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Juárez

‘A gritos me sacó Corral de mi casa’

A sus 95 años, Esperanza Miranda recuerda cómo en 2017 el gobernador se aprovechó de su condición para quedarse con su vivienda

Mayra González
El Diario de Juárez

viernes, 16 abril 2021 | 09:44

Mayra González / El Diario de Juárez | Esperanza Miranda Molinar, junto con su hija Yolanda Cortesía | Diagnóstico del psiquiatra Alfredo Espinoza, en noviembre de 2018, en el que indica que doña Esperanza no está capacitada para decidir sobre transacciones financieras Cortesía | Esperanza Miranda Molinar Cortesía | El contrato de compraventa Omar Morales / El Diario de Juárez | Protesta llevada a cabo por Yolanda Agüero y otros manifestantes el miércoles ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos

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Con 95 años de edad, Esperanza Miranda Molinar recuerda lo ocurrido en 2017, cuando a gritos el gobernador Javier Corral la sacó de la casa que la mujer habitó por años, luego de una ventajosa operación de compraventa por parte del mandatario estatal.

“Nomás me gritaba que me saliera de la casa, pero pues era lo que yo tenía… me decía que le dejara la casa, yo le dije que no, que yo la había comprado; nomás que yo tonta, yo hubiera visto a mis hijos primero que lo que iba a hacer”, mencionó con voz débil.

El pasado miércoles Yolanda Agüero Miranda, hija de Esperanza, protestó frente a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ante la falta de avances de la denuncia en la que acusa que Corral se aprovechó de su madre, de entonces de 90 años, para hacer un trato y despojarla de su casa, en la que actualmente vive el mandatario, en el cruce de las calles Costa Rica e Ignacio de la Peña.

Yolanda afirma que su madre no estaba en condiciones físicas y mentales de negociar la venta de su casa, ya que para el 2017, cuando se hizo el trato, además de tener un problema de ludopatía, tenía “un trastorno depresivo por la muerte de una hija, que se agudizó con la venta de la casa”, según certificó posteriormente el psiquiatra Alfredo Espinoza Aguirre, con domicilio en la calle Carbonel 2932 de la ciudad de Chihuahua.

El médico diagnosticó que doña Esperanza tiene “un trastorno depresivo mayor y demencia senil” y que “no está capacitada para realizar o decidir sobre transacciones que involucren actividades intelectuales o financieras”.

El Diario solicitó una postura a Corral a través del secretario de Comunicación Social, Manuel del Castillo, quien indicó que el gobernador preferiría no volver a hacer declaraciones sobre el tema.

Yolanda afirma que su madre incluso estuvo desaparecida por dos días luego de ser echada de la vivienda junto con sus muebles y sus perros.

“En esos días se cambió Corral, él fue el que la compró”, dijo Esperanza.

Su hija señaló que después de ese hecho, al cuestionar a su madre, le dijo que el gobernador le había mencionado que le compraría la casa en tres pagos y que la iba a dejar que se quedara a vivir ahí hasta que ella falleciera.

Acusó que previo a la venta, Corral Jurado se ganó la confianza de Esperanza aprovechando su problema agudo de ludopatía, es decir, el vicio por el juego.

“Él le estuvo dando dinero para el casino; ya luego me le gritaba. Mi mamá tiene una adicción muy fuerte para el casino; tú a los casinos puedes preguntar por ella y todo mundo sabe quién es Esperanza Miranda. Le daba el dinero así ‘tenga, doña Esperancita’, y después ya me le gritaba”, mencionó.

El semblante de Esperanza es de preocupación, al tener recuerdos vagos de lo ocurrido. Mientras Yolanda le pregunta cómo la sacaron, ella responde “gritándome”.

Ante el cuestionamiento de su hija sobre dónde están sus cosas y sus perros Daysi y Pretty, Esperanza levanta los hombros y dice “no sé”.

Sobre la manera que realizó el trato para vender su vivienda ubicada en las calles Costa Rica e Ignacio de la Peña, Yolanda refiere que cuando ella regresó de Creel, donde permaneció por tres semanas debido a su negocio, solamente supo que su madre ya la había vendido.

Indicó que se enteró porque un amigo le avisó que estaban sacando todo lo de la cocina, pero al llegar no encontró a Esperanza, quien estuvo desaparecida durante dos días.

“Cuando yo vine ya no encontré a mi mamá, dos o tres vecinos se aprovecharon, la tenían escondida unos borrachos para quitarle el dinero para tomar. Ella me dijo que no sabía lo que hacía, pero que Corral le gritaba mucho y la trajeron como dos semanas buscándole casa para que ya se saliera y no encontró y le sacaron todas sus cosas para afuera, así a la vil calle, junto con sus animalitos”, mencionó.

Sin embargo Esperanza cree que la casa aún es suya, al no hacerse a la idea de que la vendió.

“A todas las del asilo les dice que ella tiene una casa muy bonita y muy grande, y que a todas se las va a llevar y que van a amarrar a los enfermeros para salirse del asilo; ella piensa que tiene su casa”, dijo Yolanda.

Señaló que Esperanza habita en un asilo debido a que ella permanece tres semanas fuera para atender su negocio y que cuando vivía sola en su casa había alguna persona a la que se le pagaba para cuidarla.

De un valor cotizado en tres millones de pesos, la casa fue comprada por el ya gobernador en funciones en un millón 200 mil pesos, en abonos, de acuerdo con la denuncia pública.

Yolanda aseguró que fueron intermediarios propuestos por la parte compradora quienes le abrieron a doña Esperanza una cuenta bancaria y le depositaron parte de ese dinero.

En 2019, El Diario informó que la evaluación psiquiátrica a Esperanza Miranda que quedó asentada en escritura pública en el 2017, confirmaría que la mujer cayó en depresión tras la transacción.

El 27 de noviembre de ese año, el psiquiatra Alfredo Espinoza Aguirre expidió un certificado a Esperanza, a solicitud de la hija, en el cual hace constar que la paciente tiene un padecimiento depresivo con insomnio crónico iniciado hace 10 años con la muerte de una hija.

La casa, que legalmente es propiedad de Corral, consta de 362 metros cuadrados, y según datos del Registro Público de la Propiedad, el 11 de abril de 2017 quedó bajo la inscripción 99 del folio 128, libro 2487 sección primera.

Teme por su vida 

Yolanda mencionó que tras la protesta que realizó el lunes en la CEDH por la falta de resultados ante las denuncias que tiene en contra del mandatario estatal, teme por su vida.

Dijo que luego de dar declaraciones ante los medios de comunicación, preocupados, sus allegados le han enviado mensajes.

“Todo mundo me está hablando, que ponga algo en el Facebook porque yo ya he ventilado esto mucho, porque el error del gobernador fue que me fue a intimidar allá a la tienda”, mencionó.

mgonzalez@redaccion.diario.com.mx

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