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Internacional
miércoles, 24 abril 2024 | 13:29
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El cielo de Atenas se tiñó de naranja el martes, cuando nubes de polvo procedentes del Sáhara soplaron hacia el norte, proyectando un inquietante resplandor sobre los monumentos de la capital griega.
El fenómeno no es nuevo -en el pasado, tormentas de arena procedentes del norte de África cubrieron Gran Bretaña, Grecia y España-, pero el suceso provocó escenas sorprendentes en torno a la Acrópolis y en otras partes de Atenas.
Según Kostas Lagouvardos, director de investigación del Observatorio Nacional de Atenas, la nube de polvo estaba más concentrada que las que han azotado Grecia en episodios anteriores.
"Es el peor caso de este tipo en años", dijo.
Aunque el polvo se había disipado el miércoles, el Ministerio de Sanidad griego instó a la población a evitar hacer ejercicio al aire libre y a mantener cerradas puertas y ventanas.
Contemplando las inusuales condiciones.
Vista desde la colina de Licabeto, en lo alto de la ciudad.
Cerca de la Acrópolis.
Paseando entre los puestos bajo la bruma naranja.
La extraña tonalidad que baña la ciudad desde las colinas de Tourkovounia.
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