Celebran Día de las Madres en Casa del Migrante

Ciudad Juárez.— Con música en vivo, rosas y la comida especial que hoy les prepararon los hombres, 78 mujeres mexicanas y extranjeras celebraron este lunes el Día de las Madres en la Casa del Migrante de Ciudad Juárez.

La celebración para las madres comenzó con una misa especial oficiada por el sacerdote Francisco Bueno en la capilla de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Diócesis de Juárez, mientras que en el albergue se llevaban a cabo los preparativos.

“Es ese amor desembocado (de madres) el que a ustedes les permite continuar con sus vidas. Es por ellos que muchas de ustedes siguen aquí, aún después de muchos meses. Continúan por sus hijos, porque los aman y porque quieren lo mejor para ellos y para ustedes”, destacó el sacerdote a las mamás migrantes.

“Que nadie apague la luz que ustedes como mujeres tienen, son importantes. Y después de la vida, el don más maravilloso que hay es el don de la maternidad”, dijo el religioso a mujeres provenientes de México, Honduras y Guatemala.

La mayoría son originarias de estados mexicanos como Michoacán y Guerrero, quienes huyen con sus hijos y sus parejas, de amenazas, secuestros, extorsiones, tras desaparición de sus seres queridos, o porque los grupos delictivos intentaban obligar a algún integrante de su familia a que trabajara con ellos, informó Ivonne López de Lara, coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, la cual alberga actualmente a cerca de 400 personas.

Después de meses de esperar en esta frontera una oportunidad para ingresar a Estados Unidos, el sacerdote les recordó que a veces habrá momentos de dificultad, pero al ver a sus hijos se van a dar cuenta el don que Dios les dio.

“Que eso nunca se les olvide, el don de la maternidad es velar y ver por estos niños, para que cuando sean adultos, sean hombres y mujeres responsables, y de la misma manera puedan formar familias con valores cristianos”, agregó Bueno. 

Después de la celebración religiosa, las madres fueron recibidas en el albergue católico con música en vivo y flores.

Además, hoy los hombres se encargaron de cocinar para festejar a las madres con un guisado de carne con chile rojo, arroz y pasta, los cuales ellos mismos les sirvieron, mientras ellas disfrutaban con sus hijos en las mesas que fueron colocadas bajo una sombra en el patio del albergue.

En la Casa del Migrante, las madres y sus familias son apoyadas con ropa, alimentos, atención médica, psicológica y asesoría legal, mientras esperan una oportunidad para solicitar el asilo en Estados Unidos.