Diario
Internacional
sábado, 09 febrero 2019 | 17:57
Tokio.- Los mandatarios se han vuelto la espalda, han intercambiado críticas, los vínculos militares y empresariales están desgastándose y los medios de comunicación están indignados, publicó The Washington Post.
Las relaciones entre Japón y Corea del Sur, los aliados más importantes de Estados Unidos en la región de Asia y el Pacífico, se están deshaciendo.
Y mientras los líderes de ambos países se culpan uno al otro, la administración Trump ha descuidado esa situación, según afirman expertos.
Esto ha permitido que hayan aumentado las discusiones que podrían socavar los esfuerzos que ha hecho Estados Unidos para mantener una coalición de democracias asiáticas y contener a China.
Japón gobernó a Corea del Sur desde el inicio del siglo 20 hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, aunque la complicada historia de Tokio y Seúl siempre ha aparecido en el trasfondo.
Últimamente, el rencor que ha amargado las relaciones está peor que en generaciones.
“La relación entre Corea del Sur y Japón está sufriendo una fractura complicada sin precedentes en cinco décadas desde que los dos países establecieron relaciones diplomáticas”, comentó Shin Kak-soo, ex embajador surcoreano ante Japón.
Y agregó, “la administración Trump no le está poniendo atención a esa alianza”.
La riña ocurrió después que una Suprema Corte de Corea del Sur decidió en el mes de octubre ordenarle a un productor de acero japonés que le compensara a los trabajadores coreanos que fueron forzados a realizar trabajos manuales durante el gobierno colonial japonés, aunque la raíz de la crisis es mucho más profunda y sus efectos han reverberado en todas direcciones desde entonces.
En noviembre, Corea del Sur cerró una fundación establecida para atender a las mujeres coreanas, que fueron forzadas a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial en los burdeles militares de Japón.
La fundación fue establecida por Japón como parte de un acuerdo del 2015 que pretendía dar por terminado ese asunto.
Para los demás países, la antipatía entre los dos países --- los dos son democracias de libre mercado que tienen estrechas relaciones con el Occidente --- puede ser sorpresivo.
Aunque la relación también se ha complicado debido a los inmensos cambios que ha experimentado Corea del Sur en las últimas cinco décadas, ya que el país se apartó de la sombra de Japón para convertirse en una próspera democracia y poderío económico por su propio derecho.