Juárez

Habla chofer del camionazo

Especial: Perdió un brazo y a su hermano

“Salí disparado por el parabrisas y quedé prensado; pido perdón... estoy pagando mi castigo ahora mismo”, dice Christian Dávila Martínez, de 26 años de edad y sometido a proceso penal por la muerte accidental de 14 personas y lesiones en otras 35

Jesús Manjarrez /
El Diario

miércoles, 11 diciembre 2019 | 06:00

“Salí disparado por el parabrisas y quedé prensado, luego de tratar de subir nuevamente el camión a la carretera...  sinceramente quiero pedirles el perdón, quiero pedirles perdón porque créanme que de todo corazón yo no quise causarle el daño a nadie”, dice Christian Dávila Martínez, el conductor del camión de Nómada Tours accidentado el pasado día 5, donde perdieron la vida 14 personas.

En entrevista con El Diario, el chofer habla de los momentos en que estuvo al borde de la muerte y de las consecuencias que le ha dejado el accidente: la amputación de un brazo, la pérdida de parte del cráneo y además el deceso de su hermano, que era el otro conductor de apoyo del autobús, quien precisamente lo relevaría en el volante llegando a Saucillo.

Postrado en una cama de hospital, el conductor oriundo de Torreón, Coahuila, permanece fuertemente medicado por la cirugía que requirió tras la amputación por fricción del brazo derecho y el traumatismo en la cabeza, por el que perdió parte del cráneo. Se encuentra consciente e incluso sometido a proceso penal por la muerte accidental de las 14 personas y lesiones en otras.

Con su abogado asistiéndolo, el conductor negó haber consumido alguna droga, pese a los resultados de los exámenes toxicológicos que le practicó la Fiscalía General del Estado, los cuales habrían dado positivo. “No, nada”, fue su respuesta ante el cuestionamiento sobre la ingesta de algún enervante.

De 26 años de edad, casado y con dos hijos pequeños, el chofer manifiesta que la empresa que lo contrató fue “Turismos García”, denominación que se suma a las otras razones sociales que han quedado al descubierto en la operación del camión “pirata” y el seguro que portaba.

Señala que ingresó a laborar hace unos dos meses y que fue contratado por la coordinadora de las oficinas de la empresa, llamada Flor Escobar. Le pagaban mil 200 pesos por viaje redondo y manejaba cada tercer día, es decir que trabajaba todo un viaje de Juárez a Torreón, descansaba un día y luego hacia la ruta Torreón-Juárez.

Su hermano lo relevaría en Saucillo

Dávila Martínez recuerda que estaba a escasos kilómetros de llegar a Saucillo y había hablado con su hermano y compañero del volante, Juan Manuel, para que lo relevara llegando al pueblo.

Asimismo, menciona que poco después sintió una vibración del viejo camión Dina con placas 798-RM-1, “como una matraca, algo así, no sé mucho de mecánica”.

“Al momento de sentir la vibración del camión yo presione el freno del autobús, que anteriomente yo ya había señalado que se brincaba una matraca,  y el camión se me cargaba hacia el lado izquierdo, en el pisotón que yo le di al freno para tratar de evitar la vibración, fue mi reacción pues, ese pisotón me hizo salirme de la carretera... al salirme de la carretera mi reacción fue tratar de subir el camión  pero al momento de tratar de subir el camión veo en frente de mi un puente, un barranco que mucha gente me ha dicho hasta ahorita que es conocido como el puente El Barril. Al momento de ver ese puente mi reacción fue amarrarme al volante fuertemente y esperar el golpe ya que no pude hacer nada más”, dice. 

“Al momento de recibir el golpe todavía seguí consciente, salí disparado por el parabrisas, quede prensado de mi mano izquierda, tardaron un buen tiempo en llegar los socorristas, dice la gente que tardaron 20 minutos en llegar, todavía que llegaron estuvieron sacando a la demás gente yo fui incluso una de las últimas personas, ya que era el que más estaba prensado, conmigo batallaron más en sacarme  y ya de ahí recuerdo que me subieron a mi camilla y perdí el conocimiento de todo”. 

A partir de que lo rescataron todo lo recuerda con algunas confusiones, pues despertaba en ocasiones y nomás veía gente a su lado atendiéndolo en un hospital. Tomó conciencia rápido de que no tenía su brazo, pero las lesiones eran tales que todo lo recuerda entre sueños.

Llegó un momento, dice, en que se durmió sin saber si despertaría, hasta que pasadas muchas horas, no sabe cuántas exactamente, volvió en sí, ya en el hospital del IMSS y con un tubo de oxígeno para mantenerlo con vida. Después le comentaron que ya lo daban por muerto, pensaban que no resistiría.

“Me dice toda la gente que fue un milagro que despertara porque ya estaba totalmente dado por muerto y pues hasta ahorita he tratado de llevar las cosas con calma y he tratado  de sobrellevar estos problemas porque créame que para mí  esto es muy difícil”, señala. “Siento todo lo que está pasando, pero en realidad para mí no había ninguna intención de hacer daño a nadie, yo simplemente traté de controlar lo que estaba en mis manos, lo que podía hacer y fue lo único que yo pude reaccionar y lo que pude hacer porque ya más no pude”.

La empresa ni siquiera lo ha contactado

“Para nada”, responde el chofer ante la pregunta sobre si la empresa lo ha buscado o lo ha contactado después del accidente. Desconoce además quiénes han cubierto los gastos médicos generados por su atención y los demás.

“Los gastos hasta ahorita tengo entendido que en el camión que yo laboraba tenía un seguro que cubre los gastos de cualquier accidente y creo que hasta ahorita eso es lo que está cubriendo los gastos, porque incluso se mostró una póliza que está vigente que está cubriendo los gastos del accidente completo no sé en realidad que más gastos se hayan generado en el accidente”, asienta.

Se dice consciente de todo lo que ha ocurrido y lamenta los hechos, pero pide ser tomado también como un afectado más.

“Yo solamente conducía el camión de la empresa, yo me dedicaba a conducir por necesidad, tengo a mi familia tengo dos hijos que mantener, dos hijos que dependen totalmente de mí, mi esposa, incluso el tiempo que yo tenía para estar con ellos a veces no lo aprovechaba por tratar de dormir, tratar de descansar, yo me desvivía por mis hijos, incluso yo ahorita busco la manera de darles la noticia porque ellos ni siquiera me han visto, ellos no saben si yo perdí mi brazo, si estoy bien de mi cabeza, ellos no saben nada todavía hasta ahorita de mí”, dice entre lágrimas al pensar en quienes dependen de él y de sus ingresos, que ahora no tendrá por un buen tiempo.

De las lesiones que tiene considera la más grave el escalpe que le dañó el craneo después de que su cabeza se arrastrara presionada sobre el pavimento.

“Hasta ahora me están haciendo lavados, me están haciendo curaciones porque tengo muy afectada toda mi cabeza... aparte de la amputación de mi brazo, tengo las quemaduras del asfalto en mi cuerpo y un golpe en la rodilla que según los paramédicos y según los médicos me dicen que a lo mejor con el tiempo  se me van a pasar, pero fue un golpe fuerte que tuve en la rodilla, fue en el mismo lado en que perdí mi brazo”, señala.

También tenía un poco dañada su vista pero poco a poco la ha recuperado, pero fue a consecuencia del daño en la cabeza. “Todavía hay que ver qué es lo que procede, porque todavía me dicen los doctores que aquí voy a seguir un buen tiempo, va hacer largo mi proceso”. 

“Estoy pagando mi castigo ahora mismo...”

Sabe Dávila Martínez que afuera del hospital donde se encuentra todavía se habla mucho del accidente, de las 14 víctimas mortales, de los heridos, de las negligencias gubernamentales en el caso por la proliferación de los camiones “pirata”.

“Sinceramente quiero pedirles el perdón, quiero pedirles perdón porque créanme que de todo corazón yo no quise causarle el daño a nadie, yo solamente era un conductor de esta empresa, lo único que yo hacía era trabajar para mantener a mis hijos, para darles qué comer”, dice.

“Entiendo todo su dolor, porque créame, yo soy una víctima más, perdí mi brazo, mi dolor de cabeza, todo lo que traigo, aparte tengo un dolor interno que perdí a mi hermano... quisiera que ellos también comprendieran mi dolor porque yo ni siquiera pude estar con mi hermano, a mi hermano ya lo sepultaron y yo aquí sigo en esta cama, ni siquiera me puedo levantar”. 

Señala que jamás hubiera querido causar tanto dolor a toda esa gente afectada, “yo traté de evitarlo, se lo juro, si en mis manos estuviera, daría todo para que esto no hubiera pasado... causé un daño y lo sé, pero no fue con la intención de hacerlo, sólo pido que la gente me comprenda y entienda que yo también estoy sufriendo de una manera terrible, mi castigo yo lo estoy pagando ahorita mismo”.

“Sólo quiero pedirles perdón... y comprensión”

“Simplemente con haber perdió a mi hermano, imagínese el dolor que le cause a mi madre, mi madre es tan fuerte que me dice que le eche ganas, todos me dicen lo mismo, yo quisiera que ellos comprendieran un poco mi dolor nada más, yo entiendo que también les causé dolor a ellos, pero no fue con intención amigo, se lo juro de todo corazón que no fue así”, declara el conductor mientras se enjuga las lágrimas.

“Solamente quisiera pedir perdón y que la gente me comprendiera. Les pido que traten de comprenderme un poco, créanme que no fue mi intención. Pido que comprendan un poco mi situación y de todo corazón les pido perdón sé que el daño que les hice fue muy fuerte, y que pronto puedan comprender que mi padre Dios, nos pone pruebas difíciles en la vida y espero que esta prueba que me puso a mi sea para poder demostrar algo”.

Así concluye la supervisada entrevista en el hospital, donde Dávila Martínez permanece en calidad de paciente y detenido, pues es formalmente acusado por el Ministerio Público y se encuentra bajo resguardo policial, mientras se realiza la siguiente audiencia del proceso judicial al que fue sometido.

Heridas

A partir de que lo rescataron todo lo recuerda con algunas confusiones, pues despertaba en ocasiones y nomás veía gente a su lado atendiéndolo en un hospital. Tomó conciencia rápido de que no tenía su brazo, pero las lesiones eran tales que todo lo recuerda entre sueños.

Llegó un momento, dice, en que se durmió sin saber si despertaría, hasta que pasadas muchas horas, no sabe cuántas exactamente, volvió en sí, ya en el hospital del IMSS y con un tubo de oxígeno para mantenerlo con vida. Después le comentaron que ya lo daban por muerto, pensaban que no resistiría

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