PUBLICIDAD

Juárez

Crece tensión entre migrantes y policías

Denuncian ‘cacería’ venezolanos que tienen que vender dulces para pagar hospedaje

Hérika Martínez Prado / Araly Castañón
El Diario de Juárez

sábado, 28 enero 2023 | 10:17

El Diario

PUBLICIDAD

Ciudad Juárez.- Ciudad Juárez vive una crisis humanitaria con cientos de migrantes en las calles, sin espacio en los albergues para recibirlos, sin que las autoridades acepten darles un permiso de trabajo y con una “cacería” en su contra por parte de la Policía Municipal, denunció Cristina Coronado, coordinadora de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Juárez.

“Esto es una crisis humanitaria, porque hay familias con bebés buscando refugios, pero están colapsados todos y la Policía Municipal está persiguiendo a los migrantes en las calles; tremendo, tremendo. Toda la semana ellos se han quejado, les quitan documentos, les quitan dinero, les quitan teléfonos celulares, pertenencias, toda la semana han estado con mucho temor”, señaló.

El presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, advirtió ayer que debido a quejas ciudadanas, el Municipio retirará a los grupos de migrantes que se colocan en la vía pública, sobre todo en cruceros para limpiar vidrios, pedir dinero o vender dulces.

“Ya hay muchas quejas de ciudadanos, particularmente en el Centro, y es nuestra obligación intervenir, pero igual como lo hicimos en el río Bravo no nos gusta hacerlo de manera intempestiva, sino bien planeada y bien organizada”, explicó.

Cristina Coronado, también coordinadora del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano en Ciudad Juárez, dijo que han sido días muy difíciles para los migrantes porque “mucha gente está en la calle, porque no hay espacio en los albergues, y el Gobierno federal no tiene un plan” para atenderlos en la ciudad.

Y es que ante la saturación de los albergues, cientos de migrantes de distintas nacionalidades, principalmente venezolanos, tienen que vender dulces, limpiar vidrios o pedir dinero en las calles para poder pagar un cuarto de renta o la noche en un hotel, pero los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) tienen la orden de Pérez Cuéllar de no dejarlos vender en el Centro o en los semáforos.

“Estamos invitando al Estado, a la Federación para tomar en conjunto acciones pronto”, mencionó ayer el presidente municipal.

‘No pueden estar sentados’

La activista calificó como “desafortunadas” las acciones de Pérez Cuéllar al ordenar a los policías preventivos que no les permitan ni sentarse afuera de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe a esperar su ingreso al comedor religioso, como ocurrió ayer cuando un pequeño grupo hacía fila para ingresar y se les pidió que no estuvieran en cuclillas, sino parados esperando.

“No pueden estar sentados en el piso, con todo respeto”, les dijo un policía a quienes esperaban pegados a la reja de las oficinas de Catedral. “Estamos haciendo la fila para almorzar”, “es que acabamos de llegar y no sabíamos que no se pueden sentar mientras hacen fila”, respondieron los migrantes. “Les decimos, es una advertencia, a la otra no va a ser advertencia”, replicó el municipal.

Después, cuando la fila creció, otros policías se volvieron a acercar a los migrantes para decirles que no pueden estar en la Plaza de Armas, ni sentarse en las jardineras.

“El Gobierno –federal– no está haciendo el papel que le corresponde, y el hecho de poner a los migrantes como un problema, la manera en la que lo está haciendo el presidente municipal, hace que la comunidad responda de la manera que él quiere: sácalos, quítalos. Y somos una ciudad de migrantes, muchos a lo mejor no llegamos como ellos, pero muchos llegamos en situaciones tremendas también”, apuntó Coronado.

Sin espacio en los albergues

Johan tiene más de tres semanas en Ciudad Juárez en busca de cruzar la frontera, pero cuando ha acudido en busca de albergue a Grupo Beta, al Consejo Estatal de Población y al Centro Integrador para el Migrante (CIM) Leona Vicario la respuesta ha sido la misma: no hay espacio en los albergues, por lo que tiene que vender “chupetitas” (paletas) para pagar el cuarto en un hotel; sin embargo, los municipales no lo dejan venderlas.

“Hay policías que se han portado bien y me dan bendiciones, pero otros hasta nos roban el dinero que traemos, nos piden el dinero”, aseguró el venezolano.

Coronado dijo creer que el alcalde está mal informado y mal asesorado en el tema de migración, ya que la ciudad no tiene un plan y “no tiene capacidad en los albergues para que todo mundo entre, entonces ante esta situación al menos debería haber un pequeño programa emergente para que esta gente no esté en la calle. Ellos no quieren vender paletas con el frío intenso, necesitan hacerlo para al menos ir a dormir una noche en un hotel, entonces juntan vendiendo paletas, lavando carros, limpiando vidrios para pagar la noche de hotel, esa es su dinámica de ellos”.

Dijo que es una contradicción lo que está diciendo con lo que está pasando y lo que está haciendo, “no hay voluntad, porque hemos visto en los cruceros a la Policía en motos quitando a los jóvenes que limpian vidrios”, pero el Instituto Nacional de Migración (INM) no les da un permiso de trabajo, lo que no les permite integrarse a la ciudad.

El Municipio tiene que hacer un reclamo al Gobierno federal, de ¿por qué aceptaste tanto migrante aquí y no tienes un plan?, porque Leona Vicario –el único albergue federal– no tiene capacidad, y no recibe a migrantes sin niños, apuntó.

“Yo a veces me quedo por ahí en la calle, cuando no reunimos con los compañeros pa’l hotel, salimos a trabajar con un paquete de chupetas (paletas) y entre todos hacemos la bendición pa’comer y pa’l hotel. Fuimos a la Coespo pero me dijeron que está ‘full’, que la prioridad son los niños con las familias; en el cuarto a veces nos cobran 300 pesos, 200 pesos diarios, depende”, dijo el venezolano Douglas Key, quien era estudiante de ingeniería eléctrica y trabajaba con su mamá en una tienda en Caracas, Venezuela.

Otra venezolana narró que al pedir albergue fue enviada al CIM Leona Vicario, por lo que caminó junto a las vías del tren hasta llegar al albergue federal, en donde le dijeron que tenían que pedir un oficio en el INM y tuvieron que regresarse caminando hasta el edificio ubicado junto al puente Lerdo, en donde le dijeron que ya no había lugar en los albergues.

Por ello, tiene que vender dulces para un cuarto de hotel en la ciudad, lo que ahora busca impedir la Policía Municipal. 

Darwin es un migrante venezolano de 31 años que tiene dos semanas en Juárez, junto con su esposa e hijo, y los tres venden paletas en el Centro de la ciudad, ayer se encontraban en la 16 de Septiembre y Francisco Villa.

Explicó que está esperando el proceso de la aplicación para poder ingresar a Estados Unidos, y como no consigue trabajo, venden dulces para juntar dinero para quedarse en un hotel, o si no, duermen en la calle.

“Se congestionó mucho y estamos esperando la cita, hay días que nos toca dormir en la calle, si completamos nos vamos a un hotel o si no en una pared donde no pegue mucho el frío”, afirmó.

Indicó que todos los albergues están llenos y por ello tienen que juntar dinero para un hotel o de plano dormir en la calle, cubriéndose con cartones.

Sobre la intervención que anunció el alcalde para retirarlos de la vía pública dijo que es una medida drástica, porque muchos de ellos no le hacen mal a nadie, sólo buscan sobrevivir para llegar a Estados Unidos, aunque dijo que también comprende que la gente se sienta hostigada.

“Nosotros no elegimos quedarnos varados, aunque también la gente ve a más gente pidiendo dinero y eso de cierta manera los intriga”, mencionó. 

PUBLICIDAD

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

close
search