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Juárez

Ayudar a superar el dolor, su difícil tarea

Desde hace 36 años, Isabel Urzúa se ha dedicado a acompañar a otras personas a enfrentar momentos de sufrimiento

Eduardo Lara
El Diario de Juárez

domingo, 01 noviembre 2020 | 09:08

El Diario

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La pérdida de un ser querido, ya sea por alguna situación de violencia, enfermedad o cualquier otra causa, no sólo provoca dolor en la familia, sino que además puede romper vínculos emocionales muy difíciles de superar, es por eso que desde hace 36 años, Isabel Urzúa Ponce ha dedicado su vida a ayudar aquellas personas que pasan por un momento de sufrimiento como el antes mencionado a que salgan adelante.

Originaria de Sayula, Jalisco, María Isabel radica en Ciudad Juárez desde hace 32 años y desde hace tres, no sólo ayuda a las personas a sanar el dolor, sino que además enfrenta una dura lucha contra el cáncer de mama.

“Tengo 71 años, soy enfermera jubilada del IMSS, pero además estudié tanatología básica, tanatología clínica, logoterapia, resiliencia comunitaria, acupuntura humana, especialidad en adicciones, suicidología y acabo de terminar también un diplomado en psicooncología para el tratamiento de personas con cáncer”, comentó. 

“Toda esa formación me ha permitido hacer lo que más me gusta, que es estar en disposición de ayudar a las personas con mayor necesidad”, agregó.

María Isabel comenta a El Diario cómo inició su carrera al integrarse al programa Compañeros, donde se atendía a las personas con VIH/Sida.

“El programa Compañeros empezó en el 86, yo me integré en el 88, y me tocaba ir a visitar a los enfermos para ponerles suero y atenderlos, ahí me platicaban todo el sufrimiento por el que estaban pasando ellos y sus familias... después me invitan a México porque se iba a dar por parte de la UNAM y el Instituto Mexicano de Tanatología el primer diplomado en la materia y lo tomé; fueron 15 meses de estudio”, compartió.

Posteriormente, de 2001 al 2002, nuestra entrevistada decide estudiar la clínica de tanatología, mientras que de 2003 a 2006 colaboró en varios proyectos de acompañamiento a familias víctimas de feminicidio junto a una psicóloga y una trabajadora social.

“Se aprende mucho de la gente, lo más gratificante es que las personas puedan olvidar su dolor y aprendan a apreciar todos esos regalos que nos dejan nuestros seres queridos y que a veces no les damos su valor”, dijo.

“Fue hasta enero del 2007 cuando dejo de estar en Compañeros y me dedico de tiempo completo a Tenda de Cristo”, continuó.

El Diario (ED).- ¿Qué es lo más difícil al momento de apoyar a una familia o a una persona que atraviesa por una situación de dolor?

Isabel Urzúa (IU).- “Lo más complicado es ver el rostro del otro con casi una sentencia de muerte, sin embargo con todas esas herramientas, hay que buscar la mejor manera de decirle no estás solo, yo estoy contigo y no te voy a juzgar”.

“Si se trata de una enfermedad crónica tratable, dependerá de la persona, buscar dentro de sí mismo sus herramientas para descubrir sus habilidades resilientes y visualizar a la familia de manera positiva. Si la persona ya falleció, se trabaja en el duelo de los seres queridos y se exploran las cosas pendientes”, comentó.

“Se hace un ritual, para que las familias den las gracias a su familiar que ya murió, y si hay corajes o resentimientos, lo recomendable es hacer una carta para plasmar todas las cosas negativas, la cual, después debe quemarse, entre otros ejercicios”, dijo.

ED .- ¿Cuáles son las principales señales que debemos detectar para saber que se necesita ayuda especializada para enfrentar la ansiedad, la depresión o cualquier otro dolor?

IU.- “Las señales son si una persona se aísla, si siente enojo, no quiere comer, dormir mucho, son tan sólo algunas a las que debemos prestar atención”. 

“Debemos ser muy honestos, porque todos vamos a morir, pero es importante que esa persona sepa que puede aportar cosas positivas, acercarse a su familia, hacerla cómplice y permitirnos arreglar todos esos pendientes”, agregó.

“Ahora con la situación de la pandemia me han aumentado los casos de personas que han sido diagnosticadas con Covid-19 y presentan casos de ansiedad o familias que incluso perdieron un ser querido por esta causa. Creo que el momento más duro para ellos es cuando no les entregaban el cuerpo de su familiar, mientras que en el caso de los enfermos, es el no saber cómo va a evolucionar su situación”, señaló.

“Estamos pasando por una situación muy complicada, hay mucho resentimiento hacia el personal de Salud, pero la gente debe entender la gravedad de la pandemia y tomar también sus medidas de prevención”, continuó.

“Definitivamente estamos sufriendo por el distanciamiento, pero si nosotros nos cuidamos, será más fácil salir adelante. Creo que el personal de la salud debería tener un espacio de contención con un tanatólogo para que el personal pueda liberar ese estrés antes de irse y llegar a casa más tranquilo”, argumentó.

ED .- ¿Cuál sería el mensaje para tener una mejor comunidad?

IU.- “Recomendaría primero seguir las indicaciones de prevención para evitar ser víctimas de Covid, porque la peor pandemia es el miedo”

“Es momento de agradecer que este distanciamiento social nos permite acercarnos a nosotros mismos, porque la mayoría de las veces dejamos todo para mañana, es momento de voltear la cara hacia nuestra familia y verla con otro punto de vista, con una mirada amorosa, hagamos de ellos nuestros socios para generar una mejor calidad de vida y una sociedad más armoniosa”, concluyó. 

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