Concientizan con música contra las adicciones

Ciudad Juárez.- Con el fin de prevenir el consumo de drogas entre los jóvenes y adolescentes, la asociación civil Tenda di Cristo lleva “Paz con Flow” al suroriente de Ciudad Juárez. 

Apoyada por Fundación Gonzalo Río Arronte de la Ciudad de México, enfocada en proyectos de adicciones, agua y salud, la asociación local comenzó en febrero el programa de intervención que busca captar a 200 personas de 14 a 25 años de edad en riesgo de consumo y a 100 de sus familiares. 

A dos meses de su inicio, Tenda di Cristo ya trabaja directamente con 35 personas de las nueve colonias en intervención: Fray García de San Francisco, Manuel J. Clouthier, Carlos Chavira, Carlos Castillo Peraza, Olivia Espinoza, Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo, Parajes de Oriente y Parajes del Sur. 

“Tenemos un equipo comunitario de tres facilitadores y facilitadoras, que hacen un mapeo de actores, un diagnóstico, actividades de contacto con la comunidad y después de que generan cohesión en las nueve colonias la misma gente les dice (con cuales jóvenes pueden acercarse), ya sean iglesias, centros comunitarios, escuelas, líderes o referentes de la comunidad”, informó Alejandro Sapién Méndez, coordinador del programa. 

Una vez captados son atendidos por consejeros en adicciones, los cuales son psicólogos que realizan talleres de crecimiento humano con el tema de prevención y pláticas informativas. 

Los facilitadores comunitarios hacen actividades culturales, artísticas y deportivas en los espacios que habitan y los talleristas imparten tres talleres: panadería, cocina y música. 

“Por eso se llama Paz con Flow, porque este componente es el que le va a dar como el lado de sensibilidad al proyecto, aquí lo que se pretende es que se hagan canciones y que al último se haga un álbum musical y se hagan conciertos, para dar el mensaje de las drogas, de las adicciones”, explicó. 

Mientras se realiza el trabajo con los jóvenes, el trabajador social, el facilitador familiar y el educador comunitario realizan las gestiones y actividades socioeducativas y de integración en la comunidad con los familiares y su entorno. 

El maestro en Derechos Humanos y coordinador de la Comisión de Reinserción Social de Juárez explicó que “con la misma gente de las colonias se genera participación comunitaria, ya que el fin último es que ellos se conviertan en cuidadores comunitarios de los mismos chavos”. 

“Aunque son jóvenes en riesgo, también se analizará si hay consumidores, y se realizará una investigación para la generación de un diagnóstico sobre el tema, ya que “no hay muchos datos de adicciones al dominio público, tanto Salud como algunas instancias no tienen datos que nos digan cuántos consumen, en qué colonia se consume más, hay muy poca información”, comentó. 

Tenda di Cristo cuenta con información previa sobre el consumo en el suroriente de Ciudad Juárez, con la cual ha justificado la intervención en las nueve colonias, debido al trabajo que realizan desde 2016 a través del programa “Yo soy rediseño social”, con el objetivo de facilitar la adecuada reinserción en la sociedad y evitar la reincidencia delictiva de los jóvenes que son liberados del Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (Cersai) o que cuentan con una medida cautelar. 

De acuerdo con Sapién Méndez, cada año trabajan con un promedio de 100 a 120 adolescentes y jóvenes de Ciudad Juárez, entre los 14 y 29 años de edad, en los que han descubierto que el consumo de drogas y la violencia familiar son dos de las principales problemáticas.

El psicólogo Mario Sifuentes, tallerista cognitivo conductual de Tenda di Cristo, informó que han detectado un inicio en el consumo entre los 12 y 14 años de edad, cuando empiezan con la cerveza, la que luego los lleva a la mariguana y luego al cristal. 

“Influye mucho la cantidad de dinero que tengan, sino no traen dinero se van por lo más barato, regularmente cuando empiezan con la mariguana van terminando en el cristal, porque es mucho más barato”, indicó. 

De los cerca de un centenar de personas con las que trabajan cada año en “Yo soy rediseño social”, una tercera parte es consumidor de alguna sustancia y algunos años han encontrado que hasta una quinta parte ha consumido el cristal, informó Sapién Méndez. 

Sifuentes explicó que el consumo se da como consecuencia de la falta de atención de las familias o de la falta de convivencia, porque sus papás trabajan mucho y ellos se sienten solos. 

Otros lo hacen buscando un sentido de pertenencia a algún grupo; por la curiosidad, cuando en la familia no se habla de drogas, o en los períodos de baja autoestima que se viven en la adolescencia, cuando se dan cuenta que el alcohol o la mariguana les levanta el ánimo, y pasan del consumo a la adicción. 

“Lo hacen por experimentar, y ya cuando prueban el cristal, esa es una droga que se convierte en adictiva rápidamente”, señaló. 

“Paz con Flow” está planeado actualmente para tener una duración de un año, pero cuentan con la posibilidad de ampliarlo para el próximo con el fin de construir espacios de paz, disminuir el consumo de sustancias y erradicar el abandono escolar. 

“Son programas que previenen el delito, pero sobre todo evitan la reincidencia, la escalada del delito. Sin la existencia de estos programas la situación se agravaría más”, destacó su coordinador. 

La asociación civil Tenda di Cristo fue fundada en 2001 por el sacerdote Francesco Zambotti, quien buscaba una solución a las necesidades y atención de las personas marginadas por la sociedad, y en ocasiones rechazadas por sus mismas familias, por vivir con VIH/Sida.

Su primer enfoque fue la prevención y apoyo a enfermos de VIH, después ofreció talleres de duelo a los familiares de las víctimas de la violencia y actualmente enfoca parte de sus proyectos en los jóvenes y adolescentes. (Hérika Martínez Prado / El Diario)

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