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Internacional
lunes, 21 febrero 2022 | 16:21
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Odessa, Ucrania.- El rabino Avraham Wolff está preparándose para la guerra.
Compró suficiente azúcar, macarrón y productos envasados para alimentar a su congregación durante un año, dijo. También contrató a unos 20 guardias de seguridad israelitas en caso de que haya motines o actos de rapiña.
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Si los rusos invaden, dijo que ha trazado en un mapa los refugios anti-bombas de la ciudad y tiene suficientes autobuses para evacuar a 3 mil personas.
“Por eso tengo canas a los 50 años”, dijo el rabino Wolff, líder de una de dos congregaciones importantes de judíos situados en la ciudad portuaria del Mar Negro, Odessa. “Esperemos en Dios que no haya guerra, pero no dejamos de tener el derecho de estar preparados”.
En todo el país, muchos ucranianos se han visto lentos para prepararse para la amenaza que representan 190 mil tropas rusas en sus fronteras, en parte debido al agotamiento de ocho años de guerra con los separatistas, apoyados por Rusia, en el este de Ucrania.
Sin embargo, algunas comunidades judías están alarmadas, particularmente en Odessa, en donde sucesivas olas de violencia, desde la matanza de judíos a principios del siglo 20 hasta unas ejecuciones masivas de los Nazis en la Segunda Guerra Mundial, han dejado cicatrices indelebles.
“Hay personas que también han visto eso y han pasado por todo ello, especialmente los adultos mayores”, comentó el rabino Kruskal, cuyo padre y suegro sobrevivieron a los campos de concentración.
“Creo que ésa es la razón por la que las comunidades judías están más preocupadas o más preparadas que otros”.
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