La larga guerra de Putin contra la ciencia estadounidense

Estados Unidos— El 3 de febrero, inmediatamente después que la Organización Mundial de la Salud declaró al coronavirus como una emergencia global de salud, una oscura cuenta de Twitter en Moscú empezó a reenviar tweets de un blog estadounidense.

Decía que el patógeno era un arma química diseñada para incapacitar y matar. El encabezado mostró una evidencia “irrefutable” aun cuando científicos de alto rango ya habían descartado esa versión y declararon que el nuevo virus era algo natural.

A medida que la pandemia ha arrasado en todo el mundo, ha estado acompañada de una peligrosa oleada de información falsa ---- una “infodemia”, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.

Analistas aseguran que el presidente Vladimir V. Putin de Rusia ha jugado un papel crucial en la difusión de esa información falsa, como parte de una medida más amplia para desacreditar al Occidente y destruir a los enemigos que tiene dentro.

La Cámara, el Senado y las agencias de inteligencia del país se han enfocado en la interferencia en la elección en su revisión de la larga campaña de Putin.

Sin embargo, las repercusiones son más amplias. Una investigación realizada por The New York Times --- relacionada con series de entrevistas así como también una revisión de documentos de expertos, nuevos reportes y documentos, tweets y programas de televisión rusos --- encontraron que Putin ha propagado la desinformación en temas de salud personal durante más de una década.

Sus agentes en repetidas ocasiones han esparcido la idea de que la epidemia viral --- incluyendo los brotes de influenza, Ébola y ahora el coronavirus --- fueron elaborados por científicos estadounidenses.

La desinformación también ha tratado de socavar la fe en la seguridad de las vacunas, un triunfo de salud pública que el mismo Putin promueve en su país.

El objetivo de Moscú, dicen los expertos, es mostrar a los funcionarios estadounidenses como los que están restándole importancia a las alarmas de salud y eso representa una grave amenaza para la seguridad pública.