Instala biblioteca compartida

Ciudad Juárez— Convencida de que todos podemos hacer algo por la comunidad para lograr una mejor convivencia, Fernanda no lo pensó dos veces para llevar a cabo su idea y tras recibir la aprobación de sus vecinos, instaló un módulo de intercambio de libros en un parque del fraccionamiento Colonial del Valle.

“Leer puede significar grandes aventuras, atrévete a vivirlas”, dice el texto inscrito en una de las paredes del estanquillo que da cabida a alrededor de 70 libros de distintos géneros y títulos, mismos que están a disposición de los residentes de esta zona habitacional, situada al noreste de la ciudad.

El interesado toma un volumen y deja otro en su lugar, esa es la dinámica de esta pequeña biblioteca colocada cerca de una banca por la calle Hacienda de los Morales, pero “si te llama la atención algún libro eres libre de llevártelo y regresarlo cuando lo termines”, dice otro de los escritos en la pared del módulo.

“Lo importante es que la gente venga y se lleve un libro, que lo lea y después lo regrese, o de lo contrario que deje uno por el que se va a llevar, pero que haga uso de esta biblioteca”, dice Fernanda González, una joven estudiante de la preparatoria Tesla, que en su afán de hacer algo por su comunidad, decidió colocar el módulo usando sus propios recursos.

“Estamos orgullosos de lo que ha hecho, ella es un ejemplo para los jóvenes y para todos los que vivimos aquí, desde que puso el módulo de libros, otros vecinos han actuado de manera diferente, ahora tiran menos basura, ayudan a cuidar el parque y hay quien hasta donó tambos para la basura y otros para el agua con qué regar el área verde”, dice el señor José Octavio Pedregón Gallardo, tesorero del comité de vecinos.

Y es que como dice la frase “los viajes ilustran”, Fernanda aprovecha cuando sale de la ciudad y cuando ve que algo es bueno no duda en hacerlo, como fue el caso de este estanquillo con los libros, algo que vio en un viaje a Ruidoso, Nuevo México, y tras consultarlo por las redes sociales con sus vecinos, decidió instalarlo en el parque del sector. 

Vecinos aportan al crecimiento del módulo

“Un vecino que trabaja con la madera fue quien lo fabricó, le expliqué qué quería y luego de hacer el presupuesto le di para que lo llevara a cabo, está bien hecho, incluso con el techo cubierto de impermeabilizante para que se proteja en toda temporada, con el frente de vidrio para que se vean los libros y luz LED a base de pilas, para que también en la noche lo puedan usar”, explica la joven.

Tras dejarlo bien fijo al suelo, Fernanda sacó 20 de sus libros y los acomodó en el módulo, acto que fue imitado por otros vecinos del sector y de inicio juntaron 62 tomos de distintos géneros y títulos; lo importante era el arranque y ya se había dado.

“Le caben cerca de 100 libros, pero siempre procuramos tener alrededor de 70 para que la gente pueda ver bien los títulos sin problema y lo están aprovechando”, dice Fernanda.

Antes de colocarlos en el estanquillo, la joven le pone el sello que los marca como parte del acervo de esta pequeña biblioteca: “Librería compartida, vecinos Colonial del Valle”.

“De eso se trata”, dice, “de que la gente que vive en este lugar lo vea como algo suyo y a la vez de todos, pues a todos los que vivimos aquí nos beneficia tener un módulo así”.

Y es por eso que en una de las paredes del estanquillo están escritas las recomendaciones de uso, pero también la sugerencia para hacer un buen uso de él.

“Librería compartida, vecinos Colonial del Valle, esta librería es de todos. Toma uno y deja uno, de esta manera la librería nunca se quedará vacía. Cuidemos y respetemos esta librería para que se quede por mucho tiempo y tengamos libros siempre”, dice el escrito.

Para seguir con esta actividad hay dos elementos claves, y la gente los está siguiendo, dice Fernanda: el interés por la lectura y la honestidad en seguir la dinámica de tomar un libro y dejar otro, algo que espero siga por mucho tiempo, pues a todos ayuda.