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Internacional
jueves, 05 diciembre 2019 | 09:10
Londres— Ahora que el Reino Unido enfrenta su elección más trascendental en la historia, Escocia está lidiando con un fuerte dilema.
Para los votantes escoceses, una cuestión clave en las elecciones generales del 12 de diciembre será si, a largo plazo, quieren seguir siendo parte del Reino Unido o separarse y convertirse en un país independiente, informó CNN.
“La independencia no se trata de ‘oh, odiamos a los ingleses’”, dice Iona Fraser-Collins, escocesa de 22 años y activista independentista. “Se trata de querer estar a cargo de nuestras propias leyes, y que Inglaterra esté a cargo de sus propias leyes”.
Escocia rechazó la independencia en un referéndum del 2014, en una votación con resultados de 55 a 45 por ciento. Pero las circunstancias han cambiado dramáticamente desde entonces, según el Partido Nacional Escocés (SNP), el tercer partido más grande en el Parlamento del Reino Unido.
En 2016, los escoceses votaron abrumadoramente por permanecer en la Unión Europea. En su lugar, obtuvieron el Brexit, guiando al país por un camino por el cual no quería transitar y revitalizando la lucha por la independencia.
En el caso de un parlamento en desacuerdo, uno en el que ningún partido obtiene una mayoría absoluta, el SNP a favor de la independencia podría tomar la ventaja, posiblemente apoyando a un gobierno laborista (han descartado la idea de hacer lo mismo con los conservadores).
La condición clave del SNP para esto sería asegurar un segundo referéndum de independencia para Escocia. Es una perspectiva que los laboristas no han descartado por completo.
El apoyo a la independencia de Escocia ha aumentado ligeramente en los últimos cinco años y ahora está en un empate con aquellos que desean seguir formando parte de la unión. Ahora que muchos de los escaños en Escocia se conservan por márgenes electorales demasiado estrechos, este será el escenario de una feroz batalla que podría tener consecuencias importantes para el futuro del Reino Unido.