Internacional

Compró casa de 1 dólar en Italia, luego llegó la pandemia

¿Qué sucede cuando estás en cuarentena en una casa en ruinas, en una aldea remota, donde apenas hablas el idioma?

El Diario de Juárez

miércoles, 20 mayo 2020 | 11:42

CNN

Cuando las ciudades italianas comenzaron a ofrecer casas en venta por poco más de 1 dólar, inspiraron a legiones de soñadores a arriesgarse a mudarse a un rincón remoto de Italia, publicó CNN.

Y luego llegó el coronavirus, hundiendo al mundo en crisis, con Italia entre los países más afectados.

Entonces, ¿qué sucede cuando estás en cuarentena en una casa en ruinas, en una aldea remota, donde apenas hablas el idioma y no puedes llegar a casa con tus seres queridos? ¿La vida se convierte rápidamente en una pesadilla?

Quizás, sorprendentemente, dadas las dificultades que siguieron, la respuesta parece ser no.

A pesar del inesperado giro de los acontecimientos, parece que estar atrapado en Italia no ha sido una experiencia tan negativa después de todo. Y la crisis del virus los ha hecho apreciar todavía más la belleza de las aldeas rurales de Italia.

El artista con sede en Miami, Álvaro Solórzano, se encuentra actualmente atascado en Mussomeli, una pintoresca ciudad en la isla sureña de Sicilia, donde el año pasado compró dos propiedades baratas, una de ellas costó solo un euro.

En marzo llegó con su esposa, su hijo y la novia de su hijo para comenzar a renovar las casas. Los otros tres regresaron a Miami y Solórzano debía seguirlos un par de semanas después, pero luego se canceló su vuelo.

"Perdí la noción del tiempo. Vinimos aquí juntos y terminé viviendo la cuarentena en Mussomeli solo, sin muebles, solo una cama y un televisor, y nadie con quien hablar", dice a CNN. "Eso fue lo más difícil. Si mi esposa o mi hijo hubieran estado conmigo, hubiera sido diferente".

Solórzano se había quedado en un hotel, pero cuando éste cerró debido a las restricciones de Covid-19, se vio obligado a mudarse a la menos deteriorada de sus dos propiedades, que era apenas habitable.

Desde entonces, ha estado matando el tiempo viendo televisión, aprendiendo italiano, yendo al supermercado ("la mejor parte del día") y hablando por teléfono con su familia. Poco a poco ha aprovechado al máximo la situación reparando y pintando las paredes de la casa.

"Hice pequeñas cosas, pero me ayudó a pasar el tiempo, así que cuando mi hijo y su novia regresen, su casa estará lista", dice.

A pesar de un inicio difícil, dice que sus nuevos vecinos lo ayudaron durante la cuarentena.

"Me encanta esta ciudad y la gente, incluso si no te conocen, te ayudan. Es como estar en otro mundo. No entiendes esto en los Estados Unidos".

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