Internacional

Panamá y UNESCO preocupadas por declive de lenguas indígenas

En la región centroamericana parte del riesgo es que se hablan en pequeñas comunidades muy aisladas

Associated Press

martes, 01 octubre 2019 | 19:19

Tomada de internet

Panamá— La UNESCO y las autoridades de turismo de Panamá anunciaron el martes una campaña para sensibilizar sobre la importancia de las lenguas indígenas en el país, en medio de una preocupación creciente frente a un posible declive de éstas en la región.

En Panamá se hablan siete lenguas indígenas --la Ngäbe, Buglé, Kuna, Embera, Wounaan, Naso Tjerdi y Bri Bri-- y como muchas otras en Centroamérica corren el riesgo de perderse, según la UNESCO

"Con cada lengua indígena que desaparece se pierden conocimientos tradicionales y una cosmovisión única. La diversidad cultural es nuestra riqueza y es fundamental protegerla", dijo Esther Kuisch Laroche, directora de la UNESCO para Centroamérica.

Agregó que en la región centroamericana parte del riesgo es que se hablan en pequeñas comunidades muy aisladas y porque el impulso de esas lenguas enfrenta barreras, por ejemplo, el fomento de la educación intercultural bilingüe para los niños y adolescentes.*

La campaña inicia el viernes con un foro latinoamericano en Panamá y continuará con campañas publicitarias sobre las lenguas y culturas indígenas en lugares turísticos, incluido el aeropuerto, además de instituciones públicas.

La preservación de la lengua "se reduce al ámbito de la familia. Una vez (que) los viejos mueren o los jóvenes emigran, se muere también la lengua", apuntó.

Mencionó el caso de la lengua del pueblo Boruca, en Costa Rica, que se le ha considerado como una lengua muerta porque sólo se registran unas pocas personas que la hablan. "Es terrible. Con eso pierden sus conocimiento, cosmovisión, cultura e identidad", afirmó.

En Panamá, donde unas 400.000 personas o 10% de la población son indígenas, existe una preocupación*por*el decaimiento de sus lenguas y tradiciones culturales y demandan que su habla sea reforzada en las aulas de clases.

"Si a nuestro niños desde chicos se les educa en su lengua, ellos hablaran el lenguaje", dijo Emilio Venado, un dirigente comunitario de la comarca Ngäbe-Buglé, donde habita el grupo indígena más numeroso en el país, aunque no existen números precisos, en una extensa zona montañosa al occidente del país.

Venado dice que su lengua indígena está desapareciendo sobre todo en las zonas menos remotas de la comarca.

"La parte que habla Ngäbe queda hacia la cordillera, pero si bajamos nadie quiere hablar porque el lenguaje de los zulias (palabra ngäbe para referirse a los panameños no indígenas) nos está arrastrando. A nosotros como que nos da pena hablar nuestra lengua, es la verdad", recalcó Venado.

Atilano Flaco, de la comarca Emberá-Gounaan en la selvática provincia de Darién, fronteriza con Colombia, dijo por su parte que los niños de su comarca prácticamente no hablan la lengua. "Quieren hablar castellano", dijo.

Añadió que en su caso es un poco diferente porque vive en una extensión de la comarca en la provincia de Colón, la comarca Emberá Querá, en donde habitan unas 23 familias que forman parte de un proyecto de atractivo turístico en las márgenes del lago Gatún en la cuenca del canal interoceánico. Allí "trabajamos por mantener la lengua y nuestras tradiciones... pero en la escuela a los niños se les enseña en español", dijo.

En Panamá, sólo los Gunas en el Caribe tienen educación bilingüe, un proyecto que comenzó hace más de una década. Los resultados de esto precisamente serán evaluados el próximo año por la UNESCO y UNICEF para analizar los logros y desafíos. El plan incluye la educación intercultural bilingüe hasta el noveno grado en la comarca Guna Yala.

La campaña en Panamá busca acentuar el valor de proteger las lenguas indígenas que se hablan en el país y fomentar las acciones para que las poblaciones que a las hablan se les garanticen sus derechos.

"Las lenguas son depositarios de la identidad, la historia, las tradiciones y la memoria única de cada país", dijo por su parte Denisse Guillén subadministradora de la Autoridad de Turismo.

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