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Juárez

Comparten el pan y la sal con migrantes desamparados

Reparten mujeres organizadas cenas para foráneos que duermen en tapias y edificios abandonados

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

sábado, 29 abril 2023 | 10:15

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez | Abara lleva alrededor de un mes distribuyendo cerca de 250 platillos para personas en vulnerabilidad Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

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Cuando en medio de la oscuridad Rosa Mani Arias grita “llegó la cena, llegó la cena”, la alegría se enciende para cientos de personas en situación de movilidad y juarenses que duermen en las calles, tapias o edificios abandonados de Ciudad Juárez.

“Apenas llegamos ayer aquí, pero tenemos viajando desde el 5 de enero. Lo que traíamos nos lo quitaron y hoy buscamos pero no encontramos nada, esto es lo primero que comemos”, narró “César” a las 9:30 de la noche, sentado en la banqueta frente a un edificio abandonado, junto con su hijo de 10 años, quien acomodaba su gorro mientras comía la fruta, avena y una dona que esperó durante todo el día. 

Sin dinero, sin conocer la ciudad y con el temor de entregarse a la Patrulla Fronteriza y ser enviados a otra ciudad “más peligrosa”, el nicaragüense aseguró que buscarán ingresar a Estados Unidos a través de una cita por medio de la aplicación móvil CBP One, pero el celular que tienen no funciona bien.

“Se quedan pegadas las letras”, explicó el niño cuya abuela murió cuando él nació y cuya madre le entregó hace años la patria potestad a su papá, con quien recorrió medio México a bordo del tren de carga hasta llegar a Ciudad Juárez. 

Como ellos, todos los días llegan a la ciudad cientos de personas en situación de movilidad con la esperanza de ingresar a Estados Unidos, quienes duermen en tapias o plazas públicas debido a la saturación de los albergues, el temor de ingresar a uno luego del incendio ocurrido en el Instituto Nacional de Migración (INM) en el que murieron 40 personas, o porque buscan estar cerca de la frontera.

Toman la iniciativa

Al darse cuenta de la necesidad en las calles, Rosa Mani Arias, integrante de la organización estadounidense Abara, narró la realidad de lo que viven los migrantes al colectivo Mujeres Fronterizas en Acción (MFA), conformado por mujeres de El Paso y Ciudad Juárez, quienes decidieron comenzar a apoyar.

“Al identificar que muchas personas no habían alcanzado a llegar a un albergue, sabíamos que había mucha necesidad en la calle y decidimos empezar”, relató la activista, quien hace un mes comenzó a recorrer entre semana la ciudad para repartir al menos 250 cenas.

Los primeros diez días se realizó con el apoyo de MFA y después la organización Abara consiguió recursos para repartir 13 días más, de lunes a viernes, haciendo un llamado a otras agrupaciones religiosas para que acudieran los fines de semana a apoyar con alimentos a cualquier hora del día. 

Al tener el apoyo económico, Mani Arias pidió la ayuda del pastor Víctor Hugo López, quien aloja a hombres migrantes en el albergue La Esperanza, para preparar los alimentos en su comedor. Así, los propios migrantes albergados se convirtieron en los cocineros y también en parte del equipo que ha repartido los alimentos cada noche en la ciudad.

“Nuestros voluntarios en situación de movilidad han sido clave, porque ha sido muy interesante verles cómo cocinan, cómo preparan, cómo suben las cosas (a los vehículos) y cómo ellos mismos distribuyen a su misma población. Eso ha sido una de las cosas que no tienen precio, la satisfacción que ellos sienten al servirle a su misma comunidad”, relató. 

La noche del jueves, dos de ellos se encargaron de repartir papaya a 250 personas de distintas nacionalidades, quienes al igual que ellos permanecen varadas en Ciudad Juárez con la esperanza de llegar a Estados Unidos.

“La idea de la fruta siempre ha estado en mi corazón, porque regularmente los niños y las personas que están dentro de los espacios humanitarios tenemos acceso al alimento o los granos, sopa, arroz, frijol, pero el alimento fresco es de difícil acceso, y les dije: tenemos que dar fruta”, explicó la activista.

Se suman a la causa

Todo el pan que se reparte es de la panadería Rezizte, cuyo propietario, Jorge Pérez –conocido como “Yorch”–, también ha donado el pan que le quedó del día, lo que ha hecho posible repartir más cenas esas noches.

Además de Mani, cada noche han apoyado voluntarios de la organización Abara y del Comité Central Menonita, quienes el jueves repartieron cada cena con una sonrisa para quienes se mostraban agradecidos y les daban bendiciones por ayudarlos. 

“Dios me los bendiga”, agradeció “Ronald”, un venezolano de 21 años quien llegó a Juárez hace cinco días a bordo del tren de carga junto a su hermano de 20 años de edad, con quien ha dormido cada noche en una plaza pública, en donde también duermen algunos juarenses con discapacidad y en situación de calle, a quienes se les llevó la cena hasta el lugar en donde estaban. 

Durante un mes, el apoyo comenzó en el albergue con la preparación de los alimentos, para luego recorrer las zonas aledañas al gimnasio municipal Josué ‘Neri’ Santos, la Catedral, el Monumento a Benito Juárez, y después acudir a otros edificios abandonados y tapias en donde se han detectado asentamientos migrantes, en los que todos los días cambia la cantidad de personas, debido a que muchas sólo duermen aquí unos días para luego cruzar la frontera. 

Cuando aún hay alimentos al terminar el recorrido se reparten en el campamento instalado sobre la calle General Rivas Guillén, en el exterior y los alrededores del INM, debido a que es un sitio más visible para la ciudadanía que quiere apoyar a la población migrante. 

“Nos interesa llegar a donde nadie llega y llegar a donde nadie va a dar una pieza de pan. Y durante este tiempo nuestras amigas de MFA nos han brindado también apoyo con cobijas, porque recordemos que las personas están en situación de calle y no tienen una colchoneta, entonces traerles dos cositas que puedan poner a ras de suelo claro que les ayuda mucho”, explicó.

También los han apoyado con artículos de higiene, como toallas húmedas, jabón y pasta de dientes.

Necesitan más apoyo

“Abara también ha hecho un llamado en la comunidad en El Paso para solicitar estos artículos de higiene”, dijo la activista que comenzó a repartir las cenas dos días antes del incendio ocurrido en el INM y cuyos recursos terminaron justo a un mes de la tragedia, por lo que llena de nostalgia pidió a otras agrupaciones que también apoyen a la población migrante.

“Estos días me han enseñado a ser agradecida, a agradecerle a Dios todavía más por lo que tengo, porque esta es una frontera y nunca va a dejar de ser frontera, y yo tengo una casa y una cama, y un vaso, un plato y un baño, pero estas personas no tienen y los encontramos en una tapia pero para ellos lo es todo… probablemente mañana ya no venimos porque hoy acabó esta subvención y yo todavía me sigo preguntando cómo me voy a dormir mañana, no sé cómo voy a estar en mi cama sabiendo que aquí se queda un niño quizá sin algo en el estomago”, compartió.

hmartinez@redaccion.diario.com.mx

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