación constante

Después de secuestrarlos les quitaban sus teléfonos celulares, y sólo se los daban para que les hablaran a sus familiares para pedir el rescate, aunque aparentemente por la mayoría de las 98 personas rescatadas ya habían pagado, pero los secuestradores continuaban amenazando a sus familiares con el argumento de que no les habían caído los depósitos. 

“Cuando íbamos a hacer una llamada a la persona que iba a pagar, si te contestaban estaba bien y si no ya, hasta que ellos te volvían a prestar el teléfono. En ese tiempo yo nada más hice dos llamadas”, recordó. Sin embargo, los secuestradores sí mantenían contacto por mensajes con los familiares. 

“Les decían que se tenía que pagar ese dinero por pasar por ahí… la mayoría ya estábamos pagados de una forma u otra, pero seguían haciendo extorsiones o decían que para pagarle al patrón”, dijo el hombre, quien le entregó una carta a una migrante para que se la mandara a su esposa. 

“El papel decía que si no regresaba que no me buscaran, que si algún día me dejaban salir que yo llegaría, pero que si no ellos no me buscaran”, dijo.

El día del rescate

Relató que el día que fueron liberados, los hombres ya sabían que la Policía iría por ellos, “dijeron que iba a entrar la Guardia Nacional y nos subieron al desierto en un camión; se nos hizo raro porque el camión le daba un rato en la carretera y luego se paraba, le daba otro rato y se paraba. Y la tercera vez, ya estábamos sudando todos, cuando llegó la Policía”. 

Al principio, dijo que pensaron que se trataba de un grupo contrario, ya que los hombres les mencionaron que llegarían “los contras”, que se los iban a llevar y los iban a matar, por lo que todos comenzaron a correr y esconderse. 

“Todos nos escondimos, pero ya le dije yo a los muchachos que ya como quiera, fregados ya estamos, que ya si nos llevaban otra vez ya pues ni modo… Y ya nos dijeron que era la Policía, y nos dio mucha alegría, casi todos estábamos llorando ahí de alegría”, narró.

Detenidos en el lugar

“Cuando nos subieron al desierto siempre había tres personas cuidándonos, pero no detuvieron a nadie”, mientras que los agentes de la AEI detuvieron a Joaquín D. Q., Sergio Armando G. S., Juan Z. G. y José Ángel R. V., cuando viajaban en una camioneta pickup Chevrolet Cheyenne azul, en la cual se aseguraron envoltorios de mariguana, así como una radio portátil. 

También una pickup Chevrolet Silverado gris, donde se encontró un fusil calibre 7.52x39 milímetros con cargador con 28 cartuchos útiles, un fusil calibre .308 con cargador con 20 cartuchos útiles, un multifusil y una pistola calibre .380 con cargador con cinco cartuchos útiles.

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