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Juárez

Acampan con el corazón

Viven padres a la intemperie con tal de estar cerca de sus hijos, quienes permanecen internados en el Hospital Infantil

Mayra González
El Diario de Juárez

miércoles, 27 octubre 2021 | 07:24

Omar Morales / El Diario de Juárez | Marisela espera la recuperación de Julián, de 2 años, para poder regresar a casa con él

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Ciudad Juárez— El cansancio, el frío y el hambre se olvidan cuando tienes a un hijo hospitalizado y más aún si está grave, coincidieron padres y madres de familia que acampan afuera del Hospital Infantil de Especialidades (HIES) las 24 horas.

Cuatro tiendas de campaña se observan del lado izquierdo del nosocomio, ahí permanecen desde hace varias semanas quienes no quieren despegarse un solo instante del lugar donde son atendidos sus pequeños, ante el temor de que algo pudiera pasar de un momento a otro.

‘Lo único que quiero es regresar a casa con mi hijo’

Entre las personas que acampan en el exterior, está Marisela Gutiérrez, madre de Julián Pérez, de dos años, quien se encuentra grave debido a que contrajo rickettsiosis.

“Ahorita ya lleva cuatro cirugías, la última le cortaron los cinco deditos de su pie izquierdo y un dedito de la mano izquierda a causa de la picadura de la garrapata, ayer me dieron un diagnóstico que quizás iba a tener secuelas, un problema neurológico pero yo tengo fe en Dios que no va a ser así, que mi niño va a estar bien porque yo entro a verlo y él me corresponde, me aprieta la mano y mueve sus ojitos”, dijo entre lágrimas.

Esperan impacientes por buenas noticias

Fue su hija mayor quien le llevó una pequeña carpa que se ha convertido en su vivienda desde septiembre cuando Julián fue ingresado, sólo se aparta del hospital cuando tiene que conseguir donadores de plaquetas en el Banco de Sangre, mencionó.

“Intentaron quitarle el tubo pero no pudo todavía, me dijeron que todavía iba a estar él ahí por tiempo indefinido, yo aquí me quedo porque yo no quiero separarme de mi niño, ya no cuento el tiempo que tengo quedándome aquí, yo sólo le pido a Dios que me dé la fuerza, la fortaleza para seguir adelante con mi niño y que yo pueda regresar con mi hijo a casa”, expresó.

Dijo que sólo tiene a su hija mayor que es quien le cuida a sus otras hijas además de que trabaja como maestra. 

El alimento se los brinda el Departamento de Trabajo Social del HIES y de grupos de cristianos, quienes además les ayudan de manera espiritual y emocional, refirió.

“Los hermanos nos brindan burritos, sodas, oran por los niños, nos dan apoyo”, comentó Marisela.

Acampa a la espera de un milagro

Martha Elena Leal, de 22 años de edad, originaria de San Buenaventura, también se queda en una carpa afuera del HIES junto con su esposo y su padre, ella tiene hospitalizada a su hija de un mes de nacida.

La pequeña Ángela nació con agua en el pulmón, el tubo del corazón no se le cerró bien, el hígado grande, además de que tenía malformaciones en los intestinos por lo que fue operada en el Hospital de la Familia y trasladada al HIES.

“Me dijeron que si no pasaba los tres días se podía morir, pero gracias a Dios sobrevivió; aquí me dijeron que mi hija seguía mal y me la volvieron a abrir, me dijeron que venía con el intestino ya perforado y que no tenía solución, que no hay mucha forma de que se recupere pero que si en tres semanas mi hija no seguía bien se podía morir y que si por un milagro se salva, la volverán a abrir”, comentó.

Mientras transcurren esas dos semanas a la espera de un milagro, asegura que no se separará del lugar a pesar de lo difícil de la situación.

“Vale la pena, por mi hija vale la pena, hemos pasado por muchas cosas, si me piden las plaquetas casi ni puedo ir porque mi esposo es sordomudo y no puedo dejar a la niña sola aquí y yo no me quiero despegar de ella, qué tal si le pasa algo, aquí se olvida el frío, se olvida el hambre, sobre todo el hambre porque cuando un hijo está así a uno se le olvida todo”, mencionó.

Padre se quedaba en el piso; ahora le prestaron una carpa

Para Isidro Parra, de 18 años de edad, originario de Guachochi, Chihuahua, la carpa que le prestaron en el hospital es mucho mejor que dormir a la intemperie en la banqueta como lo hacía al principio, dijo su esposa de 16 años que está adentro todo el tiempo con su hijo Juan, de dos años de edad, que tiene varios padecimientos que lo mantienen internado desde hace dos meses.

“Tenía diarrea y calentura, mi esposa está allá adentro con él, ella se queda ahí y yo me quedo aquí afuera siempre, antes me quedaba a dormir en el piso pero ya me prestaron esta tienda de campaña de aquí, cuando ya me vaya a ir tengo que entregar todas las cobijas que me prestaron”, comentó.

Aunque no pudo detallar el padecimiento del bebé, dijo que ya está fuera de peligro pero aún no puede ver debido a que es un padecimiento de nacimiento.

“Yo ya estoy bien agüitado, ya me quiero ir para la Sierra, todavía no nos dicen cuándo lo dan de alta, no nos dicen nada, no hemos visto a la familia desde que nos vinimos”, expresó.

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