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Juárez

Ellas sostienen a pacientes Covid

Parte importante del personal de Salud, las enfermeras mantienen el ánimo de las víctimas de la pandemia

Alejandro Vargas
El Diario de Juárez

domingo, 13 diciembre 2020 | 09:31

Cortesía

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Ciudad Juárez.-“¡¿Cómo están mis pacientitos?! Dios con nosotros…”. Así, con esas palabras, empieza su jornada Jessica Gallardo, de 37 años, a quien sus pacientes apodan Señorita Alegre, pues como enfermera en el Hospital General, con 16 años de trayectoria, hace lo posible por ayudar a enfermos Covid-19.

Si bien, le da honor a su apodo, confiesa que una vez que sale del inmueble a veces no le es posible conservar la sonrisa: “Un joven de 35 años se negó a ser intubado. Dijo que él tenía la culpa de contagiarse porque anduvo en fiestas… Me pidió una llamada con su familia para despedirse”, narra.

Con un nudo en la garganta cuenta que tenía niños: “Le decían 'papi, te extrañamos'; murió”, dice la auxiliar clínica, quien ha sido testigo -junto a sus colegas- del verdadero rostro de esta pandemia que suma, al menos de forma oficial, 23 mil 673 casos aquí, de los que 2 mil 301 han perdido la vida.

“Estoy angustiada porque vienen las fiestas decembrinas. He visto cómo se recuperan muchos, pero también como hay otros que no, entre ellos compañeros. Ahorita, afortunadamente, hay espacios en el hospital, pero se habla de que viene otra ola (como en noviembre)”, puntualiza la profesional.

Su compañera Celia Reyes, de 44 años, con 13 como enfermera en el nosocomio, teme al unísono que ocurra otro pico de contagios, ya que, según Salud del Estado, se pasó de mil 232 a 2 mil 080 defunciones confirmadas en Juárez durante los 30 días del pasado mes. Subieron 70% las muertes.

“Fue impactante ver la enfermedad, con sus primeras defunciones. Fue muy fuerte la segunda vez (o segundo brote). Los pacientes tienen angustia, temor de no salir y ellos lo externan, nos lo dicen: 'no me quiero morir' y desafortunadamente se van de todas edades”, señala. Urge por precaución.

Explica que al inicio lo que más se veía eran personas adultas mayores con enfermedades de base, pero esto cambió. Ahora, sostiene, se atestiguaron muchos más finados en edad productiva, unos inclusive sin comorbilidades, tales como diabetes, obesidad, hipertensión, que complican síntomas.

La situación es todavía más difícil para ellos, narra, ya que muchos son gente sin seguridad social porque el sanatorio atiende a los denominados “población abierta”, es decir, a los que trabajan en la informalidad y viven al día: “Preguntan '¿cuánto voy a estar aquí? Mi familia está sin provisiones'”.

Un carrocero, de 30 años, entró grave -detalla-, él tenía mucho miedo: “Decía que tenía que salir porque tenía que trabajar para su familia y no, desafortunadamente, no logró salir…”, dice Reyes, quien refiere que el factor que incidió en el deceso fue que tardó hasta dos semanas en ir por ayuda.

Como sus colegas, Cristina Bustamante, de 29 años, con cinco sirviendo ahí, apeló a la empatía; llamó a que las personas continúen empleando la sana distancia, 

higiene y cubrebocas, para evitar contagios. Además, a que procuren en las celebraciones: Navidad y Año Nuevo, no hacer reuniones.

“A mí también me encantaría estar con mi familia, convivir con ellos. Pero, para como está la situación, la tecnología nos ayudará a compartir momentos felices de otra manera, no en reuniones. Ahora con las video-llamadas es más fácil poder conectarnos”, manifiesta la asistente hospitalaria.

Las heroínas de la unidad, que es dirigida por Baltazar Aguayo Muñoz, y que ha colaborado en sanar una parte de los 10 mil 389 recuperados aquí, coincidieron con directivos de salud, como el director médico Zona Norte, Arturo Valenzuela Zorrilla, en afirmar: “No hay salud pública, sin comunidad”.

avargas@redaccion.diario.com.mx

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