Comparte exfiscal experiencia al frente de la FGE y el combate a la delincuencia

Ciudad Juárez— El exfiscal general Jorge González Nicolás impartió una plática -vía digital- sobre su experiencia al frente de la fiscalía del Estado de Chihuahua en el combate a la delincuencia organizada, en una conferencia dirigida a alumnos y catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

La conferencia fue coordinada por el doctor Luis Astorga de la UNAM y tuvo como principal comentarista al doctor en Ciencias Políticas y Sociales, César Alarcón Gil. 

Durante su participación, González Nicolás habló sobre las acciones implementadas por la Fiscalía del estado a partir del año 2010, para recuperar la paz y tranquilidad para Ciudad Juárez, que entonces ocupaba el lugar número uno en el ranking de las ciudades más violentas del mundo. 

Señaló que primero ocupó la titularidad de la fiscalia de persecución de los delitos en la Zona Norte y debido a los resultados obtenidos fue designado como fiscal general por el entonces Gobernador César Duarte Jáquez. 

Recordó que en los años 2008, 2009 y 2010 se registraron más de 8 mil homicidios dolosos, producto de los enfrentamientos entre cárteles dedicados a la distribución y venta de drogas. 

En ese periodo también había un grave problema que aquejaba a los comerciantes, empresarios e industriales, la extorsión por parte de grupos delictivos. 

Para combatir ese flagelo se creó la Unidad Especializada en la atención al delito de Extorsión, pero además se modificó el Código de Procedimientos Penales para el Estado de Chihuahua con la finalidad de endurecer las penas corporales y dar hasta 70 años a quienes participaban activamente en ese delito. 

Se logró llevar a prisión a casi 400 extorsionadores y muchos siguen en prisiones del país, purgado sus condenas, lo que disminuyó la incidencia de ese delito. 

Se intervinieron los cuatro penales que eran municipales (entre ellos los dos de Chihuahua y uno de Juárez) para convertirlos en Centros de Reinserción manejados por el estado a través de una fiscalia especializada, instancia que aplicó un programa en coordinación con autoridades federales y se reubicó a más de dos mil 300 reos considerados peligrosos. 

También habló sobre la inversión que se hizo en materia de seguridad, un gasto extraordinario que permitió aumentar sueldos y capacitar a los policías de todo el estado, además de armarlos. 

Para tener una policía confiable se hizo una depuración de más del 20 por ciento de los agentes de la entonces Policía Ministerial, ya que no confiaban en ellos y había la presunción de que tenían nexos con integrantes del crimen organizado.