Juárez

Colonias de los kilómetros

Entre el olvido y la pobreza

La historia de María es la misma que la de muchas personas en los polígonos de pobreza de la ciudad: luchar todos los días para sobrevivir

Mayra Selene González /
El Diario

lunes, 22 julio 2019 | 06:00

Ciudad Juárez- Matorrales, arena y  tres tambos de agua se observan afuera de un pequeño cuarto de paletas de madera donde María tiende unas sábanas. En este lugar el sol cala fuerte y la mujer se muestra preocupada debido a que la pipa de agua que les da el servicio gratis hoy no llegó a su casa, ni a las otras dos que se encuentran a su lado, según platica.

“Las pipas no nos dejan agua, ahorita como el dueño anda por aquí, vino a que nos dejara agua, pero hay gente que no compran agua porque no tiene dinero, nosotros como nomás somos tres personas ahí como quiera vamos reciclando el agua,  el señor aquel no tiene dinero para comprar, no sé cómo le hace”, menciona.

Así se vive en el Kilómetro 27 de la carretera a Casas Grandes, donde habita María de Lourdes Pérez junto con su esposo y su hija Sofía de nueve años. Se trata de una de las zonas marcadas como de mayor pobreza en Juárez, de acuerdo con el mapa del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Aunque el estudio del Coneval es de 2015, las condiciones en esa zona, al igual que en las otras que indica el gráfico, no ha tenido un avance significativo desde entonces, asegura el investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Alejandro Brugués.

“No varían mucho porque hay condiciones estructurales de la ciudad que generan una autosegmentación o autosegregación de determinados grupos, tienen que ver con muchos factores de cómo se organiza la vida y la actividad al interior de las ciudades”, menciona.

En algunos casos los niveles de pobreza se asocian a condiciones de la vivienda que no son adecuadas, tal es el caso de Ciudad Juárez y esto se relaciona a que los terrenos son de bajo costo, aunque las condiciones sean precarias como la accesibilidad al agua, al transporte público, entre otros servicios necesarios.

Esto se ve reflejado en el caso de María. Su hija Sofía no fue a la escuela este año debido a que no le encontró cupo en la única escuela cercana y no tiene los medios para transportarse a otro lugar más retirado, explicó.

Ella y su familia llegaron hace un año y medio de Veracruz, y aunque allá el alimento no les faltaba, no había trabajo. Su esposo se dedica a la albañilería y ella a cuidar a la única hija que trajo con ella, ya que los otros que son mayores, viven en otras partes del país.

Como no tienen aire acondicionado, mitigan el calor sólo con un ventilador. Tampoco tienen refrigerador y usan una hielera de unicel para conservar los alimentos en la la casa que no tiene piso; las dos bases de colchón las hizo su esposo con madera, los otros muebles que tienen son una estufa de mesa, un sillón viejo que les regalaron y una televisión.

Entre lágrimas, María recuerda que al llegar a ese terreno, luego de vivir con otros familiares tenían sólo la ropa que traían puesta y no tenían siquiera cobijas para soportar el frío, pero con el apoyo de otras personas superaron esa situación.

El terreno en el que viven lo están pagando a un particular y esperan quedarse ahí a establecer su patrimonio. 

Los habitantes de esta zona tampoco tienen acceso a sitios de esparcimiento o diversión y llegar a ellos les cuesta mayor esfuerzo y dinero, por lo que ese tipo de actividades las desarrollan en otro tipo de espacios que en algunos casos no son los adecuados, indicó el investigador.

“Hay otros espacios de la ciudad que si bien han sido a partir de desarrollos formales de la construcción, han sido casas que tiene condiciones muy mínimas y hay una pobreza que se asocia a la cantidad y a la calidad de los espacios de la vivienda y en esos términos entonces, estas casas que son muy pequeñas no tienen los espacios para que las personas vivan adecuadamente, aunque en términos de servicios sí los tengan todos, tal es el caso de Riberas del Bravo”, refirió.

El mapa del Coneval

El mapa que da a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en el se distinguen las zonas de pobreza y extrema pobreza de cada municipio, indica que en la zona de los Kilómetros hay 5 áreas geoestadísticas básicas (agebs) marcadas como con pobreza extrema, otras tres en el poniente de la ciudad.

Hay 16 agebs marcadas en condiciones de pobreza en los Kilómetros, 20 en el poniente, seis en el interior de la ciudad y una en el Valle de Juárez.

Brugués consideró que  es una herramienta que puede estar accesible al público en general que tenga conocimientos básicos de navegación en internet y pueda consultarlo, puede ser usada por funcionarios de gobierno, empresarios y diferentes organizaciones de la sociedad civil que ya no tendrían que tener especialistas en la elaboración de mapas o en cálculos de indicadores de pobreza para tener una información relativamente actualizada del comportamiento de ese fenómeno en la ciudad, indicó.

¿Qué ha fallado en los programas de Gobierno?

De acuerdo con el secretario de Desarrollo Social en el estado de Chihuahua, Víctor Quintana, en Ciudad Juárez se estima que hay 100 mil personas en pobreza extrema. En esta frontera se encuentra la décima parte de los pobres en todo el estado, quienes, incluso teniendo empleo formal, la remuneración no les alcanza para abastecerse de los alimentos que integran la canasta básica.

El investigador Brugués hizo un análisis de qué ha fallado en los programa de Gobierno para el combate a la pobreza: “Tiene que ver con el monto de los recursos que se destinan a este tipo de programas”, recordó. 

El programa Todos Somos Juárez en el 2010 amplió la cobertura de familias juarenses de 5 mil a 25 mil, es decir, de 25 mil a 100 mil habitantes, y en una ciudad que es de un millón y medio de personas cubre sólo el 7 por ciento, pero los niveles de pobreza de la ciudad rondan el 40 por ciento, según Coneval.

En el Gobierno de Enrique Peña Nieto que concluyó hace poco más de seis mees, hubo un cambio de estrategia en el que se enfocó en la pobreza extrema como el programa Sin Hambre, y los pocos recursos que había se enfocaron en garantizar las condiciones a las personas que eran los más pobres entre los pobres, pero eso hizo que no hubiera recursos para el resto de las personas, por lo que la pobreza se combatió solo en un grupo, explicó.

Los salarios históricamente nunca habían tenido incrementos importantes, en lo cual hubo un cambio a partir de enero, lo cual podría tener un impacto, mencionó.

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