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Juárez

Banda ‘Los Netos’, entre el horror y la saña

Antes de ser líderes Mexicles, dejaron historias de tortura, mutilaciones y homicidios

Staff
El Diario de Juárez

miércoles, 04 enero 2023 | 10:20

El Diario de Juárez | Alfredo Piñón de la Cruz, alias ‘El Neto’, durante el juicio oral en junio de 2010

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La historia de la banda de secuestradores “Los Netos”, antes de ser líderes de “Los Mexicles” en el Cereso, se resume en dos palabras, horror y saña. Entre sus víctimas, además de sufrir tortura psicológica, hubo quienes se enfrentaron a mutilaciones y hasta la muerte.

Está el caso del estudiante de la Preparatoria Allende, un menor de tan sólo 16 años, quien vivió el terror de ser secuestrado y a quien, por órdenes de Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz “El Neto”, le cortaron un dedo. 

O el caso de una mujer de un restaurante que tras ser plagiada la encerraron en un clóset en donde permaneció varios días en cautiverio y a quien también le mutilaron un dedo con unas tijeras de jardín y se lo enviaron a su familia.

Uno más impactante y que encendió el temor en la industria maquiladora, fue el plagio de Natividad Torres Leyva, de 42 años de edad, directivo de la empresa llamada Toshiba Electromex, quien fue baleado pese a haber pagado su rescate; no resistió y murió por las heridas de los disparos que recibió.

El relato de cada uno de los casos de plagio de la banda, fue ventilado en los procesos y juicios que enfrentaron entre 2010 y 2011, audiencias en las que declararon las víctimas, testigos y hasta los mismos acusados, quienes relevaron cómo cometieron algunos de los secuestros.

“Después de que lo ‘levantamos’ lo llevamos a la casa del Campestre, donde lo dejamos dos días; después volví porque me habló ‘El Neto’ para que le mochara un dedo al chavo porque su familia no quería pagar su rescate, por lo que agarré un cuchillo color plateado y con ese le corté el dedo meñique de la mano izquierda; David se lo agarró y yo lo corté”, fue por ejemplo, la declaración de Miguel Guadalupe Chico Quezada, apodado “El Gallo” rendida ante el Ministerio Público (MP) el 17 de septiembre sobre su participación en el secuestro en contra del estudiante de la Preparatoria Ignacio Allende el 25 de agosto del 2009.

La banda de “Los Netos” era liderada por Ernesto Piñón de la Cruz “El Neto”, de 21 años, e integrada por jovencitos desde los 13 a los 23 años, entre ellos José Eduardo Soto Rodríguez “El Lalo” de entonces 18 años, mano derecha de Piñón y otros como César Vega Muñoz, Jesús Trinidad Ríos Espinoza (23 años), Édgar García Carrillo (20 años), Francisco Corona Calderón (18 años), e Isaí Emanuel Rodríguez “El Enano”.

Ángel Isaac Estrello Murillo, Miguel Guadalupe Chico Quezada, Elías David Valenzuela Grijalva, Paúl Eduardo Galindo Velázquez y Lorenzo Juan Miguel Salas, son otros de los que forman parte de la banda.

Todos tuvieron participaciones distintas en las decenas de plagios que se les atribuyeron: en unos de choferes, en otros de cuidadores de las víctimas y en otras más de recolectores del dinero de los rescates y de torturadores, pues de acuerdo con los relatos, golpeaban a las víctimas hasta con las cachas de las pistolas y ellos mismos llegaron a mutilarlos y dispararles. Por estas actividades se les pagaban desde 4 mil pesos.

Cimbra a la industria maquiladora

 El secuestro del gerente de maquila ocurrió el 15 de septiembre del 2009, fecha en que comenzaron las negociaciones para fijar los términos y el monto de su rescate, pero el proceso enfrentó obstáculos y pese a haber pagado su rescate fue baleado y murió de los tres tiros que recibió.

El hombre fue encontrado herido con dos tiros en el tórax y uno en la cabeza, en un lote baldío ubicado en el cruce de Paseo del Solar y Camino a Escudero, muy cerca de la carretera Juárez-Porvenir. Fue llevado a recibir atención médica pero no resistió, murió en el hospital.

Los acusados de este secuestro fueron Miguel Guadalupe Chico Quezada, alias “El Gallo”; Elías David Valenzuela Grijalva, Paúl Eduardo Galindo Velázquez, Lorenzo Juan Miguel Salas González, alias “El X Man”, y Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz.

Recibían miles de pesos

En el plagio del estudiante de la prepa Allende, “El Gallo” aceptó haber recibido 12 mil pesos por su participación en el “levantón”, mientras que Paúl Eduardo Galindo refirió haber recibido 5 mil pesos tan sólo por haber ido a recoger el dinero del rescate al Parque Borunda.

En tanto, el líder de la banda, Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, en su declaración ante el MP el 17 de septiembre aseguró que ese secuestro fue el vigésimo que cometían, pero que ese último se dio por órdenes de Isaí Emanuel Rodríguez.

Refirió el fiscal en la lectura del acta de declaración que en esa ocasión a las 5:00 de la tarde lo ‘levantaron’ a tres cuadras de la prepa Allende “El Gallo” y “El X Man” y luego lo llevaron a la calle Privada de Senecú, en el fraccionamiento Campestre.

“El Neto” indicó que el secuestrado andaba con Luz, la novia de Isaí, y por eso éste último dio la orden de que le mocharan el dedo por coraje y en venganza.

Mencionó que durante este secuestro llegó a la casa del Campestre y David, otro de sus cómplices, le ofreció un cigarro, por lo que al tratar de sacarlo de la cajetilla observó un dedo; dijo que le dio asco y le dio la caja, que después tiraron a espaldas del Cibeles.

Pedían 150 mil dólares de rescate

Un caso más fue el secuestro de un hombre al que “levantaron” frente a su hijo, y a quien, ante las súplicas de su padre, los delincuentes dejaron en libertad.

El hecho ocurrió el 3 de septiembre del 2009 cuando la víctima transitaba en una Hummer verde por la avenida Valle de Juárez para llevar a su hijo de 13 años a la Secundaria Técnica 33 que se ubica en Pradera Dorada.

A la altura del fraccionamiento Nápoli fue interceptado por los cuatro tripulantes de una camioneta Jeep color plateado que lo obligaron a punta de pistola a bajarse de su unidad y llevárselo, por él pedían un rescate de 150 mil dólares.

También secuestraban a mujeres

La banda no respetaba edad ni género, es el otro caso de una mujer de un restaurante que fue secuestrada y a quien la mantuvieron privada de su libertad en una casa de 16 de Septiembre y Honduras, el 21 de febrero de 2009.

Según Óscar Ramírez Vitela, otro de los plagiarios, fueron “El Neto” y Enrique Acosta, “El Peque”, quienes realizaron las negociaciones con la familia exigiendo la cantidad de 150 mil pesos.

Dijo que “El Stitch” le cortó dos dedos a la mujer y se los enviaron a la familia de la víctima porque se negaban a pagar el rescate. La víctima se encontraba en el interior de un clóset, atada de manos y de los pies con cinta transparente y color canela y además vendada de los ojos.

También dijo que cuando “El Stitch” le cortó un dedo a la mujer, una mujer de nombre Leslie y un hombre de nombre Fernando Caballero Villa, alias “El Padrino”, le ayudaron a parar el sangrado.

Señaló que “El Stitch” le cortó el dedo a la mujer con unas tijeras para jardín y luego se lo enviaron a la familia.

Una estudiante de 17 años fue otra de sus víctimas. El plagio se registró el 11 de marzo del 2009, alrededor de las 7:10 de la mañana en el exterior de una residencia del fraccionamiento Rincones de San Marcos. Por ella se entregaron 80 mil pesos, así como dos mil dólares y un vehículo PT Cruiser como rescate.

La secuestrada fue dejada en libertad en la parte posterior del centro comercial Plaza Juárez Mall, de avenida Ejército Nacional.

“El Neto” y sus cómplices, algunos menores de edad, fueron aprehendidos entre 2009 y 2010, años en los que la conocida Ciudad Judicial parecía un “hervidero” ante las múltiples audiencias por plagio en contra de estas bandas que aterrorizaron a todos.

El revuelo de “El Neto” y su banda de secuestradores, jóvenes de menos de 23 años, fue tal, que llegó un momento en el que las mismas autoridades decidieron dejar de formularle más cargos, pues para abril de 2011, el delincuente ya sumaba 244 años de cárcel, toda su vida estaría en prisión, además de que estaba siendo demasiado costoso llevar las audiencias vía remota. 

Intento de fuga

El 7 de diciembre de 2010, un convoy de hombres armados atacó el vehículo oficial de la Policía Procesal, en el que eran trasladados “El Neto”, y otros reos. A la altura del kilómetro 20 se hizo la refriega y se pudo evitar su fuga en aquella ocasión. 

Piñón de la Cruz resultó herido en un ojo. Tras ese primer intento de fuga, las autoridades decidieron trasladar a finales de diciembre de ese 2010 a los secuestradores a otros penales del país, además de seguir los procesos y juicios en su contra vía satélite. 

Tiempo después, sin informar el por qué ni el momento exacto, el líder criminal fue devuelto al Cereso Estatal 3 ubicado en esta frontera, posicionándose de nuevo como cabecilla del grupo criminal “Los Mexicles”, junto con su cómplice José Eduardo Soto Rodríguez “El Lalo”, quienes de acuerdo con testigos, “gobernaban” el penal, teniendo todos los privilegios posibles.

A “El Neto” se le atribuyen los ataques del “jueves negro” en agosto de 2022, cuando se generó un intento de motín en el Cereso y se desató una cacería por toda la ciudad: una gasolinera balaceada, un Oxxo incendiado con saldo de dos mujeres muertas, el asesinato a balazos de cuatro trabajadores de la radio por la Ejército Nacional, hechos que causaron pánico entre los fronterizos y provocaron casi un toque de queda en la ciudad, pues negocios cerraron y las personas se quedaron resguardadas en sus casas por todo un fin de semana. El motivo de todo esto, fue precisamente el evitar que Piñón de la Cruz fuera de nuevo trasladado a otro penal.

Ahora este 1 de enero, con un ataque que a todas luces se vio muy bien planeado, “El Neto” y otros 30 reos lograron su cometido, se fugaron del Cereso Estatal 3, mientras que 10 custodios y otros siete reos fueron asesinados en la revuelta y otros 14 internos resultaron heridos.

La banda de “Los Netos”, compuesta por jovencitos de los 13 a los 23 años, acumuló más de 700 años de cárcel, liderando en el estado las sentencias más altas de la historia. Sólo “El Neto” suma 244 años en condenas, sin tomar en cuenta los procesos que las autoridades decidieron ya no llevar a cabo al considerarlo “ocioso”, con esos la cuenta subiría.

Entre las víctimas del grupo criminal estuvieron comerciantes, empresarios, estudiantes, un gerente de maquila y hasta una fiscal en activo. No hubo distinción de género, edad, o estrato social. 

redaccion@redaccion.diario.com.mx

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