Agente rezaba mientras esperaba el tiro de gracia

El agente de Seguridad Vial que fue privado de su libertad por 33 horas mientras se encontraba en servicio, siempre permaneció vendado de los ojos y amordazado, por lo que no supo dónde se encontraba, dijo a sus allegados.

Tampoco sus captores le daban razón de por qué lo “levantaron” y golpeaban, según les aseguró la víctima Jaime Sánchez Rodríguez, alias “El Bonito”.

La hipótesis de la Fiscalía dada a conocer ayer por Jorge Nava, fiscal de Distrito, es que querían quedarse con el arma de cargo del agente.

Pero los elementos de la corporación insistieron ayer en que en el lugar donde Sánchez fue privado de su libertad hubo dos incidentes previos entre hombres armados y agentes de vialidad y no se tomaron medidas de seguridad. 

Nava dijo que no se encontraron evidencias en videos asegurados del momento en que el oficial desapareció de la escena, cuando dirigía el tráfico vehicular en las calles Arizona y Calzada del Río, el pasado lunes por la mañana.

De acuerdo con familiares de la víctima rescatada el martes cerca de las 19:00 horas, el oficial Sánchez Rodríguez sí fue levantado por un grupo de hombres armados, quienes lo mantuvieron cautivo en una casa de seguridad no muy lejana al sector del incidente, donde se encontró su motocicleta.

Narra su cautiverio 

La misma víctima contó a sus allegados que mientras estaba en servicio lo plagiaron entre varios, lo llevaron a un lugar desconocido sin que pudiera percatarse del sitio, ya que lo vendaron de los ojos.

Luego lo desnudaron y ataron de pies y manos, amordazándolo con cinta adhesiva que le cubría el rostro, mientras comenzaron a golpearlo en diversas partes del cuerpo, según se conoció.

Al siguiente día, luego de que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) montó un rastreo por el sector del incidente, los captores lo dejaron desnudo tirado en un terreno baldío cerca de las calles Vicente Guerrero y Juan Herrera.

Según la versión de familiares, el agente vial se encontraba bajo la lluvia y en posición fetal por el frío y los golpes recibidos, y se puso a rezar porque pensó que lo iban a ejecutar en ese momento.

Dio gracias a Dios cuando escuchó que los agresores pusieron en marcha el auto en que viajaban y se retiraron.

Acto seguido el agente comenzó a morder la cinta gris que le tapaba la boca y gritó en lo posible pidiendo auxilio.

Una hora aproximada estuvo en esas condiciones hasta que alguien lo escuchó y avisó a policías, que para entonces lo seguían buscando en el sector, logrando encontrarlo y ponerlo a salvo.

Los agentes lo trasladaron al hospital Poliplaza Médica donde llegó con signos de hipotermia y múltiples lesiones por golpes, pero descartaron fracturas, de acuerdo con los testimonios entrevistados, de los cuales El Diario conserva sus identidades por seguridad.

Extraoficialmente se supo que integrantes del crimen organizado estaban en desacuerdo con la presencia de oficiales en el punto donde fue “levantado” Sánchez Rodríguez.

Los agentes aseguran que fueron del conocimiento general dos anécdotas recientes, donde en ese mismo lugar un agente sacó un arma de fuego para evitar una agresión de un grupo de hombres; días después, los agresores cachetearon y patearon a otro oficial, para posteriormente privar de su libertad a Sánchez, en el segundo día en que cubría ese punto, según los entrevistados.