Internacional

Hong Kong tenía el virus bajo control, entonces bajó la guardia

La cantidad de casos confirmados casi se ha duplicado en la última semana

El Diario de Juárez

lunes, 23 marzo 2020 | 07:24

CNN

Hace solo una semana, Hong Kong parecía un modelo de cómo contener el nuevo coronavirus, con un número relativamente bajo de casos a pesar de meses de estar en la primera línea del brote. Eso se debió a las medidas tomadas desde el principio mientras los casos se extendían por China continental: mapeo de virus, distanciamiento social, lavado intensivo de manos y uso de cubrebocas y otras prendas de protección.

Hong Kong fue una prueba de que estas medidas funcionaban, ya que la ciudad de 7.5 millones solo reportó 150 casos a principios de marzo, incluso cuando el número de infecciones aumentó en otros territorios del este asiático, como Corea del Sur y Japón, y se extendió rápidamente por Europa y Norteamérica, informó CNN.

Ahora, sin embargo, Hong Kong ofrece una lección muy diferente: lo que sucede cuando bajas la guardia demasiado pronto. La cantidad de casos confirmados casi se ha duplicado en la última semana, con muchos importados del extranjero, como residentes de Hong Kong que se habían ido y regresaron trayendo el virus con ellos.

El lunes, el presidente ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, anunció que todos los no residentes serían excluidos del territorio a partir del miércoles, la última a una serie de nuevas medidas. Este es un patrón que se desarrolla en partes de Asia (China continental, Singapur, Taiwán) que fueron de los primeros en enfrentar el brote. Todos ahora están introduciendo nuevas restricciones a medida que una ola repentina de nuevos casos comienza a aumentar.

En comparación con las principales ciudades del oeste, como Londres o Nueva York, los residentes de Hong Kong a veces pueden sentir que viven en el futuro. Muchas de las medidas promulgadas en la metrópoli asiática, en febrero, ahora se están implementando en ciudades europeas y americanas. Pero esta última lección puede ser una píldora amarga para tragar, ya que indica que las cuarentenas y el distanciamiento social deben continuar mucho más allá de la ola inicial de casos, para evitar otra ronda de infecciones.

Para aquellos que están ahora encerrados en sus casas, esto podría significar que será por un largo tiempo más.

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