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Juárez

Dan 15 días a venezolanos para salir del país

De rodillas, niños migrantes suplican por asilo a EU

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

miércoles, 19 octubre 2022 | 10:36

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

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Con un Oficio de Salida Definitiva del País en el que el Instituto Nacional de Migración (INM) les da un plazo de 15 días para abandonar México, cientos de migrantes venezolanos expulsados de Estados Unidos bajo el Título 42 se manifestaron ayer en el bordo del río Bravo para pedirle al presidente Joe Biden “una segunda oportunidad”. 

Entre ellos, un grupo de niños, llorando y de rodillas, le suplicaron al mandatario estadounidense que los deje reunirse con sus padres y hermanos, quienes viven en ese país desde hace años. 

María salió el pasado 13 de septiembre de Lagunilla, Venezuela, acompañada de su hermana Miranda, de 12 años, y de su mamá Yamileth Miranda, de 35. Después de pasar varios países y la selva del Tapón del Darién llegaron a Ciudad Juárez la noche del jueves y durante la madrugada del viernes cruzaron el río para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza, pero horas después fueron expulsadas.

“Ayer a la una de la tarde nos sacaron de nuevo para México, no nos dieron el acceso. Mi esposo está de aquel lado y hace un año que no lo vemos, entonces las niñas lo que están pidiendo es que el presidente Biden nos dé el apoyo de volver a entrar, de estar en familia nuevamente, que nos dé el acceso”, narró Yamileth, mientras sus hijas lloraban en los límites de la frontera. 

“El viaje no ha sido fácil para ellas, pero venían muy contentas. Ayer estaban felices porque (al estar detenidas) nos llamaron, pensamos que nos iban a llamar hacia adentro y se entristecieron cuando nos pasaron para México. Se pusieron muy tristes, de verdad que sí, y solamente le pedimos a Dios que nos dé fuerzas y que nos ayude para que podamos entrar realmente, que podamos solucionar toda esta situación”, agregó. 

Junto a María y Miranda, otros menores como Belidza, de 11 años; César, de 2; Gilmar de 10, y Soreangelin, de 8 años, portaron cartulinas con leyendas como “Quiero hacer mis sueño realidad, ver a mi papá”, “Con los sueños de un niño no se juega, quiero encontrarme con mis hermanos”, “Quiero ver a mi papá, no me dejan entrar” y “Presidente, en usted confío para ver a mi papá”. 

Al igual que ellas, un grupo de más de 300 venezolanos permanecieron ayer durante más de cuatro horas en el bordo del río Bravo para manifestarse contra las políticas migratorias de Estados Unidos.

Claman por trabajo

Las primeras decenas de sudamericanos llegaron para observar desde la frontera mexicana la operación de los agentes estadounidenses, cuando cientos de sus compatriotas llegaron caminando, con la bandera de Venezuela y banderas blancas como señal de paz.

Después de entonar su himno nacional, tres menores cruzaron el río internacional con las banderas para pararse con ellas frente a los agentes de la Patrulla Fronteriza, mientras los cientos que observaban desde lado mexicano gritaban “trabajo, trabajo, trabajo”.

Sin embargo, cuando dos agentes migratorios trataron de detenerlos, los menores comenzaron a correr de regreso a México y a uno de los niños se le cayó la bandera blanca y la bandera de su país, las cuales estaban sujetadas al mismo palo. Y aunque otra migrante quiso recuperar el lábaro, un agente de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso recogió las dos banderas y las tiró a la basura. 

“¡La bandera no, hermano; la bandera no se tira a la basura, la bandera de ningún país se tira a la basura!”, reclamaba un migrante a gritos desde el lado mexicano al agente que la aventó al contenedor en el que todos los migrantes deben tirar sus pertenencias cuando se entregan a las autoridades estadounidenses. 

Entre el grupo de manifestantes se encontraban tanto quienes han sido expulsados de Estados Unidos a Ciudad Juárez desde el pasado 12 de octubre, como quienes han llegado en los últimos días a esta frontera y al enterarse de la nueva política de devolución del Gobierno de Biden han decidido esperar a la posibilidad de formar parte de los 24 mil que serán beneficiados con el nuevo programa de recepción de venezolanos. 

“Que nos abra las puertas, todos los que estamos aquí buscamos una segunda oportunidad, todos los que estamos aquí estamos luchando por un mismo objetivo, que es entrar a los Estados Unidos para trabajar dignamente, por eso estamos todos aquí, por esa esperanza de que nos den esa segunda oportunidad que tanto anhelamos”, dijo Velina Croce, de 34 años. 

Narró que ella salió hace un mes de Falcón, Venezuela, con su mamá de 52 años con la esperanza de llegar a Dallas debido a que Estados Unidos estaba permitiendo la entrada a sus compatriotas, sin embargo, al llegar se encontraron con una puerta cerrada. 

“Esto es una violación a los derechos humanos. Todos los que estamos aquí salimos contando con la palabra de un presidente que nos dijo que nos iba a abrir la puerta de su país para que tuviéramos oportunidades de trabajo, y cuando llegamos aquí nos enteramos que nos cerraron las puertas por completo. Y me parece que es una violación a los derechos humanos porque antes que esto tiene que haber un preaviso mínimo con 15 días de anticipación para uno prepararse mentalmente; esto ha sido un choque psicológico”, denunció. 

Con una bandera blanca ondeando hacia el norte, explicó que era una señal de paz y de que los venezolanos no permanecen en Ciudad Juárez en busca de violencia, sino de paz y de una segunda oportunidad por parte de Estados Unidos. 

“Nosotros estamos pidiendo una segunda oportunidad, porque venimos con nuestros sueños intactos. Nosotros no salimos de Venezuela el mismo día del decreto, tenemos mucho tiempo viajando, y en México la mayoría de los que estamos aquí ya estábamos antes del decreto. No somos delincuentes, no somos terroristas, somos personas con sueños que lo único que queremos es salir adelante”, dijo Mirkelis Pinna, de 21 años.

“Soy estudiante, salí de mi país hace más de un mes, vengo caminando y traigo los sueños intactos y las mismas ganas de luchar que cuando salí de mi tierra”, aseguró en los límites de la frontera. 

Gabriel Aldana, de 35 años, narró que salió hace 56 días con la bandera de su país “como cobija”, por lo que ayer pidió al Gobierno de Biden una oportunidad de trabajar. 

“Que nos dé la oportunidad de ingresar, no todos somos malos, somos gente trabajadora. Llegamos acá y bueno, nos encontramos con esto; veníamos muy esperanzados en ingresar, en seguir, aprovechando esa oportunidad que nos estaba dando el Gobierno americano y nos encontramos con esta triste y lamentable noticia de que ya no podemos ingresar”, comentó. 

De acuerdo con lo informado la tarde del pasado 12 de octubre por el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro N. Mayorkas, y por el Gobierno de México, ambos países llegaron a un acuerdo para que Estados Unidos expulse a través del Título 42 –una política sanitaria que argumenta que los migrantes representan “un grave riesgo” para la propagación del Covid-19– a las personas de Venezuela que ingresen de manera irregular a través de las fronteras mexicanas, así como a aquellas que no cuenten con un patrocinador económico. 

Desde ese mismo día, cientos de venezolanos son expulsados diariamente a través de esta frontera, sin ropa, en huaraches y sin dinero para poder regresar a su país o comprar comida, y con un oficio de salida definitiva del país de 15 días, emitida por el Instituto Nacional de Migración.

“¿Cómo me voy a ir, si no tengo nada?, ni para comer tengo; nos tratan como animales”, reclamó ayer a gritos en el río uno de los manifestantes. 

hmartinez@redaccion.diario.com.mx

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