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Juárez

Ciudad Juárez, nodo de migrantes

De las 13 mil 022 personas que han ingresado por seis ciudades fronterizas desde febrero hasta el 10 de agosto pasado, 5 mil 629 lo han hecho por aquí

Pedro Sánchez
Agencia Reforma

domingo, 15 agosto 2021 | 07:42

Especial

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Ciudad Juárez.- De las 13 mil 022 personas que han ingresado por seis ciudades fronterizas desde febrero hasta el 10 de agosto pasado, bajo los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), 5 mil 629 lo han hecho por Juárez-El Paso.

Las estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) muestran que a este punto le sigue Tijuana con 2 mil 636 personas, en tercer lugar Matamoros, con 2 mil 418; Reynosa con 913, Nuevo Laredo con 533 y por último Piedras Negras con 893.

A los migrantes que cruzan se les realizan pruebas para detectar Covid y son acompañados hacia Estados Unidos por personal de la OIM, entidad de la Organización de las Naciones Unidas.

Consultada sobre por qué Juárez tiene un flujo más activo de casos de MPP, la OIM indicó que es un asunto histórico que tiene que ver con el apoyo coordinado desde los diferentes organismos que ha hecho que las mismas personas se registren en MPP para pasar por Ciudad Juárez, porque ven garantías de que su trámite sea exitoso por el acompañamiento que se les ha dado.

El organismo enlistó cuatro factores, el primero la amplia presencia de personas bajo el programa MPP en comparación con otras ciudades fronterizas.

Además, cuenta con una posición estratégica, más cercana a algunos lugares de México desde donde se trasladaron las personas a la frontera.

Se cuenta además con un equipo fuerte de 61 personas de la OIM y presencia de otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas, así como una red de albergues activa y amplia en la ciudad, con más de 20 espacios para la atención a migrantes.

Jesús Peña, investigador del Departamento de Estudios Sociales del Colegio de la Frontera (COLEF), identificó tres tendencias respecto a por qué Juárez se volvió el principal punto.

Recordó que desde el 2018, a Juárez comenzaron a llegar migrantes en masa luego de ser por un periodo de unos 10 años un punto muy poco importante para la migración internacional.

"Ciudad Juárez había dejado de ser un cruce de personas de Centroamérica hace décadas, hasta de personas de México, que querían cruzar de manera irregular a Estados Unidos", refirió el investigador.

Lo contrario ocurría en Tijuana, donde en 2016 comenzaron a llegar haitianos y se empezó a identificar como un punto en el que se pedía asilo y así comenzó a llegar gente de manera constante de Centroamérica y posteriormente en masa en el 2018.

En aquel año, a la par de las caravanas masivas de centroamericanos, se dio una oleada de cubanos, quienes en lugar de irse a Tijuana junto con los guatemaltecos o salvadoreños, optaron por dirigirse a Juárez porque la frontera bajacaliforniana estaba saturada y se desmarcaron.

"Entonces esos primeros migrantes de 2018 deciden ir a Juárez justo porque está desocupado", comentó Peña. "Estos migrantes lo que hicieron fue desmarcarse de la caravana".

"Y querían desmarcarse en el sentido de diferenciarse de que 'nosotros no somos como estos migrantes'", explicó.

Refirió que los cubanos traen la idea del refugio político, por el sometimiento que argumentan de su Gobierno y además porque sí tienen el derecho a entrar a Estados Unidos.

"Por eso esta primera ola de personas llega a Ciudad Juárez".

Otra situación que se identificó es que muchos de los migrantes llegaban a Cancún y tomaban un vuelo directo y económico de Viva Aerobús hacia Ciudad Juárez.

También esta zona fronteriza, mencionó Peña, cuenta con infraestructura tanto del lado mexicano como del norteamericano para procesar los casos.

Un proceso que no avanza

Cuando José Luis salió de Nicaragua, había pensado cruzar hacia Estados Unidos por Tamaulipas, pero en el camino su plan cambió y llegó hasta Juárez, donde permanece desde hace más de dos años.

"Yo iba para Matamoros porque en Matamoros tenía unos contactos", recordó el enfermero, un perseguido político que auxilió a heridos reprendidos por el gobierno durante las protestas de 2018 por las reformas al sistema de seguridad social.

Él aspiraba a ingresar a Estados Unidos, como lo habían hecho otros connacionales que estaban en lucha y que lo monitoreaban en su travesía.

"Cuando yo vine, iba pa' Matamoros, pero me encontré unos muchachos en el camino en Tapachula allá y me dijeron vámonos a Juárez, allá en Juárez está más suave y no hay peligro, no hay río, entonces por eso me vine por acá", contó.

Aunque por Ciudad Juárez corre el Río Bravo, éste prácticamente no lleva agua, contrario a Tamaulipas.

Al llegar a Juárez en junio de 2019 durmió la primera noche en cartones junto a una paletería. Al siguiente día él y los otros cinco nicaragüenses con los que realizó la travesía, tomaron un camión hacia el centro y se dirigieron hacia el Río Bravo.

"Nos tiramos todos juntos", narra sobre cómo se entregó a la Patrulla Fronteriza en el Río Bravo.

Una vez que lo aseguraron, las autoridades norteamericanas le indicaron que hablara con el familiar que lo recibiría, incluso lo trasladaron a otro centro de detención.

"Porque ya me iban a liberar para ir a estudiar el caso en Estados Unidos, pero vinieron con el cambio de turno, vinieron y me dijeron: 'no tú ya no vas para allá arriba'".

Pese a que le indicó al personal que ya había hablado incluso con su pariente, le ordenaron regresarse a Ciudad Juárez.

"Nuevamente me volvieron a mandar a la estación y luego me retornaron".

Su primera cita de su solicitud de proceso de asilo en la Corte de El Paso fue en septiembre de 2019 y la segunda el 2 de diciembre del mismo año.

El 19 de abril de 2020 tendría su audiencia final, pero se la pospusieron.

"Y yo no he vuelto a recibir otra Corte", narra en un albergue de Ciudad Juárez donde se aloja junto con su pareja, una guatemalteca con problemas de salud, a quien conoció en el refugio y con quien procreó una hija, actualmente de seis meses.

"Yo soy un caso activo todavía de MPP (apegado a los Protocolos de Protección a Migrantes)", externa desesperado tras los meses de espera.

En el caso de su pareja, le fue negado el apoyo, pese a que venía huyendo de su país por violencia.

Ahora él fue inscrito desde hace cinco meses en una petición como caso mixto por ACNUR, y con ello confía en cruzar junto con su pareja y su hija.

"Yo sigo aquí esperando, la verdad que un poco agobiado por la situación, viendo cómo la gente viene y se va".

Considera una contradicción que el programa MPP haya sido eliminado, y él permanezca en México aún, por lo que busca que ACNUR le encuentre otra forma de ingresar.

"Pero no me resuelven nada, sólo me dicen que ella no puede entrar porque está inactiva, y que yo estoy activo, pero tengo que esperar no sé cuánto más".

Cuenta que ACNUR les ha dicho que el ingreso lo está realizando por fases, las cuales se deben acatar, ya que si EU no responde, la agencia no puede dar una respuesta.

"Los violentados son los que están aquí, a los que se les violó los derechos son los que están aquí, estos eran los experimentos y siguen siendo los experimentos a la violación a los derechos humanos de ellos", lamenta.

Si ahora realizó la petición como mixto es porque no quiere dejar a su hija aquí.

Demandó que ACNUR y UNICEF intervengan en sus casos porque es demasiado el tiempo que tienen en Ciudad Juárez.

"Nosotros seguimos en un programa que ya no existe. Si ya no existe el programa entonces ¿por qué nos tienen aquí? Es una pregunta que no tiene lógica".

Consultada sobre casos como éste, ACNUR indicó que son casos más complejos por ser mixto.

En el caso de su esposa Wendy, de 26 años de edad, también llegó hace más de dos años, cuando salió en mayo de 2019 de Guatemala por persecución de criminales.

"Me vine sola, y acá pues me junté, me casé, ya tengo una niña de seis meses y mi marido está activo en el MPP".

"Tengo pruebas pues pero lamentablemente no he podido pasar a Estados Unidos y estoy aquí esperando", lamentó.

Miles en espera

En 2019, la Administración del Presidente Donald Trump lanzó el programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), también conocido como "Quédate en México", como una medida para detener el flujo masivo de centroamericanos que comenzaron a ingresar desde 2018 en caravanas por la frontera sur de México hacia Estados Unidos.

Bajo este programa, las personas eran devueltas al País para esperar sus procedimientos de asilo. Pero el Departamento de Seguridad Nacional de EU suspendió los nuevos registros del MPP a partir del 21 de enero de este año.

Con la llegada de Joe Biden a la Presidencia, el vecino país se ha comprometido a reformar el sistema de inmigración, atender las causas que originan la expulsión de personas y garantizarles un trato digno y ordenado, de acuerdo con información de la página web de ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados). Según el plan del Gobierno estadounidense, el paso inicial sería atender a los individuos bajo el MPP con procesos pendientes.

El pasado viernes, el juez de la Corte de Distrito de EU, Mathew Kacsmarykun, ordenó al Gobierno del Presidente Biden restablecer la política de "Quédate en México" de su antecesor republicano.

El juez consideró que la Administración Biden violó las leyes de procedimiento al no considerar "varios de los principales beneficios" del programa y actuó "arbitraria y caprichosamente" para ponerle fin.

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