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Juárez

Mandan a migrantes a zona de traficantes de personas

Denuncian que los agentes de la Patrulla Fronteriza los envían a la ‘puerta 45’, sitio donde supuestamente los secuestran

De la Redacción / El Diario

domingo, 28 abril 2024 | 14:56

Staff / El Diario | Un hombre permanece cerca de la concertina mientras habla con un oficial

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Ciudad Juárez.- Personas migrantes que intentaban llegar con los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso denunciaron que los agentes de la Guardia Nacional de Texas los mandan a la “puerta 45”, en donde traficantes de personas los han amenazado para que se retiren de la frontera. 

“Allá hay mucho cártel, están secuestrando y traemos muchos niños”, gritaba una mujer desde el bordo del río Bravo a los militares que les pedían seguir caminando hasta la puerta del muro fronterizo ubicada en el marcador internacional número 45.

“¿Ustedes quieren ver muertos?, en la puerta 45 está el cártel… no queremos violencia, sólo queremos que nos ayuden”, les decía otro hombre, mientras un grupo pedía la presencia de las autoridades federales para que los procesaran.

Al grito de “Biden, Biden, Biden”, “migración, migración” y “déjenos pasar, queremos agua”, cientos de personas en movilidad se reunieron el jueves en el bordo del río Bravo para pedirle a los agentes de la Guardia Nacional de Texas que los dejara entregarse con las autoridades federales. 

Alrededor de 400 personas, la mayoría de las cuales arribaron a Ciudad Juárez la tarde del miércoles, sentadas sobre los vagones de un tren de carga, se reunieron frente a la puerta del muro fronterizo ubicada en el marcador internacional número 40, en donde los militares texanos los amenazaron con dispararles gas lacrimógeno si no se retiraban.

“Anoche y en la madrugada nos echaban gas a donde estábamos acostados, para que nos levantáramos y nos fuéramos, estábamos debajo de los árboles y nos calaba en la cara”, narró un hombre venezolano.

Después de pasar la noche en los límites de la frontera y de caminar por kilómetros a la orilla del río, primero se reunió frente a la “puerta 40” un grupo conformado principalmente por decenas de mamás, niños, niñas y adolescentes (NNA), quienes comenzaron a aplaudir frente a los militares, mientras gritaban: “Migración, migración”. 

“Hay niños, tenemos hambre. Agua, agua, queremos agua”, gritaba una mujer, mientras su hijo, Miguelito de 2 años de edad, pedía a gritos que los dejaran entrar.

Les piden que vayan a un albergue

Dos mujeres agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) llegaron para tratar de convencer a las madres y padres de irse a un albergue, mientas que dos unidades de elementos de la Guardia Nacional mexicana repartieron botellas de aguas a las niñas y niños, quienes al darse cuenta corrían hasta ellos para recibir el líquido. 

Después de recorrer miles de kilómetros desde países como Chile, Venezuela, Colombia, República Dominicana, Guatemala y Ecuador, cientos de personas comenzaron a reunirse nuevamente frente a la llamada “puerta 40”, cuyo marcador se convirtió por cerca de una hora en el punto de manifestación de cientos de migrantes. 

Mientras los extranjeros suplicaban a los agentes que los dejaran ingresar para ir a trabajar, las respuestas fueron de amenazas de dispararles con pistolas de gas lacrimógeno. 

“Nos amenazaron que nos iban a disparar si no nos movíamos, pero es que nosotros no inmigramos porque queramos, sino por necesidad, por una nueva vida pues”, dijo Michael Corrales, de 19 años de edad, quien busca llegar a Nueva York, en donde los esperan dos primos. 

Los militares también les pedían acudir a los puentes internacionales para pedir su ingreso a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), sin explicarles que antes deben obtener una cita por medio de la aplicación CBP One. 

Mientras los niños y niñas pedían a gritos agua y la presencia migración (la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos), una agente mujer de la GN de Texas les decía que ellos estaban haciendo su trabajo, el cual es no dejarlos pasar. 

Después del arribo de un convoy del INM, la GN y la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), los agentes texanos dejaron de apuntar sus armas de gas lacrimógeno hacia México, y poco a poco los migrantes comenzaron a dispersarse, caminando junto al río.

Con la esperanza de encontrar “un hueco” entre el cerco de alambre con púas para poder llegar a Estados Unidos, unos se dirigían al marcador 36, mientras que otros decidieron seguir su camino hasta el marcador 45, pese al temor de ser amenazados por los traficantes de personas.

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