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Juárez

‘Arroparon’ iglesias y vecinos a migrantes

Proveen ropa, alimento y cobijo a venezolanos desalojados del bordo del río Bravo

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

martes, 06 diciembre 2022 | 08:12

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Comedor ubicado en la colonia Bellavista

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Venezolanos que fueron desalojados hace nueve días del campamento migrante en el bordo del río Bravo, así como quienes han llegado en los últimos días a Ciudad Juárez, han sido arropados por iglesias y habitantes de la colonia Bellavista y sus alrededores. 

Al menos dos pastores han dado cobijo a cerca de un centenar de ellos, mientras que el comedor Casa Betania de la parroquia Nuestra Señora del Rosario da alimento a aproximadamente 250 personas cuatro días a la semana, la mayoría migrantes venezolanos. Y otros más duermen en cuartos que les son prestados o rentados.

Fernando, de 30 años de edad, es uno de los cerca de 50 sudamericanos que han sido arropados por los pastores del Ministerio Guerreros de Jehová, ubicado frente al bordo del río Bravo.

Él salió de su país el 3 de octubre, cuando el gobierno de Joe Biden todavía les daba la oportunidad a los venezolanos de solicitar asilo político. El 12 de octubre, cuando dejó de hacerlo, acababa de salir de la selva del Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, recordó. 

“Cuando llegué a Juárez venía a un refugio a esperar hasta el 21 de diciembre”, con la esperanza de que Estados Unidos termine con la orden de salud pública llamada Título 42. Y en donde encontró refugio fue con la pareja de pastores, narró quien acudió ayer por una bebida caliente al comedor católico ubicado en las calles Juan Mata Ortiz y Begonias, de la colonia Bellavista.

Fernando dijo que eligió venir a Juárez porque le dijeron que es la más tranquila, en comparación con otras ciudades. 

En la misma iglesia es acogido Jesús Gregorio Ángel, de 31 años de edad, quien espera el apoyo del Sector Salud para que le sean retiradas del cuerpo 15 esquirlas de escopeta que recibió cuando viajaban a esta frontera en el tren. 

Dijo que el ataque ocurrió cerca de Querétaro, cuando buscaban regresar a Ciudad Juárez, y además de dispararles les robaron todas sus pertenencias. A su amigo le quitaron la Forma Migratoria Múltiple (FFM) que les permite estar 180 días en el país, pero Jesús la había encargado en esta frontera, en donde busca recuperarse para poder trabajar y enviarles dinero a sus cuatro hijos que dejó en Venezuela. 

Irdemaro y Katerin, de 23 y 27 años de edad, llegaron a Ciudad Juárez con sus tres niñas pequeñas, el pasado 28 de noviembre, un día después del desalojo del campamento, por lo que durmieron tres días en la calle al no saber a dónde acudir para buscar albergue, hasta que fueron apoyados en otra iglesia cristiana del sector. 

La familia que acudió ayer por un plato de comida caliente a Casa Betania, narró que durante el día se dedican a vender caramelos en los semáforos, para juntar dinero para la comida y para comprar sus artículos de higiene personal, mientras esperan que Estados Unidos anuncie el fin del Título 42. 

José Silva, de 52 años de edad, es ingeniero en petróleos, y salió de su país el 1 de agosto, y hace tres semanas llegó a esta frontera, en donde los primeros tres días durmió en un albergue y luego un juarense le presta un cuarto para que duerma. 

“Yo no puedo regresar a mi país porque me pusieron como traidor a la patria, tuve que sacar a mis hijos también del país”, dijo el padre, quien fue asaltado por la Policía dentro del estado de Chihuahua, cuando venía a la frontera. 

Después de ingresar a Estados Unidos por Piedras Negras, fue expulsado a México y luego enviado por el Instituto Nacional de Migración (INM) a Morelia, Michoacán, de donde emprendió el viaje a Ciudad Juárez en el tren. 

“Por ahí, por Jiménez, más o menos, llegué a un pueblito seis horas antes de llegar acá y la Policía nos robó, nos quitó todo, dinero, pertenencias, teléfono, y todo, amenazaba en la cara a la gente, y nos rompió los documentos. Andaban vestidos de azul y traían camionetas como las que traen aquí”, dijo al explicar que se trataba de policías municipales de dicha entidad. 

Con el argumento que el objetivo es reducir la cantidad de personas que llegan a través de la frontera con México, “y crear un proceso más ordenado y seguro para las personas que huyen de la crisis humanitaria y económica en Venezuela”, el 12 de octubre el gobierno de Joe Biden comenzó a expulsar a los venezolanos a México, la mayoría a través de Ciudad Juárez, en acuerdo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

La medida dejó varados a miles en el país, cientos de los cuales llegaron hasta esta frontera, en donde formaron un campamento junto al bordo del río Bravo, hasta que el pasado 27 de noviembre fueron desalojados con la fuerza pública, y aunque los tres niveles de gobierno les han ofrecido albergue, no hay espacio en ellos para los adultos solos que buscan salir a trabajar.

hmartinez@redaccion.diario.com.mx

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