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Juárez

En varios tramos de Ascensión

Galería: Rebasan la frontera trabajos en muro

Deja EU restos del cerco en la parte mexicana y obras se pasan del límite: CILA

Sandra Rodríguez
El Diario de Juárez

sábado, 12 diciembre 2020 | 09:17

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez Cortesía | Las láminas de CILA que muestran las diferencias entre el antes y después, basadas en los monumentos fronterizos Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | El muro se impone entre ambos lados de la frontera en esta región Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Trabajadores estadounidenses en la línea divisoria

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Los trabajos de construcción del muro fronterizo por parte de Estados Unidos frente al oeste de Chihuahua presentan “desbordes”, o rebasamientos, hacia el lado mexicano, de acuerdo con la sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).

Un ejemplo, informó la autoridad mexicana, son los restos del anterior cerco internacional depositados al sur del límite marcado por los monumentos divisorios y visibles en la brecha del poblado de Puerto Palomas de Villa al ejido Josefa Ortiz de Domínguez, entre el municipio de Ascensión y Nuevo México.

“En algunas partes que van a colocar un muro tipo Normandía mientras están haciendo actividades, lo ponen ahí del lado mexicano; en otras partes, cuando andaban haciendo actividades, el cerco que tenía el propietario mexicano, lo derribaron. Son actividades que no deberían desbordarse a territorio mexicano y eso lo estamos marcando con la parte estadounidense”, dijo Antonio Rascón, ingeniero principal de la Sección Mexicana de CILA.

"Por ejemplo, que trabajos de limpieza, pues la maquinaria se va al lado mexicano; las maquinarias trabajan incursionando hacia el lado mexicano y todo eso lo estamos señalando. Rellenaron zanjas que estaban en el lado mexicano; una zanja de drenaje de la carretera, la rellenaron, cuando es una zanja de drenaje longitudinal para el camino”, agregó el funcionario en entrevista. 

Rascón dijo asimismo que las irregularidades en esa parte de la frontera fueron detectadas la semana pasada, cuando también se observó que los empleados de la empresa contratada para la construcción del muro han rebasado el límite marcado por los monumentos.

“Son desbordes. El muro queda aproximadamente dos pies (61 centímetros) al norte de la línea divisoria, lo que marca la línea divisoria son los monumentos; el muro está poquito al norte, y no deben pasarse de la línea divisoria, toda la actividad debe quedar en Estados Unidos, y eso es lo que estamos solicitando (…) se han estado pasando y no deberían hacerlo”, dijo Rascón. 

“Ha habido muchos detalles, entonces todo eso lo estamos vigilando; tenemos que hacer recorridos conjuntos las dos secciones: vamos, verificamos y marcamos que no se debe hacer eso, y con el apuro (…), ahorita andan muy apurados y se les hace fácil, para facilitar las cosas, han estado pasándose hacia México, cosa en que no estamos de acuerdo”, agregó.

Una llamada a la oficina de Relaciones Públicas de la Sección Estadounidense de la CILA no fue ayer respondida, mientras que Lindsey G. Aguayo, especialista administrativa de la misma oficina, declinó comentar sobre lo reportado por la contraparte mexicana.

Tampoco fueron respondidas llamadas a números de teléfono atribuidos a la compañía constructora que, de acuerdo con Rascón, está a cargo de la obra en esa parte de la frontera con Chihuahua.

“Lo que nosotros hacemos es marcarlo a la parte estadounidense; nosotros a través de la Comisión y ellos lo señalan a las autoridades de Estados Unidos, y la que está haciendo eso es la empresa constructora. Las autoridades, cuando vieron ahí, dijeron ‘sí estamos de acuerdo que está mal hecho, y vamos a marcarle a la empresa”, dijo el funcionario mexicano, que identificó a la compañía como Ultimate Concrete.

‘Yo no paso pero ellos sí’

En esa zona del municipio chihuahuense de Ascensión, colindante con el estado de Nuevo México, los pocos habitantes del ejido Josefa Ortiz de Domínguez recuerdan cómo, hasta este año, el paisaje desértico de ambos lados de la frontera era abarcable de un solo vistazo. 

Las “crucetas” de la cerca tipo Normandía que dividía a los dos países –una serie de barras de metal soldadas en forma de equis y con un riel encima– estaban suficientemente separadas como para permitir, señalaron, el paso de animales, como jabalíes y berrendos.

Desde hace alrededor de dos meses, sin embargo, al ambiente fantasmal que dan al lugar las decenas de tapias semidestruidas y en donde viven, calcularon, una decena de habitantes, se sumó la construcción de la nueva infraestructura fronteriza, dominando el lado norte de ese ejido con la colocación vertical de barras metálicas de varios metros de alto.

“Si le hablo del tiempo de mis padres, era un lugar privilegiado, pacífico, podía ir allá a traer agua, porque en este pueblo para traer agua, tenía que ir a donde están aquellos tanques azules (al norte del nuevo muro). Nos permitían traer barricas de 20 litros”, dijo un ejidatario que pidió no difundir su nombre. 

“A mí sí me entristece, porque nosotros nunca hicimos maldades; de aquel lado nos servimos porque los antiguos le sirvieron a todo este pueblo”, agregó el entrevistado.

La construcción de una nueva división en la frontera de México con Estados Unidos fue uno de los principales temas de la primera campaña presidencial de Donald Trump, mientras que el tráfico de personas es una actividad documentada en esa parte del estado de Chihuahua.

El principal hecho histórico registrado en la región es, además, la incursión del ejército del general revolucionario Francisco Villa en el poblado norteamericano de Columbus, Nuevo México, en 1916, recordado en el nombre de la localidad.

Entrevistados en el lugar, sin embargo, plantearon que la migración actual se da por la necesidad económica, como la que obliga a los habitantes de Josefa Ortiz de Domínguez a recolectar en los cultivos los restos de algodón mezclado con pasto para alimentar a las pocas vacas que tienen en la zona.

Ante el aumento de medidas de Estados Unidos para impedir el ingreso de personas, y de las cuales el muro es una de las principales representaciones físicas, en el ejido consideraron además como una contradicción que la construcción deje restos en el lado mexicano.

“Están las crucetas del lado mexicano; qué groseros, que yo no puedo pasar para aquel lado y ellos sí”, señaló uno de los entrevistados.

La historia de esa región 

• El ejército del general revolucionario Francisco Villa incursionó en el poblado estadounidense de Columbus, Nuevo México, en 1916

Así sobreviven

• La migración actual se da por la necesidad económica

•Sus habitantes se dedican a recolectar en los cultivos los restos de algodón mezclado con pasto para alimentar a las pocas vacas que tienen en la zona

srodriguez@redaccion.diario.com.mx

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