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Juárez

Conecta a través de las artes marciales

Su condición llevó a Alejandro Sedeño a impartir clases de karate do a niños con déficit de atención, hiperactividad, autismo y dislexia

Alejandra Gómez
El Diario de Juárez

domingo, 28 marzo 2021 | 11:27

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Al centro de la arena de entrenamiento, Hugo se concentra para seguir la indicación de su sensei Alejandro Sedeño, si bien una manopla y cuatro décadas de experiencia los separan, la condición cognitiva que ambos tienen diagnosticada les permite sentirse identificados.

Hace 16 años el maestro de karate fue diagnosticado con déficit de atención y dislexia, trastornos de aprendizaje que durante mucho tiempo le dificultaron desarrollar una vida común. Ahora, emplea las artes marciales para ayudar a niños en la misma situación que él.

“Tenía 40 años cuando supe lo que me pasaba, siempre tuve hiperactividad y problemas para aprender. Creí que así era la vida”, dice Alejandro, quien se acercó a las artes marciales en su adolescencia como un medio para relacionarse con la sociedad.

Todos los sábados Alejandro da clases de karate do, al interior del Polideportivo Estatal Moroccos, a más de una docena de niños que al igual que él enfrentan la vida desde diversas condiciones: déficit de atención, hiperactividad, autismo o dislexia.

Hugo, de 11 años, tiene tres meses asistiendo a las clases y por medio de las artes marciales ha logrado concentrarse y seguir las indicaciones de su maestro, algo que su tratamiento médico no pudo hacer por él.

Fue diagnosticado a los 4 años con déficit de atención y autismo. Su mamá, Arely Álvarez, supo de su condición cuando sus maestras de preescolar le aconsejaron tratarlo con un profesional al ver que sus comportamientos y procesos de aprendizaje eran distintos a los de los demás niños.

“Me sorprende ver su interés en el karate. Al principio me sentí mala mamá cuando no le di la oportunidad de venir”, dice Arely, pues cuando Hugo le pidió ir a las clases ella tuvo miedo de que él se estresara al ver a tanta gente y se sintiera mal en el lugar, pero su reacción no fue la esperada.

Ahora las artes marciales le han permitido disminuir las dosis de su medicamento, pues la concentración aprendida dentro de la arena de entrenamiento la lleva a todas las áreas de su vida diaria. “Cada vez me siento mucho mejor”, dice el niño mientras estira su pierna izquierda para calentar.

A lo largo de su vida Sedeño no sólo ha practicado el karate, también se desempeñó por muchos años como coach de deportistas en competencias a nivel estatal y nacional; sin embargo, un día perdió el interés en lo que hacía, por lo que decidió ayudar a niños con sus mismas condiciones cognitivas.

“En ellos nació mi misión. No sé por qué, sólo sé que me funciona y a ellos también”, cuenta Alejandro, quien imparte las clases de forma gratuita todos los sábados de 10:30 de la mañana a 12:00 del mediodía.

Tanto Alejandro como Arely invitan a las madres y padres de familia a reconocer y tratar los padecimientos de sus hijos, pues aseguran que ignorar lo que les sucede sólo agrava el problema con el paso de los años.

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