Juárez

De comedor infantil a albergue migrante

Pan de Vida se convirtió en el segundo lugar con más indocumentados

Hérika Martínez Prado/
El Diario

martes, 23 julio 2019 | 06:00

Después de 30 años de apoyar a niños y madres solteras, el comedor infantil Pan de Vida se convirtió en el segundo albergue temporal con más migrantes de Ciudad Juárez (después de la Casa del Migrante con 680), ya que actualmente alberga a 290 extranjeros retornados con una cita ante la Corte de Estados Unidos.

Decenas de familias de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua que huyen desde hace meses de la violencia, la pobreza o los gobiernos de sus países, encontraron en el desierto de esta frontera un hogar temporal, mientras esperan su proceso de asilo político ante el Gobierno de Donald Trump. 

Su actual director, Ismael Martínez Santiago, explicó que el lugar fue fundado hace 30 años por el pastor Marcos Samaniego, con el fin de dar alimento y apoyar a los niños de bajos recursos de la comunidad, luego de que cuatro niños se quemaron dentro de una casa en la colonia Lomas de Poleo. 

Durante el ciclo escolar, el comedor da alimento de 250 a 300 estudiantes de kínder y primaria. Y consta de 13 casas, con una capacidad para 25 personas cada una, por lo que también se dedica a apoyar a mamás solteras o víctimas de violencia familiar. Pero hace cuatro meses se convirtió además en albergue de migrantes.

“Me llegaron de repente dos familias de Honduras que no tenían dónde quedarse, me pidieron que los dejara quedarse dos o tres días, vimos que la situación era muy crítica; los mandan (de Estados Unidos) sin nada”, recordó su director, quien lejos de albergar a los nueve centroamericanos por dos o tres días, hasta ayer contaba con 290 personas en sus instalaciones.

Todos los migrantes de Pan de Vida forman parte del programa Permanecer en México, a través del Protocolo de Protección a Migrantes (PPM), que hasta el fin de semana sumaba ya más de 11 mil 400 hispanoparlantes devueltos a esta frontera.

Entre ellos se encuentran 80 menores y 120 mujeres, además de 15 hombres que viajan solos con alguno de sus hijos, tras haber sido engañados por los traficantes de personas, quienes les hicieron creer que con un menor sería más fácil obtener el asilo político.

Otros 15 migrantes ya están trabajando, con el objetivo de poder rentar una casa para dejar el albergue a otros extranjeros.

PAGARON HASTA 13 MIL DÓLARES

Todos los migrantes de Pan de Vida ingresaron a Estados Unidos de manera ilegal, por el río Bravo o el desierto de Anapra, después de hasta meses de haber viajado desde Centroamérica. 

“Hay familias que nos platican que vendieron sus casas, sus tierras, empeñaron sus terrenos, porque (los traficantes de personas o coyotes) les cobraron hasta 13 mil dólares”, destacó Martínez Santiago.

Engañados por los coyotes, después de haber vendido todo y de vivir los riesgos de la migración, cuando son retornados a México viven “una tortura psicológica”, lamentó.

PLAN B: QUEDARSE EN JUÁREZ

Para los retornados “el plan A es cruzar (al lograr el asilo político en Estados Unidos) y el plan B es quedarse en México”, destacó su director, quien los alienta para que se incorporen a la economía de Juárez.

Uno de los extranjeros que ve en Juárez su segunda opción es Enrique, de 29 años, un guatemalteco que trabajaba como escolta del presidente municipal del lugar vivía, y quien fue amenazado de muerte tras responder a una agresión hacia su jefe.

Enrique tuvo que separarse de su esposa embarazada y de sus hijos de tres y siete años en su país para no ponerlos en riesgo, por lo que no estuvo presente en el nacimiento de su tercer hijo, el pasado viernes.

“Salí de un día para otro”, recordó el centroamericano quien buscaba cruzar la frontera con su sobrino de 18 años, por Reynosa, pero al llegar a Sinaloa cuando viajaban a bordo de un taxi se toparon con una carretera cerrada por unas 13 camionetas con hombres armados.

“El taxista dijo que eso no era nada bueno y nos bajó, nos dejó ahí y pedimos raid, como dicen aquí, a la central. Nos fuimos, regresamos hasta Guadalajara, luego nos fuimos a Durango y ahí preguntamos y nos dijeron que nos fuéramos a Chihuahua; cuando llegamos en la central camionera no sabíamos para dónde agarrar y busqué en el teléfono y lo más cerca era Juárez”, narró.

Al llegar esta frontera cruzaron el río Bravo, donde el agua les llegaba a media pantorrilla, pero dicen que al ver solamente el tren no sabían todavía que estaban en EU por lo que al ver una camioneta negra salieron corriendo pero se encontraron con una unidad de la Patrulla Fronteriza.

“Nos dijeron que ya era Estados Unidos, nos tiraron al piso y el agente nos dijo ‘hijos de la chingada, ¿qué andan haciendo acá?, nos dijo que nos iban a entregar a la mafia, pero yo le dije a mi sobrino que no les dijera nada… fueron llegando más migrantes y nos llevaron caminando”, narró quien estuvo detenido del 3 al 7 de mayo, primero en “jaulas”  en el patio de una estación migratoria y luego en la estación.

Enrique dijo que él llevaba fotos y copias de la denuncia que puso tras ser amanezando, pero que un agente le dijo que eso era basura, y que si se había metido en problemas en su país que allá los resolviera, y tiró sus hojas a la basura.

Finalmente, le dijeron que tendría una cita ante la corte en noviembre, pero que esperaría en Juárez, “les dije que no podía regresar, me obligaron a poner las huellas”, aseguró mostrando con una mano hacia atrás. “Eso me dio depresión, decepción bastante de Estados Unidos”, confesó el migrante para quien Juárez se ha convertido en una segunda opción de vida si no logra el asilo político en el país de Donald Trump.

Para apuntar

• Durante el ciclo escolar el comedor 

  ofrece alimento de 250 a 300 estudian-

  tes de  kínder y primaria

• Consta de 13 casas, con una capacidad 

  para 25 personas cada una

En cifras

290

Extranjeros

retornados que viven temporalmente

en el sitio

30 

Años que lleva el lugar apoyando a niños y madres solteras

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