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Juárez

Especial

Balas truncan sus sueños

Jueves negro arrebató la vida de un niño que quería ser policía, un migrante que buscaba mejores oportunidades, cuatro empleados de una radiodifusora y dos mujeres recordadas por su gentileza

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

lunes, 22 agosto 2022 | 11:44

Manuel Sáenz / El Diario de Juárez | Misa en honor a los cuatro trabajadores de la estación Switch

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Un niño con sueños de ser policía para acabar con la violencia, un migrante mexicano que llegó a esta frontera en busca de una mejor vida, cuatro compañeros de trabajo, una joven que buscaba empleo… todos forman parte de las 11 víctimas que dejaron los atentados del “jueves negro” en Ciudad Juárez. 

Las balas, los incendios y el temor que provocaron los ataques del grupo criminal ‘Los Mexicles’ el pasado 11 de agosto, primero dentro del Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3 y luego en diferentes ataques en contra de la comunidad, fueron actos cometidos por personas dañadas por la sociedad, pero que no se justifican porque terminaron con otras vidas, señaló el sacerdote Óscar González, durante una misa en honor a los cuatro trabajadores de la estación XHGU-FM del 105.9 FM, conocida como Switch.

Ese día, once familias perdieron a sus seres queridos, mientras que todos los juarenses revivieron el temor vivido hace más de una década, durante la etapa de mayor violencia en la ciudad, debido a que nueve personas fueron asesinadas mientras realizaban labores cotidianas, como trabajar o manejar. 

Los ataques, que han sido calificados por la comunidad como actos de terrorismo, provocaron en las familias de las víctimas dolor, tristeza y frustración, pero el sacerdote los invitó a “no perder la paz y la esperanza”. 

Dos víctimas en el penal

En el penal estatal era día de visita, mujeres, niños y familias completas estaban adentro, cuando según los testigos, las propias autoridades del penal custodiaron a los hombres que ingresaron con armas largas, para atacar a un grupo contrario. 

A la 1:27 de la tarde comenzó una agresión en el módulo 2, en “donde el grupo delictivo identificado como ‘Los Chapos’ fue atacado por un grupo rival denominado ‘Los Mexicles’, generando una riña al interior de este centro penitenciario, resultando 20 internos lesionados, cuatro de ellos por proyectil de arma de fuego, el resto por golpes y contusiones, así como dos personas privadas de la libertad muertas por proyectil de arma de fuego”, informó la mañana del viernes 12 de agosto el subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja. 

Una de las víctimas fue Kevin Alan Campos Aguilera, de 20 años de edad. El fanático de los Cowboys fue despedido a través de redes sociales por sus familiares y amigos. 

El segundo hombre asesinado, también a disparos, fue Raúl Abraham Sepúlveda Olivas, de 43 años, quien tenía siete años recluido por el delito de trata de personas. 

“Cuando estaba afuera era trabajador, le gustaba ayudar a la gente y le gustaba hacer manualidades… hacía cuadros de madera, cosas para colgar, sabía hacer letreros y le gustaba mucho pintar”, recordó su padre, Osvaldo Sepúlveda, durante su funeral, en el que su cuerpo fue velado dentro de un ataúd de color beige, entre rosas y claveles blancos, una Biblia y un collage de fotografías.  

Ese día su esposa tuvo que trabajar y no pudo ir a visitarlo, y su hermana apenas iba en camino, cuando ocurrió el motín, recordaron sobre el día en el que fue asesinado el padre de dos hijos adolescentes, quien fue cremado y cuyos restos serán trasladados a Estados Unidos. 

Quería ser policía

De acuerdo con las autoridades, a las 4:00 de la tarde de ese mismo jueves, comenzaron los ataques de ‘Los Mexicles’ contra la comunidad, el primero de ellos ocurrió en la tienda de conveniencia Circle K, ubicada en el bulevar Óscar Flores y la calle Juan Escutia, en donde cuatro personas resultaron heridas por arma de fuego, entre ellos un trabajador y su hijo de 12 años de edad y que quería ser policía. 

El empleado recibió ocho disparos en las piernas y los brazos, por lo que le tuvieron que reconstruir un brazo, mientras que el segundo de sus cinco hijos, Christian Omar Zúñiga Morales, murió horas después en el Hospital de Zona número 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). 

Cris tenía cuatro hermanas menores de edad, el próximo 29 de agosto iba a entrar a segundo grado en la Secundaria Técnica número 73. “Era un buen niño” que quería ser policía, recordaron sus familiares durante su velorio, al cual acudió su papá para despedirse de él y después volver a ser internado. 

“La tienda la trabajaban sus papás y él ese día se fue con su papá, como estaba de vacaciones él quiso acompañar a su papá”, narró la familia que tuvo que firmar un pagaré en blanco para que pudieran ser recibidos en el IMSS, debido a que no contaban con seguridad social.  

La muerte de Christian, a quien recuerdan como un niño alegre, a quien le gustaba la escuela y acompañar a su papá al trabajo, indignó a la comunidad, la cual calificó los hechos del “jueves negro” como “terrorismo”. 

‘¿Por qué hay tanta maldad?’

“¿Por qué hay tanta maldad en este mundo?”, cuestionó entre lágrimas y con una Biblia entre las manos la señora Irma Flores, vecina y clienta del Rapidito’s Bip Bip, ubicado en las calles Hiedra y Cártamo, en la colonia Juárez Nuevo, a donde ese día los delincuentes llegaron aproximadamente a las 4:30 de la tarde, para disparar e incendiar el negocio, provocando la muerte de dos mujeres. 

Saira Janet de Santiago Castro, de 18 años de edad, había llegado a Ciudad Juárez de Fresnillo, Zacatecas, y acudió a esa sucursal en busca de trabajo, cuando se convirtió en víctima de las balas que dispararon contra ella, y al tratar de salir a pedir ayuda, cayó sobre la banqueta; los restos fueron cubiertos por los vecinos con una sábana blanca con pequeñas rayas. 

Saira “es una chica de Fresnillo, venía en busca de una vida mejor laboralmente, no se vale, es gente inocente, no sean infelices, el pleito no es con la ciudadanía inocente”, reclamó a los delincuentes una usuaria de Facebook. 

La joven de cabello oscuro y grandes ojos cafés, quien en redes sociales había agradecido a sus padres por su apoyo y estar con ella, fue también despedida por sus familiares de Zacatecas, en redes sociales. 

María del Refugio Gómez Ramírez, de 54 años de edad, a quien todos conocían como “Mary”, murió debido a la intoxicación que sufrió cuando fue incendiada la tienda en la que según vecinos, también trabajaban su esposo e hijo. 

Ella era muy querida por sus vecinos y clientes, por lo que un día después Miguel Ángel Aguilera llegó con una veladora con la imagen de San Judas Tadeo, la cual prendió en el exterior del lugar para su amiga, a quien recordó como una mujer muy amigable.

“Mary era muy amigable, muy trabajadora, siempre dedicada a su trabajo, aquí todos la conocíamos. Desafortunadamente el fuego le arrebató la vida”, lamentó el hombre, mientras la señora Flores oraba frente al negocio incendiado, por Mary, por Saira y por la paz de toda la ciudad.

“Ella me decía: ¿qué se le ofrece amiga?, lo que se le ofrezca amiga”, recordó la mujer quien todas las mañanas acudía a venderles buñuelos a las trabajadoras de la tienda, y quien aseguró que mientras que en otros espacios del mismo giro ubicados en los alrededores la habían corrido, ahí Mary siempre la trató con cariño. 

                                Manuel Sáenz / El Diario - Flores y veladoras afuera del comercio en el que fallecieron María del Refugio y Saira Janet

Terror en la ciudad

A las 4:47 de la tarde, el grupo criminal disparó también en una tienda Oxxo ubicada en las avenidas Ejército Nacional y Paseo de la Victoria, según el reporte de las autoridades. Apenas 13 minutos después, el ataque fue en una gasolinera en la avenida Gómez Morín y la calle San Antonio y a las 5:15 de la tarde dispararon en el Del Río del bulevar Zaragoza y Sierra Tarahumara, en donde una persona fue lesionada. 

Aproximadamente a las 6:00 de la tarde, una camioneta fue atacada a balazos en el bulevar Óscar Flores y Teófilo Borunda, cuyo conductor resultó lesionado y después perdió la vida. De acuerdo con las autoridades fue José Manuel Balderas Ruiz, de 54 años de edad. 

Apenas unos minutos después, otro vehículo fue baleado en la avenida Tecnológico y Cesáreo Santos, pero las autoridades no reportaron heridos. 

Buscaba una mejor vida

A las 7:15 de la tarde el ataque ocurrió contra un negocio ubicado en el fraccionamiento Parajes de Oriente, en donde murió Yovanni Varo Otano, de 22 años de edad, un joven originario del municipio de San José Chiltepec, Tuxtepec, Oaxaca, de donde hace un año y cinco meses salió para venir a trabajar a esta frontera. 

“Mi hijo ya está en casa, gracias a Dios ya nos lo trasladaron… como todo joven, él tenía muchas metas por delante, era un niño muy activo y me quedo con sus lindos recuerdos que me deja mi hijo. Él trabajaba en Ciudad Juárez en una maquiladora, tenía muchas metas, muchos sueños, y se había ido para salir adelante, a alcanzar los deseos que él tenía, pero lamentablemente pasó todo esto”, narró vía telefónica su mamá, quien la mañana del 16 de agosto recibió a su hijo dentro de un ataúd. 

Dijo que él no tenía familia en esta frontera, pero había llegado con una compañera en busca de trabajo. De acuerdo con las redes sociales de Yovanni, trabajaba en Aptiv Juárez 5. 

Apenas 15 minutos después de que le arrebataron la vida al joven migrante mexicano, los delincuentes incendiaron un camión de transporte público en las calles Alberto Escobar y Olivia Espinoza, en el cual no hubo personas lesionadas. 

Cuatro víctimas trabajaban en radiodifusora

A las 7:57 de la tarde, otro ataque ocurrió en el exterior de una pizzería ubicada en la avenida Ejército Nacional y la calle Rancho Mezteñas, en donde fueron asesinados con arma larga cuatro trabajadores de la radiodifusora Switch 105.9 FM, cuyos cuerpos quedaron tirados sobre la camioneta de la empresa. 

Mario Romero, director de la estación, explicó que habían ido a promocionar un evento que se llevaría a cabo el sábado 13 de agosto en el Coliseo de El Paso, y ya habían terminado pero estaban en espera de unas pizzas que les entregarían, cuando fueron atacados. 

Entre las víctimas se encontraba el locutor Allan Izaskun González Escobar, de 42 años de edad, quien era padre de cinco hijos, cuatro niñas y un niño, y a quien su jefe describió como un hombre alegre, dedicado a su familia y amante del rock. 

“Tu alegría, entusiasmo y buena vibra se quedan con nosotros. Ya te estamos extrañando”, compartió la estación cuyo eslogan es la “radio positiva”, en donde González transmitía su programa “Persistente y Completo”, de lunes a viernes de las 6:00 de la tarde a 10:00 de la noche, con una sección dedicada a los “chavorrucos”. 

Él murió junto a Armando Guerrero Armendáriz, de 46 años y Lino Andrés Flores González, de 35, quienes fueron velados cuatro días después en dos ceremonias privadas. 

Armando, que nació el 29 de julio de 1976, era soltero, egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), y trabajaba como gerente de Operaciones de la estación. 

“Fue una persona muy sociable, alegre, siempre andaba como muy hiperactivo, siempre quería hacer, organizar todo. Era el alma de las fiestas”, recordó su hermana, Amanda Guerrero. 

Lino Andrés, quien durante su funeral fue despedido con música e imágenes de él con sus amigos y seres queridos, nació el 20 de julio de 1987; era administrador, egresado del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez (ITCJ), y laboraba en la empresa de comunicaciones en el área de Promociones, recordaron sus amigos. 

Manuel Alejandro Arriaga Salazar, de 42 años de edad, trabajaba como escolta en la radiodifusora, y era padre de dos hijos, de 7 y 16 años de edad, con quienes compartía el nombre de Alejandro. 

En medio de su inocencia y dolor, el más pequeño decía que su papá se murió “porque era muy comelón” y por tomar tantos Monster Energy, la bebida energética que él mismo le pedía que no tomara en exceso. 

Durante la misa celebrada en su honor, en El Señor de la Misericordia, fueron colocadas las cuatro fotografías junto a ocho ramos de flores de colores, cuyas imágenes fueron bendecidas por el sacerdote y entregadas a las familias.

“¿Cuántos sentimientos podemos estar experimentando ante la pérdida de cada uno de ellos?, pero el Señor nos invita nuevamente a que, en medio de todo este dolor que estamos viviendo, que no perdamos esa paz, que no perdamos la esperanza”, “Dios no les ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza”, dijo el sacerdote recordando las palabras de San Pablo. 

El párroco, quien dijo conocer a Arriaga, también les pidió no caer ante la situación de la violencia, “si Dios nos ha dado un espíritu de fortaleza, es para que juntos oremos por nuestra ciudad, para que juntos oremos por aquellos que nos han hecho daño, por aquellos que viven esta experiencia de maldad en el corazón. Son personas heridas y lastimadas por la sociedad, por las situaciones familiares que han vivido”, dijo quien no justificó sus acciones, pero pidió a la comunidad orar por ellos y no perder la paz.

                                Manuel Sáenz / El Diario - Misa en honor a los cuatro trabajadores de la estación radiofónica

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