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Internacional

Huyen de Honduras por pobreza sin temor al Covid-19

Aseguran que tienen más miedo a morir de hambre y por la violencia en su país que a contagiarse de coronavirus

Édgar Hernández
Agencia Reforma

lunes, 05 octubre 2020 | 07:25

Agencia Reforma

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Tecún Umán.- Migrantes hondureños que fueron frenados en la frontera de Guatemala con México afirmaron que emprendieron la travesía en busca de llegar a Estados Unidos porque tienen más miedo a morir de hambre por pobreza y por la violencia en su país que a contagiarse de Covid-19.

De acuerdo a distintos testimonios, la pandemia no constituye un impedimento para buscar el llamado sueño americano e incluso hubo quienes expresaron que el virus no existe o fue un invento de los gobiernos.

"Hay más muertes por el hambre y la pobreza que por el coronavirus", lamentó José David, un joven de 20 años.

Contó que en su comunidad, ubicada en el Departamento (Estado) de Cortés, varios conocidos enfermaron de coronavirus e incluso supo de la muerte de abuelos de un amigo, pero decidió viajar porque la pandemia agudizó la pobreza de sus padres y seis hermanos.

"No tenemos miedo de contagiarnos porque creo que el virus fue hecho para afectar a todas las personas de la tercera de edad", expresó.

Rigoberto Paz, un adolescente de 16 años, dejó la escuela y se sumó a la caravana migrante con la meta de ayudar a su mamá, porque su padre los abandonó desde que él era pequeño.

"Dije que la caravana era una oportunidad para cruzar (a EU), uno no tiene dinero como para pagar un coyote (traficante), mejor decidí venir en la caravana", externó.

La violencia familiar fue uno de los factores que orilló a Wilson, Darlin y Noel, de 15, 16 y 13 años de edad respectivamente, a dejar sus casas en el Municipio de La Labor, del Departamento de Ocotepeque, e intentar llegar a EU.

Al primero su padre no lo apoyaba y apenas alcanzó el tercero de primaria; el segundo es huérfano y apenas llegó a quinto año; mientras que el tercero vivía con sus abuelos y tíos en entornos de constantes gritos y alcoholismo, y él logró concluir la primaria.

Noel Antony García, el más pequeño de los tres, les dijo a sus abuelos que emprendería el viaje hacia EU y estos únicamente le respondieron que se cuidara.

"Por problemas (salió), porque en mi casa mucho alegaban (discutían) y además por una nueva vida porque no tenemos cómo vivir muy bien allá", explicó.

Aunque siente miedo de viajar sin un adulto, aseguró que "no hay de otra".

Wilson Geovanny Mateo Carbajal, de 15 años, asegura que prácticamente vivía solo porque su padre nunca estaba.

Esta fue la segunda ocasión que migró, pues el año pasado logró llegar a Tierra Blanca, Veracruz, donde se entregó a las autoridades luego de ser perseguido por dos pandilleros.

Los tres menores dijeron que pretenden entregarse a las autoridades mexicanas para pedir protección, pues no quieren regresar a su país. De los cuatro mil hondureños que ingresaron en la caravana, tres mil 93 han sido deportadas o retornado voluntariamente, entre ellos 26 menores no acompañados, de acuerdo a un informe del Instituto Guatemalteco de Migración.

Los adolescentes Darlin, Wilson y Noel llegaron juntos desde Honduras a Tecún Umán, en la frontera con México, y buscaron apoyo en la Casa del Migrante.

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