Liberan gobiernos a prisioneros para detener el coronavirus

Las cárceles se han convertido en potentes zonas de reproducción del coronavirus, lo que ha llevado a los gobiernos a liberar a cientos de miles de presos en una lucha para frenar la propagación del contagio tras las rejas.

La pandemia también desencadenó rebeliones, ya que los presos enojados han llamado la atención sobre los problemas crónicos en los sistemas de correcciones en muchos países, incluida la suciedad, el acceso limitado a la atención médica y el hacinamiento.

A medida que el virus hundió a casi todos los países en modo de crisis, los expertos de las Naciones Unidas en detención, la Organización Mundial de la Salud y los activistas de derechos humanos han instado a los gobiernos a reducir rápidamente sus poblaciones de prisioneros.

"En muchos países, los centros de detención están superpoblados, en algunos casos de manera peligrosa", dijo Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. "Las consecuencias de descuidarlos son potencialmente catastróficas".

De acuerdo con la base de datos World Prison Brief, al menos 125 países tienen más prisioneros para los que fueron diseñados sus sistemas correccionales, incluidos 20 que tienen más del doble de reclusos para los que están equipados.

Brasil tiene uno de los sistemas penitenciarios más grandes y sobrecargados. Andrelina Amelia Ferreira, quien dirige el Movimiento Madres de la Cárcel en São Paulo, dijo que había recibido cientos de mensajes de mujeres cuyos seres queridos están encerrados.

"Tengo miedo de morir en la cárcel", le escribió un hombre a su esposa, describiendo una fiebre alta y la falta de alimentos.