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Juárez

Ciudad del Conocimiento…

El reto diario para 11 mil estudiantes

Surgió en medio del desierto como un proyecto que detonaría el desarrollo en el suroriente, pero llegar ahí es la principal problemática

Alejandra Gómez
El Diario de Juárez

lunes, 22 agosto 2022 | 10:35

Gabriel Cardona / El Diario de Juárez Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Protesta de estudiantes el pasado 15 de agosto Gabriel Cardona / El Diario de Juárez | Camión de la línea Universitaria en la difícil vialidad Gabriel Cardona / El Diario de Juárez | Las instalaciones de la UACJ durante la manifestación de alumnos por falta de transporte Gabriel Cardona / El Diario de Juárez | El ITCJ en medio del desolado terreno

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Lo que hace más de una década surgió en medio del desierto como un proyecto que detonaría el desarrollo en el suroriente de Ciudad Juárez y se convertiría en un referente académico a nivel internacional, actualmente dista de la idea original e incluso, por su ubicación y difícil acceso, la Ciudad del Conocimiento se ha convertido en un reto diario para más de 11 mil estudiantes.

“Era algo de sueño, se veían posibilidades de que hubiera crecimiento allá, pero pues era verdaderamente una Ciudad del Conocimiento que implicaba la participación de muchas instituciones”, dijo el rector Juan Ignacio Camargo Nassar, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), pieza central del proyecto con Ciudad Universitaria (CU).

En el 2008, el proyecto contemplaba la presencia de ocho instituciones educativas: la UACJ, el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez (ITCJ), la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de Bachilleres, el Tec Milenio, El Colegio de la Frontera Norte (Colef) e incluso la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La Ciudad del Conocimiento también incluía paraderos del transporte de la primera ruta troncal, desarrollo de viviendas, áreas comerciales, oficinas de Gobierno y de servicios, un parque científico y el “Paseo de las Ciencias”, una vialidad que conectaría a todas las instituciones entre sí y con la mancha urbana, además de emplear el camellón central para una exposición artística de los avances científicos. 

A 40 kilómetros del Centro de la ciudad, en marzo de 2011 fue inaugurado el proyecto: tanto la UACJ como el ITCJ iniciaron clases en septiembre de 2010 con sólo un edificio en construcción; después, en el 2013, abrieron sus puertas el Colegio de Bachilleres plantel 16 y, aunque en un inicio no estaba contemplado, el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos número 11.

Un año después de que las cuatro instituciones educativas abrieran sus puertas, el Instituto Mexicano de la Competitividad describió a la Ciudad del Conocimiento como una “aberración urbana” consecuencia de una inadecuada visión territorial de la ciudad porque, al construirse en la mitad del desierto, terminó por acelerar su dispersión y trajo consigo nuevos problemas.

“Por supuesto, quienes pagan de forma más directa el costo de la decisión irracional de construir una ciudad universitaria a 40 kilómetros del Centro de la ciudad son quienes deben trasladarse a ella diariamente. Este costo se puede expresar en términos monetarios pero los más importantes son los de calidad de vida”, señaló en aquel entonces el organismo.

En este contexto, durante su campaña política, en mayo de 2016, el exgobernador Javier Corral propuso ante los estudiantes de la UACJ reubicar a CU al Centro Histórico de la ciudad y en su lugar crear una universidad en materia de seguridad. “La universidad lo único que no puede hacer es acompañar al latifundio en el crecimiento de la ciudad”, dijo, pero fue una promesa incumplida.

Actualmente, el traslado es la principal problemática que enfrentan a diario tanto estudiantes como docentes que acuden al complejo educativo, no sólo por la deficiencia en el servicio de transporte público –falta de unidades y negativa a realizar el recorrido–, también porque el único acceso para las cuatro instituciones es un carril del bulevar Fundadores. 

“Estamos viendo la viabilidad de algún otro acceso a la Ciudad del Conocimiento, ahora que ya no está el Cefereso ver las posibilidades de gestionar un acceso por la Panamericana para hacerlo más rápido y tener otras vías porque la que tenemos ahorita es la única y se satura y hay problemas de circulación en un carril de ida y otro de regreso”, dijo el rector Camargo Nassar.

Complicado ingreso

Filas de hasta dos horas, vehículos en sentido contrario y, otros buscando atajos por terracería, es la problemática constante de quienes se dirigen a la Ciudad del Conocimiento, una situación que se agrava en la temporada de lluvias, principalmente para quienes recorren el “Paseo de las Ciencias”, el cual no se materializó conforme al proyecto original. 

Durante su primera semana de clases, las lluvias inundaron en varios sectores el maltrecho camino que dirige al plantel 16 del Colegio de Bachilleres, lo que provocó que vehículos se quedaran atascados e incluso que las unidades de transporte público no accedieran, por lo que los estudiantes de primer semestre tuvieron que caminar entre charcos de lodo para llegar a sus clases. 

“Nuestros estudiantes, nuestros docentes y administrativos día a día emprenden un recorrido para llegar al plantel desafiando distancias, tiempos, condiciones climatológicas, las condiciones del camino”, dijo la coordinadora Zona Norte del subsistema educativo, Laura Robledo, quien explicó que actualmente se está rehabilitando el acceso del plantel, a fin de mejorar el traslado. 

Sin embargo, a partir de hoy, cuando se integren a los salones de clases los alumnos de segundo y tercer semestre, la escuela habilitará un servicio de transporte interno para facilitarles la llegada al plantel, una opción con la que no cuentan los estudiantes del Cecyt 11 ni los de la extensión del ITCJ y que este semestre ha causado inconformidad entre los alumnos de CU. 

El pasado lunes, estudiantes de CU protestaron luego de que la UACJ redujo el número de unidades del servicio de transporte gratuito Indiobús y denunciaron que durante el semestre pasado la mayoría de los choferes del transporte público, en particular las líneas Universitaria y 1-A Express, se negaron a cobrar la cuota establecida e incluso los bajaron del camión antes de llegar a la universidad.

“Las instalaciones de Ciudad Universitaria son muy buenas, es una universidad que presenta mucha calidad, pero no se están respetando las condiciones para que el estudiantado llegue de manera segura, adecuada y digna, creo que dejan mucho qué desear respecto a cómo se gestionan los recursos de la universidad y cuánto le interesa nuestra integridad física”, dijo una alumna de la carrera de Derecho que formó parte de las protestas.

Ante la situación, la UACJ le explicó a los estudiantes que la reducción del servicio de Indiobús es consecuencia directa de la problemática de transporte que se registra en la ciudad, pero en atención a sus exigencias realizó ajustes en los recorridos y se comunicó con la Subsecretaría de Transporte para solicitar que los camiones no abandonen en medio del desierto a los alumnos. 

Actualmente, la Ciudad del Conocimiento está compuesta por 11 mil 953 estudiantes: 7 mil 663 inscritos en 22 programas académicos de CU, 2 mil 349 del Colegio de Bachilleres plantel 16, mil 036 en seis carreras del ITCJ y 905 del Cecyt 11; en estos dos últimos los alumnos acuden únicamente en el turno matutino. 

Aunque las instituciones educativas ven a la Ciudad del Conocimiento como una alternativa para que todos los jóvenes de los sectores del suroriente puedan continuar con sus estudios en instalaciones bien equipadas y con programas académicos de calidad, reconocen que el principal reto del proyecto que nació hace más de una década continúa siendo la distancia y, por lo tanto, el traslado.

“Es increíble el tráfico vehicular para trasladarse, no sólo a Cecyt, también a Cobach, al Tecnológico y a la Universidad; ya la vialidad está totalmente rebasada, ese es uno de los retos que ahorita tiene la Ciudad del Conocimiento en conjunto: el abrir vialidades para tener acceso más rápido a todas la instituciones educativas”, dijo el coordinador Zona Norte de los Cecyt, Manuel de Santiago. 

Entorno en el abandono

A partir de hoy la mayor parte de la matrícula estudiantil, sumada a personal docente y administrativo, se incorporará a los salones de clases en la Ciudad del Conocimiento –regresa el ITCJ y el resto del Colegio de Bachilleres–, por lo que la comunidad académica teme que incremente el caos vial que se generó durante las primeras semanas y que, además, el transporte público no tenga la capacidad de atender la demanda. 

Además, no existe el desarrollo urbano que se proyectó para el sector, no hay ruta troncal, áreas comerciales, oficinas de Gobierno ni un artístico “Paseo de las Ciencias” y, actualmente, el bulevar Fundadores colinda a ambos lados con el desierto y entre las últimas construcciones antes de emprender el camino a la Ciudad del Conocimiento se encuentran numerosas unidades habitacionales abandonadas. 

“El desarrollo para esa zona se ha detenido, no hemos avanzado. La universidad ha hecho un esfuerzo por tener una nueva oferta educativa en Ciudad Universitaria y con eso inició la vida de la universidad allá y replicando algunos planes académicos, pero creo que nos hemos quedado solos con una población superior a 7 mil estudiantes”, dijo el rector de la UACJ.

En medio del desierto, CU cuenta con un terreno de 300 hectáreas y se ubica a más de dos kilómetros del resto de las instituciones educativas –entre las que ocupan poco más de 30 hectáreas–, pero, contrario a lo esperado, no se convirtió en una nueva centralidad y en lugar de impulsar el desarrollo de la ciudad ha contribuido a su dispersión.

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