Han cruzado el río más de 10 mil en 5 días

Con una fila constante de cientos de migrantes de diversas nacionalidades sobre el bordo del río Bravo, durante la última semana los agentes de la Patrulla Fronteriza han recibido a más de 10 mil personas que buscan solicitar asilo político ante el Gobierno de Estados Unidos.

La fila que comenzó a formarse la mañana del sábado y que continuó la tarde del domingo con la llegada de mil 80 migrantes, quienes conformaron una caravana desde el estado de Durango, ha mantenido constantemente a cientos de personas junto al muro fronterizo, en espera de ser recibidas por las autoridades estadounidenses.

Al cruzar el río internacional –que del lado mexicano es llamado Bravo y del lado de Estados Unidos Grande– las personas ya están en el vecino país, pero deben formarse por hasta 24 horas para ser recibidas por los agentes y comenzar su procesamiento.

Aunque, según los propios migrantes, a algunos los están enviando a otras fronteras para que sean procesados, por lo que se desconoce si son expulsados bajo el Título 42 o si son liberados, como ha ocurrido con miles en El Paso.

A pesar de que la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso no ha dado una cifra oficial de encuentros en la frontera, el pasado lunes informó que “durante el fin de semana, el Sector El Paso experimentó un gran aumento de cruces ilegales con un promedio de 2 mil 460 encuentros diarios por tres días, principalmente en el Centro de El Paso”, por lo que hasta entonces sumaban 7 mil 380 encuentros.

Debido al procesamiento pausado y la constante llegada de personas, la fila que el domingo sumó más de mil 500 personas se mantuvo desde el lunes hasta el jueves entre 600 y mil personas junto al muro fronterizo, pese a las bajas temperaturas, cuya sensación térmica llegó ayer a los -1 grados centígrados (31 Fahrenheit).

Entre las personas que cruzan el río se han observado oriundos de países como Nicaragua, Colombia, Ecuador, Perú, Cuba y Panamá, quienes durante el martes y jueves dijeron haber esperado hasta 25 horas para ser recibidos por los agentes estadounidenses, y ayer aseguraron tener 19 horas.

Se organizan solos

Los propios migrantes se han organizado para ser recibidos, separando a las familias con menores de edad debido a que tienen prioridad por las autoridades migratorias, y repartiendo boletos con número para que nadie se adelante en la fila.

La noche del miércoles “estaban llorando de frío, mi prima cruzó ayer como a las 10:00 de la mañana, es de Nicaragua”, narró la mañana del jueves un venezolano quien debido a su nacionalidad espera en Ciudad Juárez el fin del Título 42 el próximo 21 de diciembre.

“¡Comida, comida, denos comida!”, gritan constantemente los extranjeros en la fila, mientras que desde la noche del domingo venezolanos que esperan en México les venden café, pan, pollos rostizados, pizzas e incluso toallas sanitarias, debido a que ellos no pueden moverse de la fila para no perder su lugar.

Ponen a EU a prueba 

“Quisiera ser claro sobre esto: con o sin Título 42, las personas que no pueden establecer un fundamento legal para permanecer en Estados Unidos serán expulsadas”, informó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas.

“La inestabilidad económica y política en todo el mundo está contribuyendo a que se generen los niveles más elevados de migración desde la Segunda Guerra Mundial, incluso en el hemisferio occidental. El incremento marcado de la migración global pone a prueba los sistemas de numerosas naciones, incluido el nuestro”, dijo el funcionario federal a través de un comunicado de prensa.

Señaló que la orden de salud pública conforme al Título 42 sigue vigente hasta el 20 de diciembre de 2022 y, hasta entonces, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de los Estados Unidos seguirá expulsando en virtud de esa facultad a personas adultas solas y familias que sean interceptadas en la frontera Suroeste del país.

Envueltos en cobijas para protegerse del frío, los migrantes se mantienen en fila hasta que llega su turno de ser procesados, entonces se desprenden de las cobijas para que otros que llegan a la fila puedan también calentarse un poco.

“Una vez que concluya la vigencia de la orden conforme al Título 42, el DHS procesará a las personas interceptadas en la frontera que no tengan documentos de viaje adecuados usando las facultades que posee desde hace tiempo al amparo del Título 8, que prevén consecuencias significativas, incluida la prohibición de reingreso por cinco años de las personas que sean expulsadas. Estas consecuencias incluyen asignar a personas a procesos de expulsión acelerada, que permiten al DHS repatriar en forma rápida a personas que no tienen un fundamento legal para permanecer en Estados Unidos”, informó ayer Mayorkas.