Resurgimiento del virus en Madrid divide a ricos y pobres

Mientras España lucha por hacer frente a una segunda ola del virus, su capital, Madrid, el epicentro del último brote, ha encerrado a alrededor de 1 millón de personas en 45 barrios.

Pero aquellas zonas, donde los casos registrados por cada 100 mil habitantes han superado los mil, son en su mayor parte las zonas más pobres de Madrid, fuera del centro de la ciudad. Las renovadas restricciones incluyen el cierre de espacios públicos como parques y horarios restringidos para bares y restaurantes, dejando calles vacías y negocios en dificultades.

Por el contrario, en el centro de la ciudad, la vida transcurre de la manera más normal posible en una pandemia, con compradores enmascarados en las calles y clientes manteniendo distancia social mientras comen y beben en bares de tapas y restaurantes hasta altas horas de la noche.

La marcada diferencia entre los dos “Madrids” subraya cómo el coronavirus está afectando de manera desproporcionada a los distritos más vulnerables económicamente de la capital.

El millón de personas que viven en los vecindarios que ahora están cerrados están cada vez más irritados por las restricciones, especialmente porque pueden ver que los residentes de las áreas acomodadas son libres de viajar a la mayoría de los lugares que les gustan.

"Esta crisis de salud no tiene nada que ver con una forma de vida, sino con las condiciones de vida de las personas", dijo Patricia Estevan, médica. "Si compartes un apartamento diminuto y viajas por la ciudad en transporte público todos los días, para trabajar como cajero de supermercado o limpiador, esa no es una elección de vida, sino una necesidad económica".

Este miércoles, el gobierno central espera impulsar nuevas reglas de cierre a nivel nacional y obligar a Madrid a abandonar su estrategia de restricciones focalizadas.